Parte 4 "Desahogó"

40 4 0
                                    

-¿Tu...?- dijo con sorpresa poco disimulada -¿Que haces aquí? Es la casa de Eugeo y-

-Asi que venías a verlo a el- hablo de manera fría pero no menos sería.

-Asi es ¿Algún problema?.

-No, créeme que ninguno, puedes pasar, el está adentro con una Muy buena amiga de su infancia.- hizo enfasis en las palabras "Muy buena amiga"

Y aunque al principio no quiso creer que Eugeo estuvieron con otra chica a la hora que habían acordado recibió una gran sorpresa al confirmarlo por ella misma, pero eso no la molesto, si no la persona que era la que se encontraba con el.

No era nada más ni nada menos que Alice, y aunque uso todo su autocontrol para no hacer una mueca de enojo, fue en vano, haci que sin pena pregunto -¿Que haces aquí, Alice?

-Oh, hola Asu, vine a visitar a un viejo amigo, aunque no sabía que se conocían- Sonrió con sinceridad.

Y eso explico varias cosas, ahora lo recordaba, antes Eugeo andaba todo el tiempo con una niña de cabellos dorados, estaba segura que era ella, y eso le hizo que atorara un largo suspiro de alivio.

-No esperaba verte aquí, pero me alegra que te hayas reencontrado con Eugeo, por mi parte creo que volveré luego, para dejarlos a solas.

-Espera, Asuna, ¿Estás segura? Podría mostrarte la casa.

-Creo que será en otra ocasión.- dijo forzando una sonrisa y despidiéndose con un gesto de mano.

Al salir de la habitación sintió un nudo en la garganta, vio como Alice miraba a Eugeo, y le dolío, no solo eso, si no que el le correspondía, dolía y dolía mucho.

A paso rápido salió de la mansión, estaba frustrada, más no enojada, después de todo ¿Quién era ella para separarlos jurando un amor del que ni siquiera estaba segura? Nadie.

Si ellos se querían los dejaría ser feliz, y aunque aún no estaba segura, decidió que el sería feliz con Alice.

Pero que había de ella, ¿Podría ser feliz al lado de Kazuto? Y aún peor ¿Que había del amor que Eugeo juraba tener hacia ella? ¿Era real? ¿Tan si quiera Kazuto la amaba? Tenía tantas dudas y ninguna respuesta.

Y con lágrimas brotando de sus ojos corrió, corrió hasta donde sus piernas la llevasen, ignorando la parte de si misma que le decía que se detuviera, que regresará, que arreglará todo de buenas, que dejara de auto lastimarse, que se permitiera ser feliz.

Y aunque no quisiera admitirlo, estaba arta, harta de todo, de todos, del matrimonio arreglado, de sus problemas, de las exigencias de su madre, del doloroso amor hacia los Kirigaya, del dolor que le causaban, de la monótona vida que tenía, de sus amigas por conveniencia. De todo.

No supo cuánto tiempo corrió, ni cuánto tiempo estuvo vagando por sus dolorosos recuerdos, perdió la cuenta de sus incontables sollozos.

Hasta que ya no pudo más.

Callo de rodillas, llorando todo lo que tenía que llorar, gritando hasta sentir su garganta doler, golpeando el suelo hasta lastimarse los nudillos.

Y por primera vez en años.

Se sintió en paz, en paz consigo misma, se sintió liberada.

Por qué así era, se había liberado, lo había soltado todo.

Pero el dolor seguía hay, como una daga perforando su corazón, como un nudo en la garganta que de a poco se desvanecía de tanto gritar, como un extraño revuelo en su estómago que se estrujaba.

Y una vez más, volvió a llorar, pero está vez de una manera silenciosa, pensando en lo tonta y inocente que había sido al creer que encontraría el amor así de fácil, en lo mala amiga que había sido con Alice al impedir que fuera feliz, en lo mala hija que era a ojos de su madre, en lo inútil y docil que debía verse ante sus "amigos", en lo monótona que se había vuelto, en como había dejado de luchar por aquello que le gustaba, en cómo se había rendido en buscar su felicidad, y, en como estaba lastimando a los Kirigaya.

Pero ya no más, por qué ya no lo iba a permitir, ya no sería esa niña monótona, docil y debil.

Mejoraría, y lo haría con la cabeza en alto. Estaba harta.

Se levantó secándose las lágrimas y comenzó a caminar de regreso, perdida en sus pensamientos.

-Eso es Asu, haci debió ser desde el principio ¿No crees? Pero, ¿No crees que ya es algo tarde? Ya lo echó echo está, y nuestra relación no es la excepción...

Asuna volteo sorprendida ¿Que hacia ella ahí? Se suponía que se había ido a Estados Unidos, entonces... ¿Que estaba ocurriendo? -T-Tu se suponía...

Continuara.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Decisiones del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora