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1. meetby sunmoo


Aera estaba bastante cansada. Después de un gran recorrido le esperaba la nueva tierra en donde viviría, Daegu. Vivir como extranjera luego de años de lujos y esplendor sería difícil; sobre todo porque
ahora estaba sola. Sus amigos habían muerto, su familia también. Todo había sido arrancado de sus manos. No le habían dado tiempo ni siquiera para que aquello le doliera. En realidad, había sufrido tanto que ya ni siquiera le importaba si estaba bien o si había alguien tras ella buscando tener sus manos en el delgado cuello que tenía.

Suspiró al ver el palacio. Era lindo, pero por fuera parecía más bien puertas de oro que te llevarían al eterno tormento. Los grilletes en sus muñecas le habían hecho heridas, por lo que no pudo evitar jadear cuando el soldado las jaló.

—Bienvenida al palacio, princesa. —Dijo uno de los guardias con sarcasmo.

Ella no respondió. Tenía una respuesta ingeniosa en mente, más quería evitar tener enemigos tan rápido. Siguió detrás de ellos mientras se tomaba el tiempo de prepararse mentalmente para cualquier cosa.

Desde una amenaza temprana hasta un gran discurso, los reyes solían recibirla antes de distintas formas. Pero, aquel castillo carecía de vida, era solitario y silencioso. El rey esperaba en su trono, descansando su cabeza apoyada en uno de sus brazos doblado. No estaba mal para ella.

—Aera. —Aquel arrogante rey dibujó una sonrisa ladina— Parece un nombre muy contradictorio para la persona que lo porta.

Una vez más, permaneció en silencio. En cambio, le veía sin expresión, hasta que uno de los soldados la tomó del cuello obligándola a postrarse de rodillas ante él. Choi bajó su mirada aún sin decir nada.

—Alteza, ¿qué deberíamos hacer con ella? —Habló uno de los hombres desenvainando una espada.

—Nadie la tocará mientras esté aquí. —Dijo bajando de su trono— Trae una soga y amárrala junto al poste de madera que está junto a mi trono.

Ambos hombres asintieron. El rey Min estaba a punto de salir, hasta que Aera sonrió levantando su rostro.

—Mi señor, el rey, —dijo ella— parece que me conoce más de lo que creí, sino, no sabría que Aera es el peor nombre que pude haber tenido, ¿no es así?

Min sonrió. Caminó hasta ella sosteniendo su cuello, aquella mirada filosa no se apartaba de él, haciendo que un extraño escalofrío recorriera su cuerpo entero. El color de sus ojos era parecido al de la miel, escondiendo en ellos los sentimientos de su dueña.

Él sabía muy bien que ella escondía un paraíso en su alma, pero las palabras que salían de su boca eran tan dolorosas como la picadura de una abeja.

—Beol Aera. —Dijo Min— Ese es tu nuevo nombre.

Ella parecía satisfecha. Después de todo, lo primero que hace una persona al tenerle afecto a algo o alguien es darle un nombre. Uno que solo sea utilizado por quien lo nombró.









kingmin yoongi

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king ✰ min yoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora