Capítulo 5

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Zoe

Tengo aproximadamente 30 minutos esperando a que me dejen pasar a la cita con ese engreído psicólogo. Empiezo a dibujarme todo lo que se me ocurra en los brazos para evitar que el sentimiento de vergüenza se apodere de mí.

—Maldita sea.

No puedo evitar mover mi pierna derecha descontroladamente y la voz de Collin de la noche anterior me sigue dando vueltas en la cabeza. Puedo recordar absolutamente todo lo que sucedió ayer, debo estar volviéndome loca para haber hablado como lo hice ayer.

—Soy una idiota.

Me reprocho con odio mi actitud tan desesperada, no puedo creer incluso lo tonta de haber hablado de un tema tan delicado y haber sido tan frívola.

La culpa me recalca todo, tengo el pensamiento estúpido de que me odie o incluso que le parezca una mujer sin cerebro y alcohólica.

—¡Mierda!

La gente que se encontraba en el consultorio gira la cabeza para observar con ojos bien abiertos acompañados de gestos mostrando desaprobación por su parte.

No puedo evitar tirar de mis cabellos y enrollarlo por la ansiedad cada vez más notable.

El celular se enciende y muestra un audio de Collin.

—Espero que hayas podido descansar, por favor necesito hablar contigo esta noche.

Lo único que puedo hacer es responder con algo tan corto como un "okay" y centrarme en todo lo que tendré que explicar esta noche.

Pero aún me recorre esta pregunta desde anoche, me pica por todo el cuerpo como detestable mosquito que se va haciendo más molesto conforme avanza el tiempo.

¿Quién es Apolo?

Collin

Todo el día he tenido accidentes en la biblioteca, hasta el punto de caerme de las escaleras acomodando las enciclopedias universales.

Mary viene en mi ayuda, no dice nada, estoy seguro de que ella sabe que algo me sucede; normalmente no se entromete. Ella arregla mis desastres con un leve suspiro sin embargo sus cejas no engañan a nadie, se muere de curiosidad por averiguarlo.

—Sí que ella te tiene muy confundido.

Su comentario tan abierto me deja sorprendido.

—¿Cómo sabes que es una chica?

Su fuerte risa me desconcierta aún más y no puedo evitar expresar mis sentimientos en el rostro.

—No lo sabía hasta que me lo confirmaste, pero creo que ella te gusta Collin.

¿Gustar? Como podría gustarme alguien que ni siquiera conozco su verdadera personalidad, ni sus anhelos ni mucho menos sus hobbies.

—No juegues Mary, ella tiene más problemas que yo. Estoy seguro de que me odia.

Esta se ríe aún más fuerte, me siento avergonzado y la extraña sensación de calor en las orejas me molesta otra vez.

—Como tú digas Collin, mejor tomate el día libre y vienes mañana más relajado.

Esta me sonríe por última vez mientras se aleja con prisa a uno de los estudiantes. No era lo que estaba buscando, sin embargo ahora tendré el tiempo suficiente para disculparme con zoe luego del incidente de ayer.

Al llegar a casa pedí una pizza para mi dirección y luego le envíe una a Zoe esperando que esta la recibiera sin inconvenientes y no me odiara por lo sucedido ayer.

—Lo siento.

Mis dedos tiemblan un poco sobre el teléfono mientras continuo escribiendo.

—No debí haberte tratado de esa forma ayer.

Justo antes de que pudiera enviar el mensaje, una llamada se abre y veo a Zoe a través de la pantalla de mi celular.

—¿Collin?

Su voz me deja helado, es la primera vez que veo sus ojos heterocromáticos. Tiene una taza de lo que supongo que es café y el pelo recogido en un par de coletas bajas.

—Perdón, no fue mi intención molestarte.

No sé si tengo algo en la cara o si mis expresiones faciales son raras; está casi escupe su café mientras se ríe a carcajadas.

Es la primera vez que la escucho reír tan despreocupadamente que mis ojos no pueden evitar mira hacia otro lado de la vergüenza por las expresiones de mi rostro.

—Que ternura me dan tus expresiones, no pensé que eras tan ingenuo.

Una sonrisa burlona se refleja en su rostro mientras conozco otra faceta de ella, está tratando de jugar conmigo y siento un alivio extraño despejarme el pecho.

Gracias a eso pude finalmente contarle a zoe sobre apolo, sobre sus pastillas por su trastorno depresivo mayor, sobre su familia y la noche de su muerte.

—¿Sabes que no es tu culpa verdad? Él ya lo había decidido y no podrías hacer nada.

Sus palabras me golpean como si fuera un ladrillo, siento la frialdad de ellas y rudeza, sin embargo no hay malicia en su argumento.

—Él había terminado con su novia esa mañana, prometí llegar antes, pero mi vuelo se retrasó.

El nudo en la garganta que tanto odiaba se hace presente.

—Por favor, perdóname Collin.

Sus palabras me hacen despertar y sus ojos me miran tan fijamente como si buscara mi alma para abrazarla.

Se acomoda sus oscuros cabellos mientras intenta guardar uno de sus mechones más pequeños detrás de su oreja, es tan rebelde que hace lo quiere.

—Podría preguntar ¿quién es Sara?

Sus facciones dulces desaparecen de su rostro, su energía se esfuma y sube de manera desafiante la mirada. Ella me estudia para averiguar si soy una persona confiable, quiere saber si soy una persona que merece saber de ella o no.

Parece que aún no tenemos esa cercanía, decide evadir el tema sin dejar que esto la quiebre. Su orgullo es muy fuerte, casi diría que molesto pues me gustaría ser igual de fuerte ante Dalia o mis padres.

—Gracias por la pizza, debo irme. Buenas noches.

Llorando le conté a la luna y riendo le canté al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora