¿Alguna vez cambiaría esa rutina llena de polvo, asesinatos y desesperación? Llena de soledad, desgracias, enemigos y problemas.
Tal vez un descanso podría servirle a Murder, aunque fuera en contra de su voluntad.
Más si es Swap el que lo obliga a a...
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Finalmente, ese magnífico día había llegado.
Se iba a casar con Murder.
No había pasado mucho tiempo desde que él se lo había propuesto.
Aún recordaba ese feliz e inesperado momento cuando le pidió matrimonio.
En ese momento estaban a punto de caer por un acantilado.
Él se lo confesó ya que pensó que los dos iban a morir.
Lo más curioso de esa proposición de matrimonio fue que el también tenía una caja de anillos.
Planeaba proponerle a Murder matrimonio.
Lo que pasó por su cabeza en ese momento fue aceptar.
Y no lo dudaba después de haber caido agresivamente por el acantilado junto a Murder, estaba muy feliz.
Pero, ahora que estaba poniéndose su traje para su boda, que sería en tan solo unos minutos.
Estaba nervioso.
¿Que pasaría si no era el monstruo indicado para Murder?
¿Qué pasaría si le arruinaba la vida a Murder?
¿Qué pasaría si no lo hacía feliz?
¿Qué pasaría si...?
—¿Todo bien, hermano?
Su hermano, Papyrus, era el padrino de bodas.
Estaba feliz de que aceptará estar en su boda.
Además de casarse con Murder
—Sí, estoy algo nervioso...
—¿Por qué? ¿Qué no se supone que hoy debes estar feliz por casarte con el amor de tu vida?
—¡Lo sé!, pero, ¿qué pasaría si no soy lo suficientemente bueno para Murder?
—Entonces no serias el magnífico Sans, ¿verdad?
—¿A qué te refieres, hermano?
—Eres un monstruo que peleó múltiples veces con enemigos, no te rendiste cuando tuviste un hijo, pudiste enamorar a un esquizofrénico y ex asesino, eres mi hermano, el monstruo que más admiro y quiero, tú eres el magnífico Sans.
