Jungwoo miró a Yukhei extrañado, luego le retiró los guantes. Su novio no le detuvo, bajando la mirada a las heridas que no se había preocupado por cuidar esos días, y a pesar de ello, comenzaban a sanar. El mayor permaneció con su vista en ellas y luego alzó la mirada, tan confundido que ni una sola pregunta salió de su boca.
—Golpeé a Johnny —confesó Yukhei—. Sé que hice mal, y aunque no me arrepiento en absoluto, espero que no se lo digas a mamá.
Jungwoo, el cual le miraba serio, soltó un bufido con el que camufló una risa.
—¿Cómo pretendes que ella no se entere?
—Tú no te enteraste hasta ahora —aseguró.
—Porque hacía frío. Además, ¿eres un niño que hace algo y luego pretende que su madre no se entere?
—Sigue haciendo frío —se defendió y frunció el ceño—. No soy un niño, mamá me pidió que me controlara el día que viajé, si se entera de que golpeé a Johnny, va a matarme.
—No tanto para que estés usando guantes todavía —obvió, quedándose en silencio por un momento al ver el rostro de cachorro regañado de Yukhei—. Yo... sé que estabas molesto y... no sé qué más decir al respecto, tal vez que no debería repetirse —asintió, esforzándose más por ocultar su sonrisa al ver a Yukhei encorvado como cuando Theo era regañado—. Sabes que...
—La violencia no es la solución, es algo que le repito mucho a Theo, estoy avergonzado, pero necesitaba hacerlo, me quité una carga de encima, aunque no resolvió nada.
Jungwoo suspiró, dejando de lado lo que hizo Yukhei, estando seguro de que su novio sabía muy bien que se equivocó, y únicamente frunció el ceño con tristeza.
—Debieron dolerte demasiado —habló, acariciando sus manos en los espacios que no tenían moratones o pequeñas heridas de piel abierta.
Yukhei sonrió.
—No debes preocuparte.
—Trae todo, voy a limpiarte.
—Solo descansa —pidió Yukhei, intentando hacerle recostarse en la cama, hasta que Jungwoo lo miró muy serio y él tuvo que hacerle caso sin más peros.
Seúl. Miércoles 15 de abril de 2020
Jungwoo recibió una taza de té de la señora Ming, siendo incapaz de no sonreír ante cada cosa que ella hacía. La mujer fingió no darse cuenta, ocultando también una sonrisa porque no dejaba de sentirse feliz por el casi día entero que pasó cuidando de él, dejándolo a solas únicamente cuando fue a llevar y a traer a Theo del jardín de niños.
Ese día le ayudó a desempacar sus maletas y habló con él abiertamente sobre todo lo que le había hecho Sohyun durante el tiempo que trabajó para JL. Tal conversación no se extendió demasiado por la comodidad de Jungwoo y por su propio bienestar, porque a ella no dejaba de hervirle la sangre al ya conocer lo mucho que esa mujer menospreció a Jungwoo. Ese apenas era el comienzo para ella, porque no iba a quedarse de manos cruzadas, mucho más al saber que sus acciones ya tomaban fuerza porque Jung Misook le llamó en la mañana para decirle que estaba esperando a que Johnny llegara a Corea justo ese día para escucharlo y tomar finalmente una decisión en cuanto al futuro de Sohyun, porque Misook no quería que ellos dejaran de ser parte del conglomerado NW.
—¿Te duele la mano? —inquirió ella cuando vio que Jungwoo acariciaba la zona donde todavía quedaba un apósito, luego de que la enfermera viniese esa tarde para retirarle finalmente la intravenosa, recordándole fervientemente que tenía que detener el consumo de pastillas para dormir hasta que, con nuevos exámenes, pudiesen confirmar el estado de su cuerpo.
Ming no dejó de sentirse inquieta por ello, preguntándose cuán mal pudo estar Jungwoo para atiborrarse de pastillas durante esas semanas, deseando haber hecho algo por él antes de que tal situación ocurriera.
—Solo quedó una sensación incómoda —admitió y luego casi saltó fuera de su asiento, abandonando la barra de la cocina para correr hasta las escaleras y evitar que Theo las subiera con el gran brontosaurio que él le había comprado en Canadá y que el pequeño no lograba abarcar con ambos brazos, haciéndolo preocuparse todo el tiempo por lo que pudiese suceder—. Por favor no subas las escaleras solo, temo porque te lastimes.
—Perdón, Junu —respondió Theo con una sonrisa, y luego le dejó un beso en la mano para continuar jugando con su dinosaurio.
Ming observó aquella situación con una sonrisa, la misma que desapareció cuando miró la hora en su reloj de mano y suspiró.
—De verdad me encuentro mucho mejor, puedo quedarme con Theo —aseguró Jungwoo mientras esperaba a que el niño bajase de manera muy torpe los tres únicos escalones que subió.
—Deberías estar en la cama.
—Mis amigos vendrán pronto, van a creer que estoy muriendo si sigo en la cama —se rio, volviendo a acercarse a la barra para darle un nuevo sorbo a su té cuando Theo continuó jugando cerca del sofá.
Ming extendió su mano para tomarle la temperatura, aliviada porque la fiebre ya estaba en el pasado.
—Recuerda que si te sientes mal debes llamar al doctor Seungho, no puedes automedicarte, él ya está al tanto de tu diagnóstico, así que sabrá qué hacer.
—Está bien —respondió de inmediato, sabiendo que solo le quedaba aceptar algo que no era su culpa.
—Mañana enviaré a un conductor para que pase por ti y Theo, ¿de acuerdo?
—Yo... —Jungwoo hizo una mueca— no siento que sea necesario, mañana quiero llevar a Theo al jardín de niños en mi auto, por mi cuenta, y luego pasar por usted para que me acompañe a la cita de nutrición —explicó, haciendo a Ming sonreír.
—Hoy Yukhei me dijo que en la mañana estabas reacio a ir a tu control con la nutricionista —confesó y Jungwoo hizo una mueca al pensar en que mataría a su novio por delatarlo.
—Sé que ella va a regañarme, las últimas semanas perdí el poco peso que adquirí, ella va a juzgarme y a reprenderme porque no hice ejercicio ni me alimenté bien.
—Ella no va a regañarte... tanto —se rio, pues sabía en el fondo que sí podría ser así.
—No me deje solo con ella, por favor —se quejó, mirándola con unos ojos de cachorro que derritieron su corazón, sin embargo, lo que más la tocó fue lo abierto que se tornaba Jungwoo con ella conforme pasaban los días.
—Claro que no, voy a protegerte de ella, para que no se atreva a regañarte —aseguró con una voz melosa que hizo sonreír a Jungwoo—. Bien, entonces te esperaré mañana en la mansión —respondió, aceptando que, si él le decía que llevaría a Theo al jardín de niños era porque realmente estaba bien, de lo contrario, no arriesgaría a su pequeño de esa manera.
—Muchas gracias —Jungwoo le dio la vuelta a la barra para abrazarla y ella le correspondió con su corazón encogiéndose.
—Quise dejar esto para lo último, a pesar de que Yukhei me pidió que no volviese a tocar el tema —inició Ming rápidamente—. Lamento haber pagado por obtener información de tus padres, con lo ocurrido con Sohyun no dejé de sentirme culpable porque hice lo mismo que ella... fue tan bajo...
—Ya lo...
—Espera, cielo, realmente sentía la necesidad de volverme a disculpar, a pesar de que creí que el hombre que contraté había vendido la información, pero no fue así.