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SCARLETT Y MARCUS TRATABAN DE SACARLE EL BRAZALETE A LA PRIMER MENCIONADA, aprovechaban que estaban en hora de trabajo y que su padre no los podía ver.
— ¡Mierda! ¿Qué clase de brazalete es éste? —Preguntó Marcus.
— ¿Tal vez uno para que contraiga todos mis poderes y así no pueda usarlos contra nuestro padre? —Preguntó sarcástica.
Marcus miró mal a su hermana, para luego continuar intentando sacar el brazalete. Aunque se detuvo cuando una chica de cabello pelirrojo se acercó a ellos, sonriendoles de manera nerviosa.
— Hola —Sonrió Scarlett.
— Hola, em... ¿Hay algún buen juego aquí? —Preguntó la niña con timidez.
— Oh, por supuesto que si —Dijo Marcus.
El chico saltó sobre el escritorio y se dirigió hacia "Dig Dug", con la niña siguiéndolo detrás.
— Éste es el mejor juego del lugar —Dijo Marcus— Sólo espero que puedas vencer al tonto ese. Me agrada, pero cuando sube puntos se pone muy fastidioso.
— Gracias —Murmuró.
Marcus le sonrió y se acercó nuevamente a su hermana, quién miraba a la niña pensativa.
— ¿Cómo te llamas? —Preguntó Scarlett.
— Max —.
— Madmax —Scarlett miró a su hermano— ¿Qué dices, Marc?
— Me gusta —Dijo Marcus— Madmax, te queda bien.
Max le sonrió ligeramente a ambos, para luego asentirles con la cabeza. Los hermanos le devolvieron la sonrisa, pero esa sonrisa desapareció cuando escucharon a un niño vomitar.
Inmediatamente, Scarlett y Marcus se miraron entre ellos con los ojos en grande.
— ¡Vas tú! —Dijeron al unísono.
— Te toca a ti, yo limpie la última vez —Dijo Scarlett.
— ¿Qué? No es verdad —Dijo Marcus.
— Claro que si, la vez pasada limpie todo el vómito del pasillo —Dijo Scarlett— Ahora es tu turno.
Marcus gruñó y tomó el trapeador que estaba cerca, para luego mirar fulminante al niño que vomitó. Scarlett lo miró divertida, soltando una risa cuando el niño salió corriendo.
— Bueno, tengo que volver al trabajo —Dijo la chica— Fue un placer conocerte, Max.
— Fue un placer conocerlos —Max los miró.
— Oh, cierto, no te dijimos nuestros nombres —El chico la miró con una sonrisa— Mi nombre Marcus, Marcus Evans.
— El mio es Scarlett Evas —Sonrió— Soy su hermana gemela.
Max les devolvió la sonrisa, ambos la hacían sentir cómoda.
— Encantada de conocerlos, Scarlett y Marcus —.
Los Evans volvieron a su lugar de trabajo, mientras que Max comenzó a jugar la partida del juego. La niña estuvo horas jugando, hasta que la voz de Marcus hizo que terminará la partida.
— ¡Oigan, mocosos! ¡Ya es hora de cerrar! —Gritó.
Max sonrió ligeramente, el chico le recordaba a su hermanastro, sólo que Marcus era amable con ella. Al recordar a su hermanastro, la pelirroja jadeó asustada y se fue rápidamente, justo cuando los hermanos Evans salían.
Scarlett vio como la niña miraba todo el estacionamiento, para luego soltar un suspiro pesado. Ante eso, la chica se acercó junto con su hermano.
— ¿Quieres que te acompañemos a casa? —Preguntó.
— No es necesario —Dijo Max— Estoy esperando a que vengan por mi.
— Podemos esperar contigo —Dijo Marcus— Así no estás completamente sola.
Antes de que Max pudiera responder, un coche con la música a todo volumen apareció y freno frente a ellos. Marcus se cruzó de brazos, mirando de manera seria al chico rubio dentro del vehículo, mientras que Scarlett tenía el ceño fruncido.
— Sube de una vez al maldito auto, mocosa —Dijo el rubio.
— Adiós —Murmuró Max hacia los hermanos.
La niña subió rápidamente al auto, manteniendo la mirada baja.
— ¡¿Qué te pasa, imbécil?! ¡Tratala bien, es sólo una niña! —Gritó Scarlett.
— ¿Y éste quién se cree? —Murmuró Marcus.
El hermanastro de Max se burló, para luego hacer rugir el motor del vehículo. En un momento, el chico vio el gran moretón que tenía Scarlett en el pómulo derecho, y el que tenía Marcus en su ojo izquierdo.
Los Evans se taparon rápidamente los moretones con sus cabellos, para luego dar media vuelta y alejarse de ahí.
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— ¡No! ¡No! ¡Oye, no! ¡No! —.
Marcus y Scarlett se miraron entre ellos divertidos al escuchar el grito de Dustin Henderson, al parecer Max logró superarlo en "Dig Dug".
— Necesito ver su reacción —Dijo Marcus.
Scarlett sonrió mientras ambos se dirigían hacia donde estaba el chico, encontrándose con Keith frente al grupo de niños con una mirada engreída.
— ¿Qué pasa, niño? —La voz de Marcus llamó la atención de todos.
— ¡¿Qué pasa?! ¡Pasa que alguien superó mi récord en el Dig Dug! —Gritó— ¿Quién es Madmax?
Dustin miró a los tres adolescentes frente a él de manera interrogante.
