O19

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Luego de ese momento amargo para el rizado, el castaño lo llevó al auto rápidamente para volver al departamento.

Louis estaba confundido, no sabía que el rizado tenía ese chillido.

¿Era su omega saliendo a la luz?

—Oye Harry. —murmuró el alfa, mirando al menor por unos segundos—¿Qué fue eso?

El rizado rodó los ojos, cruzandose de brazos—¿Es normal que tu familia casi mate a tu cortejo? Pues no es normal en humanos, así que no pienso volver con tu familia.

—No, no me refiero a eso. —murmuró, haciendo una mueca—Me refiero a ese chillido, con el que me llamaste.

—No sé, salió sólo. —respondió pensativo, frunciendo levemente el ceño al recordarlo—Nunca había hecho eso, solo... salió y ya.

Louis sonrió enternecido al confirmar lo que pensaba: el omega de Harry estaba saliendo a la luz.

—Entonces es tu chillido de omega, cariño. —murmuró sin borrar su sonrisa. Ahora estaban avanzando, cosa que Louis no creía sin tener una marca.

Harry batió su cabeza sin entender muy bien lo que hablaba, había perdido casi todo de lo explicado días antes—¿Un chillido de omega? ¿Qué es eso?

—El chillido de omega es algo que tu parte animal utiliza para llamar a su alfa, el tuyo al parecer fue involuntario y tu primera vez. Tu omega recién se está presentando, ahora sabe que yo estaré para cuidarte cuando lo uses.

El rizado sonrió levemente, ahora tenía una parte animal como el castaño. En cierta parte estaba muy feliz por saber que estaba casi completo con el castaño, pero en otra estaba levemente asustado por las cosas de los lobos.

—Tener una parte animal suena interesante, quisiera saber como será. —murmuró, mordiendo suavemente su labio—Si tendré cambios o algo por el estilo.

El castaño soltó un suspiro, cerrando los párpados—Pues serás más sensible, más mimoso y mucho más apegado a tu alfa, entonces a mi.

Harry asintió varias veces, recostando su cabeza en el respaldar del asiento—Mhm, entonces puede que me guste... un poco.

—Te gusta demasiado, te gusta que te cuide y que te diga mocoso. —soltó una carcajada, sin intención de burlarse—Y me gusta cuidarte, mocoso llorón.

Una sonrisita se dibujó en el rostro del humano, pensando en como el castaño lo cuidaría con solo un chillido.

Harry mentía si negaba que le gustaba la presencia del hombre lobo en su departamento, ahora tenía un aspecto más agradable y acogedor

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Harry mentía si negaba que le gustaba la presencia del hombre lobo en su departamento, ahora tenía un aspecto más agradable y acogedor.

Ahora tenían unas cuantas plantitas que cuidar y el castaño era experto en el cuido de ellas. Florecían y florecían todos los días, el ojiazul contó que su abuela le había enseñado a cuidar de las plantitas.

Eso era lindo, todo en el era lindo.

Aunque sería más si quitaba sus costumbres, Harry no estaba completamente en contra solo que algunas eran muy... anticuadas.

—Okay... vamos a saltarnos el paso dos del cortejo y podemos pasar al tres. —habló el castaño mientras veía una hoja que tenía guardada—Aquí dice que tengo que regalarte unos biberones, para que sepas que nuestro lazo será bonito y traerás a nuestros cachorros.

El rizado hizo una mueca, quitándole el papel de las manos con cuidado—¿Qué te parece si dejas esto a un lado? Puedes ser original, Lou, no quiero que seas un trogloditas como tus familiares.

—Pero es importante en los hombres lobos, así se enamoran a los omegas al cortejarlos. —frunció levemente el ceño en señal de disgusto, quería ser un alfa tradicional.

—Pero yo no soy un hombre lobo, podemos ser distintos. —murmuró el rizado, acariciando las mejillas del ojiazul—No es necesario que lo sigas, eso es aburrido, lo predecible es aburrido.

Louis suspiró, alzando los brazos—¿Te vas a enamorar de mi aunque no te de un cortejo tradicional?

—Lo haré, prefiero mil veces que me des unas flores a que me des mil biberones diciendo que te daré mil cachorros. —soltó una risa baja, acariciando los hombros del castaño.

—No sé que es lo que te gusta, no voy a saber como cortejarte. —murmuró apenado. Mil veces le repitieron lo del "cortejo perfecto", ahora que conoció a su omega destinado estaba asustado de no saber como cortejarlo.

Harry asintió, sin dejar de acariciar sus mejillas—Los humanos somos tan simples, nos gustan las cosas no tanto planeadas, como contar chistes y reír hasta que nuestro estómago duela.

El castaño suspiró profundamente, preparándose mentalmente para una larga búsqueda de citas perfectas para enamorar a su omega.

cuál es su cita perfecta?

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cuál es su cita perfecta?

la mía ir a un picnic en el jardín, ver las nubes e imaginar las figuritas jajdjs

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