La semana había acabado con rapidez. Ninguno de los chicos había estado en comunicación con alguno de los demás, ya que cada quién se encontraba sumergido en su propio mundo, resolviendo sus propios conflictos, y acabando con algunos pendientes que debían mantener al día.
SeokJin se encontraba sentado en una de las sillas del comedor de su hogar mientras observaba con expresión neutra la pantalla de su celular. El aparato reposaba tranquilamente sobre la mesa de madera. La pantalla se encontraba encendida y enseñaba ─Casi con burla─, un chat de mensajes abiertos que el mayor aún no se animaba a leer. Sus brazos se encontraban cruzados sobre su pecho a la par que una de sus largas piernas se apoyaba con elegancia sobre la otra. Relamió sus labios y la pantalla del celular se apagó.
Suspiró y pensó por un momento en el plan que habían creado él y NamJoon.
Durante mucho tiempo le recalcó al menor que no le agradaba para nada la idea de exponerlo tanto ante todo lo que podría ocurrir si sus primogénitos lo llegaban a encontrar. SunHee se había encargado de informarle que todas las decisiones que ambos habían tomado eran por el bien de los mismos SeokJin y TaeHyung. No quería creerles, porque por más que no les guardaba tanto rencor como el menor, no deseaba que el matrimonio volviese a integrarse nuevamente en su vida.
Siempre había odiado el hecho de saber que ambos fueron una completa mierda cuando decidieron dejar a TaeHyung a su suerte. Él, siendo su hermano mayor, no pudo hacer nada al respecto, y siempre se culpó por eso. Teniendo tan sólo nueve años de edad, quiso gritar y anunciar que aquel pequeño de seis años era su hermano, y que aquellas despreciables personas eran ─Lamentablemente─, sus padres. Pero al ser entregado a su nueva familia con sólo cuatro años, nadie creyó en sus palabras, pues...
¿Qué niño de tal edad puede recordar sus orígenes?
Y todas las pruebas con las que contaba en ese entonces; con los registros de llamadas de números desconocidos que se comunicaban directamente a la casa pidiendo hablar con él para saludarlo y preguntarle cómo estaba, no eran suficientes para convencer a su familia de que sus padres biológicos poseían los mismos nombres que aquella pareja que por varios meses protagonizó los canales de noticias.
Tras esas llamadas, SunHee y JiHoo siempre le iban informando los nuevos sucesos que acontecían en sus vidas. En una de esas conversaciones, a la edad de seis años le mencionaron ─Por primera vez─, sobre la existencia de su nuevo hermanito. SeokJin, en ese entonces, fue el niño más feliz al imaginar el momento de poder volver a su hogar para conocer a su pequeño hermano y así poder enseñarle a leer como él había aprendido a hacerlo desde hace algunos meses atrás.
Todo resultó ser un verdadero desastre tras enterarse de todo lo que había sucedido después. Nunca pudo entenderlo, y aunque sospechaba que existía algo más dentro de todo aquel alboroto lleno de malas decisiones y deseos tormentosos, no podía perdonar a sus padres por lo que habían hecho. Hoy en día ya no les guardaba rencor, pero tampoco deseaba volver a relacionarse con aquellas personas que pasaron de ser su todo a convertirse en simples desconocidos que no signifiban gran cosa para él.
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La Tesis | VKook
Fanfiction[EN CORRECCIÓN] TaeHyung necesita crear su tesis sin dejar las lógicas de lado. JungKook está dispuesto a ayudarlo sin dejar sus emociones de lado. ¿Qué puede salir mal? obra de mi autoría. prohibida su copia. completa ficción.