Miro por la ventana del autobús hasta que no veo a Kyle por ella. La verdad es que es bastante guapo, pero su orgullo y su prepotencia hacen que pierda todo el interés en él. Llego a casa veinte minutos después, me ducho y me arreglo el pelo enmarañado.
─ No sé qué ponerme... -susurro para mí misma.
─ Yo optaría por la falda tejana y la blusa blanca, te quedan perfectas. -contesta una voz detrás mía.
─ ¡Por el amor de Dios! ¡Ana! -grito por el susto.Mi hermana y yo hace tanto tiempo que no vivimos en la misma casa que se me había olvidado su afición por entrar en mi habitación. Des de pequeña se escondía debajo de mi cama para asustarme por la noche, pero en la adolescencia maduró y solo se dedicaba a entrar para criticar la ropa que tenía en el armario.
─ ¿Puedo saber qué haces aquí? -pregunto mientras me pongo la blusa que me ha recomendado.
─ Quería hablar contigo sobre un tema muy serio. -me contesta con una sonrisa- He visto tu armario y necesitas salir de compras, la mayoría de tu ropa es horrible. -ríe y sacude la cabeza- No puedo creer que aún tengas los vestidos que nos compraba mamá a los catorce.
─ No necesito ropa nueva. -digo enfurruñada mientras me miro en el espejo. Maldita sea, es un conjunto precioso- Además, tengo que estudiar.
─ No mientas.Tras quince minutos de discusión accedo a dar una vuelta por el centro comercial después de clases. Cojo mi mochila y salgo de casa lo más rápido posible para no perder el autobús. Llego a la parada justo a tiempo, me coloco los auriculares y empiezo a escuchar Thinking Out Load de Ed Sheeran, es una canción que me relaja muchísimo. Me siento en el autobús y poco después noto que alguien me estira de un auricular.
─ ¡¿Pero qué haces?! -digo enfadada mientras me giro. No puede ser, Kyle.
─ Buenos días a ti también. -contesta con una sonrisa pícara.
─ ¿Qué quieres?
─ Nada, voy a clase. -contesta tajante mientras se acomoda en el asiento de al lado.
─ Pues felicidades. -sonrío por dentro al ver la perplejidad en su mirada por mi respuesta, pero está enseguida desaparece.El trayecto se me hace eterno, no puedo concentrarme en la música teniendo a Kyle a medio metro. Cuando el autobús se detiene, baja justo después de mí, enganchado a mi espalda. Me siento agobiada y me entra claustrofobia cuando me sigue por los jardines del instituto. Tras entrar y atravesar unos cuantos pasillos, miro hacia atrás y sigue ahí. Entro en el aula y cuando veo que entra después de mi me giro.
─ ¿Quieres dejar de perseguirme? ¿Qué eres, un acosador? -grito agitando los brazos. Abre la boca para hablar pero la profesora de historia entra por la puerta y me indica que me siente en mi pupitre.
─ Buenos días chicos, como podéis ver tenemos un nuevo compañero. Se llama Kyle Donnovan. Siéntate dónde quieras, pero te recomendaría al lado de la señorita White. -añade señalándome.
─ Creo que le tomaré la palabra. -y se acerca sonriente. Con todas las personas que hay, tenía que ser yo a la que tenía que molestar. Joder- Nuestros destinos no hacen más que cruzarse, preciosa.
─ No es destino, se llama mala suerte. -contesto en el mismo tono burlón.- Precioso.Se sienta conteniendo la risa y mira hacia la profesora. No ha sacado los libros ni toma apuntes, pero ese es su problema. Cojo el bolígrafo y empiezo a escribir a la velocidad de la luz, aunque notar los ojos de mi nuevo compañero observándolo todo lo que hay alrededor no me ayuda a concentrarme. Cuando suena el timbre guardo mis cosas y decido ignorarle completamente para que no me moleste y mientras me alejo le escucho susurrar algo para él mismo.
─ ¿Ni siquiera te despides? Puede que no seas quien creo que eres.
¿Qué quiere decir? ¿Quién cree que soy? Sacudo la cabeza y decido dejarlo pasar. Salgo del aula y me dirijo corriendo a mi taquilla antes de que vuelva a sonar el timbre o de que Kyle decida seguirme. No llego, no llego. Escucho el estrepitoso sonido que me indica que llego tarde a biología. Genial. Abro la taquilla a toda prisa, cojo una goma del pelo y una libreta nueva y subo las escaleras a la vez que me recojo el pelo en una coleta. Hoy será un día largo...
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Una sonrisa {PAUSADA}
RomanceUna sonrisa. Eso es todo lo que necesitó para enamorarme. No fue ni su mirada ni su forma de actuar, sino su preciosa e insoportable sonrisa. ¿Sabéis cuando conocéis a alguien pero nunca os habéis fijado lo suficiente como para verlo bien? Pues eso...