XXV

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__________ Watson

—Ten, te traje un café—dijo Héctor entregándome el café y parándose junto a mí.

—Hoy alguien amaneció de buenas. ¿A quién le tengo que agradecer ese milagro?


—A la vida—contesto imitando mi voz.

—Yo no hablo así—dije.

Justo en ese momento me voltee para dejar de verlo y seguir buscando las cosas que necesitaba saber en la computadora y la vi.

Iba caminando como toda una Diosa, con su cabello suelto, sus labios pintados de rojo, hablando ávidamente con otro Doctor. Me quedé embobada viéndola.

—Ella no camina, ella desfila—dije con una sonrisa embobada viéndola.

—¿Quién?—pregunto Héctor y al mismo tiempo buscaba a quien veía.

—¿Quién qué?—conteste a su pregunta. Porque claro que sí, tocaba hacerse la que no había dicho nada.

—Dijiste «ella no camina, ella desfila» y te pregunté que quién es la que desfila en vez de caminar.

—Mientes, yo jamás dije eso—volví a negar, y regrese mi mirada a la computadora.

—Tú desde hace semanas estás más rara de lo normal. Hablas sola y de la nada te pierdes en tus pensamientos y te comienzas a reír sola. Tú si que estás loca—dijo, tomo su café y se fue.

—Yo no estoy loca, yo solo hablo conmigo misma para darme autoconsejos. No es mi culpa que todos vean eso como algo raro, pero si lo intentarán sabrían que es terapéutico—dije eso en voz alta y nuevamente todos me miraban mal. Pero ya que más daba, unas miradas más unas miradas menos.

Yo seguí buscando lo que necesitaba en el computador, y no tarde mucho.

Sí, fue algo difícil, ya llevaba rato buscando ahí y en libros pero por fin tengo lo que necesitaba y no me iba a quedar con las ganas de festejar que tenía todo.

—¡SI, LO ENCONTRÉ!—grite—Perdón—dije cuando las miradas volvieron a mí y comenzaban a hablar entre ellos viéndome.

Saque lo que necesitaba de la información que había encontrado y huí de ahí rápidamente.

Me puse a buscar a la Doctora Torres porque hoy estaba en su servicio. No tarde en encontrarla, estaba hablando con el Doctor Sloan.

—Watson—dijo en cuanto me vio—, rato sin verte. Ya hace falta que estés en mi servicio. Contigo siempre hay cosas nuevas. Te dejo, Callie, hablamos después.

Ella solo asintió con la cabeza. Él la abrazo y le dijo algo en el oído que la hizo reír, se separó de ella y paso junto a mí y me dió una palmada en el hombro. Él si que tiene algo con darme palmadas en el hombro.

—¿Qué necesitas Watson?

—Bueno, estuve buscando información para la cirugía del señor Davies, y encontré algo que yo creo que le podría servir. Este método ya se ha utilizado en tres ocasiones y en esas tres veces han sido exitosas. Quizá si viera como es podría tomarla en cuenta, aquí traigo toda esa información—dije entregándole los papeles.

Ella se puso a leerlos. Sinceramente estaba algo nerviosa, tenía nervios de que no le agradará mucho la idea y este método de cirugía. Me temblaban las manos y al mismo tiempo me sudaban las palmas.

—Ven, sígueme.

Caminamos a dónde tenía las radiografías del señor Davies para después ir a leer nuevamente las radiografías.

Estuvo ella un buen rato viendo la información que le di y las radiografías.

—Felicidades—dijo volteando a verme con una sonrisa—, hiciste un exelente trabajo buscando todo esto.

Eso me puso bastante feliz. Una sonrisa enorme se instalo en mi rostro mostrando mi felicidad.

—Creeme, esto me pone igual o más feliz que a tí. Haz encontrado algo muy bueno, podremos ayudarlo y eso es lo que importa. Juro que si ninguna de las dos tuviera pareja te besaría en este momento por la felicidad que me causaste.

—Creo que llegue en un mal momento—hablaron de pronto detrás de nosotras, pero el tono de voz que uso para decir eso era algo... raro.

La Doctora Torres solo se dió la vuelta, la vio algo enojada, volteó a verme y me dijo:

—No puedo hacer que me asistas en la cirugía, pero podrás observar de cerca en ella. Así que prepárate porque entraras al quirófano a observar todo de cerca.

—Sí, muchísimas gracias—conteste.

Ella comenzó a caminar para salir de ahí, y al momento de pasar junto a la otra doctora las ví medio... raro, se podría decir. Aquí hay gato encerrado.

—Tú no deberías ni de acercarte a ella—hablo la doctora.

—¿Disculpe?—hable algo desconcertada.

—Es de muy mal gusto tener pareja y estar coqueteando con una de sus amigas, y también es de muy mal gusto hacerlo cuando ella está casada. Y cuidate, porque esto puede llegar a oídos de Grey—me dijo bastante enojada y salió de dónde estábamos.

¿A caso soy un imán para los problemas? ¡Necesito hacer algo con mi vida para dejar de meterme en problemas así!

No, aquí el tema importante es, ¿Cómo es que ella sabe sobre lo mío con la Doctora Grey? Ella y yo no hacemos nada en el hospital, hasta evitamos hablarnos. Ella no quiere que se sepa todavía lo nuestro para que no empiecen a pensar mal, ¿cómo es que ella ya lo sabe?

Ahora fue mi turno salir de donde estábamos, después de recoger las radiografías. Iba a llevarlas a dónde las había recogido la doctora Torres.

De pronto sonó mi celular, me había llegado un mensaje. Lo saqué para ver de quién era el me mensaje.

Era de Meredith.

«Necesitamos hablar. Nos vemos en la noche en mi casa»

Creo que es hora de orar.
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Creo que es hora de orar

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𝐹𝑎𝑙𝑙𝑖𝑛𝑔 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 || Meredith Grey × Reader [ᵍʳᵉʸ'ˢ ᵃⁿᵃᵗᵒᵐʸ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora