Dear Lawrence [Dangerous Fellows]

4

Pasaron 2 semanas, estábamos cerca.

— Si seguimos así llegaremos en 4 días.
— Y pensar que estaría tan lejos… — me quité la mochila de mis hombros.
— ¿Tienes hambre?
— Un poco.

Me senté en el piso y me estiré. Lawrence me paso una barra de granola, la abrí y la comí, compartiendo un poco con él. Volvimos a caminar, las calles estaban menos infectadas de las muchas anteriores que recorrimos, también un poco más limpias. Durante la noche, me desperté por un sonido constante y un olor terrible, toqué a Lawrence que se despertó fácilmente, se acercó a mí, casi abrazándome. Se dio cuenta de la situación.

— Será mejor que agarremos nuestras cosas, si algo nos ataca correremos de una vez — susurró en mi oído.

Asentí, ambos agarramos nuestras cosas y nos pusimos de pie. El olor a muerto se intensificó, me tape la nariz y la boca con la mano. Estábamos en la segunda planta de un edificio pequeño, podíamos salir y protegernos fácilmente, por eso lo habíamos escogido. Lawrence se acercó a la puerta, listo para golpear a cualquier zombie con el bate, yo me asomé por la ventana, una masa de buen tamaño se arrastraba por la calle, se me subió la presión y reprimí las arqueadas y demás sonidos que salían de mi boca. Lawrence se dió cuenta y vino rápidamente, se asomó y apartó rápidamente. Su piel se puso más pálida.

— Es mejor que nos quedemos aquí por el momento — se acercó.
— ¿Qué es esa cosa?
— Ni idea pero me da una mala sensación que se haya quedado ahí…
— ¿Qué? — mi voz tembló.

No la había visto quedarse enfrente del edificio, de cualquier forma, no me atreví a mirar de nuevo. Volvimos a la esquina de la habitación, atentos a cualquier sonido. El sol comenzó a asomarse por las ventanas, con cuidado, Lawrence se acercó a la ventana para mirar y regresó segundos después.

— No está, vamos.

Asiento, salimos con cuidado de no hacer ruido, Lawrence iba de primero, analizando el terreno. Caminamos por unas horas, siempre tomando descansos de vez en cuando. Ya había comenzado a anochecer, buscamos un lugar para descansar, Lawrence declara seguro una tienda.

— ¿Cómo te sientes? — pregunta sentándose a mi lado.
— Bien, solo quiero dormir.

Me recuesto en el piso, descansando mi cabeza en mi mochila, oigo a Lawrence mover cosas antes de que el sueño me venza. Despierto de nueva cuenta por el mismo olor y ruidos, esta vez, Lawrence se despierta por sí solo. Nos fijamos por la ventana, la misma cosa de ayer.

— ¡¿Nos está siguiendo?! — susurré alterada.
— Shh, cálmate — acarició mi cabeza — No lo sabemos, pero si es así vamos a tener que seguir huyendo hasta llegar a la zona segura, no puedo matarlo.

No digo ni hago nada, claro, él solo no podría encargarse de esa cosa, era como esos mutantes de películas y videojuegos. Vuelvo a mi lugar, Lawrence no deja de vigilar, no puedo volver a dormir, este lugar no era tan seguro como el otro. Trato de desviar mis pensamientos, toco mi vientre, cierro los ojos y trato de pensar en un buen futuro, mi pequeño hijo llamándome para que lo vea hacer algo increíble.

— Mamá — oigo.

Abro los ojos y veo a Lawrence, está pálido, blanco como una hoja de papel, mis pensamientos felices se van.

— Ma…

Me arrastro para ver por la ventana, es esa cosa la que está hablando, Lawrence me aparta de la ventana. Las náuseas y el mareo se hacen presentes, recuesto mi espalda contra la pared y trato de calmarme. El shock y el olor nauseabundo de esa criatura no tardan en hacerme vomitar, me temo que el ruido sea demasiado fuerte como para llamar la atención de la cosa. Desgraciadamente, Lawrence corre por nuestras cosas y me levanta de un jalón, solo confirmando lo peor, un movimiento masoso y perturbadoramente rápido hace que mi cuerpo produzca la adrenalina suficiente para seguir a Lawrence y correr por la puerta trasera. El rugido que emitió hace que mi cuerpo se sacuda, sigue gritando "mamá" con esa voz grave e infernal. El ruido atrae a otros zombies, son pocos pero igualmente peligrosos. Lawrence me jala en vueltas y atajos, varias veces golpea a uno que otro zombie con el bate que se interpone en nuestro camino. La cosa nos pierde el rastro y el camino parece estar despejado.

— ¿Estás bien? —Lawrence aún no suelta mi mano.
— Sí… — respiró hondo.

Lawrence vuelve a jalarme despacio, esta vez es para buscar un nuevo lugar seguro, aún se escuchan los gemidos de los zombies a lo lejos. Pronto entramos a una tienda, Lawrence limpia un poco y se asegura de cerrar la puerta.

— … Intenta dormir, nos iremos mañana por la mañana, me quedaré despierto — me agarra levemente de los hombros y me empuja suavemente, indicando que siguiera su recomendación — Te despertaré si algo pasa.
— Ok.

Me recuesto en el suelo y apoyó mi cabeza en mi mochila, cierro los ojos y trato de dormir. Estoy cansada, por lo que no tardo en dormirme.