Ten

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—Bajame maldita rata.

Pogo estaba en los brazos del Gambino menor quien lo había cargado como si de una princesa se tratara, se sentía ridículo estando en esa situación, quería apuñalarlo, pero algo en su interior no se lo permitía, supuso que era por Gustabo, aún que... en el pasado nunca fue un problema llevarle la contraria, odiaba pensar que enserio su corazón se estaba ablandando por ese hombre.

—Por favor, bájame -hablo está vez con una voz débil como si quisiera llorar-.

—Tranquilo -le dijo con una voz suave y se sentó en el sofá dejándolo sobre su regazo sin cambiar de posición solo soltándole las piernas- no te voy a hacer nada, no tengas miedo a sentimientos desconocidos.

—El amor hace daño... no quiero que Gustabo llore por tú culpa.

—El amor tiene sus riesgos, no es algo que se elige, solo sucede, si se reprime resulta peor, es por eso que Gustabo tiene miedo de tí, porque eres desconocido, por eso te reprimía y por eso estás así -le acaricia el pelo- ¿Que es lo que quieres? ¿Que deseas? No reprimas lo que sientas.

—Solo quiero que Gustabo esté bien...

—No, eres más que eso -le agarra la barbilla haciendo que lo mire a los ojos- ¿Que es lo que quieres?

—Yo... yo solo... me gusta el caos, quiero caos -baja la mirada nervioso de los ojos contrarios- es lo único que me divierte.

—Solo quieres llamar la atención de esa forma, estoy seguro -le acaricia la mejilla- eres como un niño pequeño buscando la atención de sus padres ¿Que buscas?

—A mi padre... pero el no me quiere... me odia...

—No lo necesitas -lo abraza atrayendo su cabeza a su pecho para que los latidos de su corazón lo calmen- no luches por lo que ya está perdido.

—¿Entonces porque te empeñas tanto en ayudarme? -cierra sus ojitos escuchando el palpitar del corazón- ya no tengo remedio.

—Yo veo algo en tí, puedo y quiero ayudarte... a tí y a Gustabo, están dañados, necesitan alguien de quién apoyarse, puedes fingir ser alguien sin sentimientos, rudo, demente, lo que tú quieras, pero no puedes hacerlo por siempre.

—¿Que te hace pensar que no voy a clavarte un cuchillo en la espalda?

Se encoge de hombros —No importa, al menos lo habré intentado y dejé en tí el gusano de la curiosidad, es decisión tuya si quieres que alguien te ame... o seguir causando daños para que te teman.

—Es mejor ser temido que amado.

—Comparto esa filosofía por el simple hecho de ser mafioso, pero no siempre puedes aplicarla, porque hay quienes te respetarán porque te aman y no porque te teman, piénsalo.

Suspira —No entiendo que vio Gustabo en tí.

—Le di algo que otros no le dieron, apoyo, el cuál también te estoy ofreciendo.

Lo mira a los ojos negando levemente —Simplemente no puedo entender -acerca sus labios con los contrarios hasta apenas rozarlos- no comprendo porque es tan tentador... mi corazón está palpitando muy rápido, siento que va a explotar... -entierra sus uñas en los brazos del otro como si buscará resistirse a sus impulsos- quiero que pare... has que pare.

—No puedo hacer eso, solo hay una forma de calmarlo.

Carlo unió sus labios con los de Pogo moviendolos con gentileza, no quería asustarlo como hace un rato, quería asegurarse de que no se arrepintiera y se abriera a intentar experimentar aquel sentimiento que era idéntico a una espada de doble filo.

—Te odio... -admitio con las mejillas y orejas rosadas acompañado de un seño levemente fruncido, parecía un auténtico niño pequeño haciendo un berrinche-.

—Lo se -le sonríe-.

Pasó un día, Toni estaba preparando comida, el menor salió por algunas cosas de la mafia que tenía que resolver... cosas que rimaban con "José está en la cárcel y debe pagar la fianza". Pogo como si de un gato curioso se tratara entro a la cocina con suma cautela tratando de no llamar la atención del otro, se quedó en el mesón observando sus movimientos.

—¿Tienes hambre? -pregunto Toni sin voltear a verlo-.

—¿Cómo sabías que estaba aquí? -enchino los ojos curioso-.

—Bueno, soy un mafioso y no tengo puestos los tapones, pero no has respondido mi pregunta, puedo servirte algo.

—¿Porque eres amable conmigo? -se sienta frente al mesón-.

—¿Porque no lo sería? -toma un plato y sirve comida- me agradas y puedo llegar a entenderte.

—No lo creó.

—¿No? Soy el hermano mayor, tengo que cuidar y proteger a mi hermano para que esté bien, pero aún así tengo sensibilidad a los sonidos fuertes y eso me provoca ataques de ansiedad, necesito de alguien que me ayude con esto -le deja el plato y lo mira a los ojos- ¿Te suena?

Corresponde la mirada —A diferencia tuya nadie ayudo a Gustabo.

—Tú lo ayudaste -se sienta a su lado- si, entiendo que eso significa que de algún modo tuvo que ayudarse solo, pero ya no están solos ninguno de los dos, Carlo y yo queremos ayudarlos, tienen todo el apoyo de la mafia. Ahora tienen donde apoyarse.

Baja la mirada —No entiendo cómo es que alguien como tú está metido en todo esto ¿No naciste en cuna de oro?

—Si... pero a veces ocurren cosas.

—Puedo... Puedo preguntar ¿Porque tienes fonofobía?

Aprieta los labios —Te lo diré... pero talvez no hoy.

Le da una cucharada a la comida y traga —Sabe... bastante bien -sigue comiendo como si hubiera ayunado por días-.

—Me alegra que te guste -le sonríe pero su felicidad se vuelve sorpresa al ver que el chico ahora comía como un gorrino- c~calma, la comida no se irá...

—Más por favor -le tiende el plato con un brillito de ilusión en sus ojos-.

—Claro -agarra el plato y le sirve más comida devolviéndoselo- las veces que quieras.

—Es raro, sabe cómo... a recuerdos... -aprieta un poco el cubierto en su mano y teniendo la cabeza gacha intenta no derramar lágrimas que se formaban en sus ojos- de cuando era niño...

Toni solo lo miro curioso por esas palabras, pero antes de que pudiera preguntar algo el otro se puso a comer, ais que prefirió quedarse con la duda por ahora.

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Los hermanos Gambino se están ganando el corazoncito de Pogo.

Y no sé si se entendió, pero Pogo/Gustabo sintió en la comida un sazón similar al de su madre, un poquito a lo Ratatouille :v

¿Pogo si se dejará querer o apuñalara a todos por la espalda y se quedará con el dinero y la droga?

Te veo [Carlabo]Where stories live. Discover now