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CHANGBIN

—¿Sabes que acabamos de ganas el título nacional, verdad?— comenta Chan por décima vez la última media hora. Tiene esa sonrisa tonta de rey del mundo que había estado llevando toda la noche. Incluso después de los cuatro tragos de vodka que había tomado.

—Si, lo sé— mi tono es distraído mientras pasó la mirada por la multitud. La bebida del bar del hotel era ridículamente cara, así que buscamos otro sitio. Y de acuerdo con la búsqueda de Kim este pequeño bar tenía las bebidas a mitad de precio los sábados por la noche y no sabían a pis.

Aunque me importa una mierda su sabor. Estoy interesado en sus efectos. Quiero emborracharme. Quiero emborracharme así no tengo que pensar en lo jodidamente idiota que soy.

La voz de Chan me saca de mis pensamientos tristes.
—Entonces cambia esa cara de perra— ordena —Somos campeones nacionales. Aplastamos a Yale esta noche—

Lo hicimos. El marcador fue 2-0 a favor de Northern Mass. aplastamos a nuestros oponentes esta noche y debería estar feliz por eso.

No, debería estar increíblemente extasiado. Es para lo que nos entrenamos todo el año.

Y en vez de saborear la victoria estoy demasiado ocupado arruinándolo con el hecho de que Félix tiene novia.

Si amigos, Lee Félix es hetero. Sorprendente.

Pensaría que para estas alturas ya habría aprendido mi lección. Pasé seis años esperando no sea una atracción unilateral.

Tal vez un día, el despertarse y pensase como "umm, changbin me atrae muchísimo". O quizás se diera cuenta que juega en ambos lados y decidiese tomar un paseo por el lado de los chicos.

Aunque ninguno de esos planes salió bien... y nunca lo harán.

A mi alrededor, los chicos se ríen, bromean y resumen sus momentos favoritos del
partidos, nadie nota que no estoy diciendo nada. Mi mente sigue en Félix y su novia y la follada que había interrumpido ayer.

—Necesitamos otra ronda— dice Chan buscando a nuestra camarera.

Cuando la noto detrás de barra, abruptamente echo mi silla hacia atrás.
—Iré a pedirla— digo a los chicos y entonces me alejo antes de que alguien pueda preguntar por qué de repente me vuelvo tan servicial.

En el bar, ordeno otra ronda para el grupo, luego apoyo los brazos en la barra de madera y estudio la botellas en los estantes.

He estado bebiendo cerveza, pero no está haciendo su trabajo. Necesito emborracharme. Necesito algo más fuerte.

Mi estómago se aprieta cuando mi mirada aterriza en una botella de bourbon. La bebida elegida por mi padre. Pero el bourbon que él compra es mil veces más caro que la botella en el estante.

Paso la mirada al grupo de botellas de tequila.

Félix había estado bebíendo tequila la otra noche.

Muevo la mirada otra vez, Jack Daniel's.

Ah mierda. Es como si todas las botellas de este bar estuvieran llenas de recuerdos

Antes de que pueda pensarlo, mi memoria recuerda el último día en el campamento, a la petaca de plata que le había pasado a Félix y la pregunta burlona que le arrojé.
¿Crees que soy demasiado cobarde para chupartela?

Había parecido considerarlo un minuto.
Creo que es una mala idea decir que Seo Changbin es demasiado cobarde para hacer algo.
Se rió, pero volvió a mirar a la pantalla, otra vez me dejó librarme.

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Pero no quería librarme, quería liberarme.

Cuanto más tiempo pasábamos hablando de sexo, más seguro estaba. Tocar a mi mejor amigo era lo único en lo que podía pensar. Tampoco era un reto para mi. Era puro deseo.

En la pantalla la rubia estaba de rodillas, chupandosela a un tipo mientras masturbaba al otro. Félix tomó otro sorbo de la petaca antes de pasármela.

A mi lado, movió las caderas y tuve que reprimir un escalofrío. El deseo de mi corazón estaba sentado a mi lado.

Y ahora él estaba caliente.

Había movido la mano. Poniéndola justo sobre la cintura de sus pantalones cortos. Se acarició mínimamente el punto bajo de sus abdominales, como si le picase, pero era obvio que estaba esperando para hacer una reorganización no muy notoria.

Di un gran trago al whisky. Por coraje. Luego puse una mano entre mis piernas.

Esto me está matando— dije. Era la declaración más verdadera que había hecho en todo en todo el día.

Pasé suavemente la mano arriba y abajo por mi erección. Pude sentir sus ojos en mi, en mi mano. Y eso me hizo enloquecer más.

Olvidándome de la pantalla. Había preferido empezar mi actuación ahí, con mi par de ojos marrones favoritos como mi única audiencia.

Mi corazón empezó a palpitar mucho más fuerte, porque sabía lo que estaba apunto de hacer.

Lamí mis resecos labios.
Realmente necesito masturbarme ¿Te importa?
Su momento de vacilación casi me mata.
Hazlo. Nos bañamos en la misma habitación, ¿no?—rió— Aunque hay paredes.— Aquí no había ninguna.

Metí la mano bajo la cintura del pantalón y agarré mi dolorida erección. Aunque no la saqué. Solo le di un tirón bajo mi pantalón.

Sus ojos estaban llenos de sorpresa, luego brillaron con algo que me saco el aire de los pulmones.

No era enfado, ni molestia.

Excitación.

Santa mierda, estaba disfrutando viéndome. Y ahora ninguno de los dos estaba mirando la pantalla.

La mirada de Félix estaba fija en el movimiento de mi mano bajo mi pantalón.

Tu también puedes— odie el sonido grave de mi voz en ese momento —Vamos. Sería menos raro para mi

Demonios. Era como la serpiente que le enseñó la manzana a Eva... o mejor dicho, el plátano.

Todas las estúpidas analogías dejaron mi estúpido cerebro un momento después, cuando Félix alcanzó su pantalón y sacó su erección.

Mi corazón saltó en mi pecho ante la vista. Era rosa y perfecta.

Con los dedos de una mano acaricio la parte inferior, arriba y abajo. Con un toque muy ligero. Envidié esos dedos

Tomé mis adoloridas bolas y traté de tomar un hondo respiro. Mi pecho apretado por el deseo. Estaba justo allí, su cadera tocando la mía. Quería inclinarme y tomarlo en mi boca. Lo quería tan desesperadamente que podía saborearlo.

Volvió a poner los ojos en la pantalla. Lo sentí hundirse más en la cama. Ahora tocándonos de forma más entusiasta. Su respiración de volvió más superficial y el sonido envío otro tirón de lujuria por mi columna.

Quería ser el que lo hiciera jadear de ese modo.

Entonces su ritmo cayó y alce la mirada para ver por qué.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora