Capítulo 14

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Swinging London

Capítulo 14

Like a Rolling Stone

How does it feel,
how does it feel?
To be on your own,
with no direction home
A complete unknown,
like a rolling stone

Londres
Diciembre 1964

Algunos alumnos del primer año de cinematografía, habíamos pasado la mayor parte del tiempo grabando en Marruecos, aún siendo solo estudiantes del primer año, pasamos varias semanas sin descanso en largas jornadas de 14 horas de lunes a domingo, el director y maestro encargado del documental había llevado solo un grupo seleccionado de alumnos y debíamos hacer el mejor trabajo en el menor tiempo posible para no tener que regresar y volver a grabar las escenas que requeríamos.

El trabajo era extenuante, debíamos grabar en medio del calor, de la gente.

Cuidábamos aspectos como la iluminación y el sonido en un ambiente fuera de un set que lo hacía casi imposible, apenas teníamos tiempo para comer y mucho menos tiempo para dormir.

Aquellas semanas lejos de Candy fueron agonizantes a pesar de estar tan ocupado. La extrañé a morir, conformándome únicamente con escuchar su voz en la bocina del teléfono, rezando para que las operadoras telefónicas no escucharan nuestras deliciosas e impúdicas pláticas llenas de sexo. Solo mis queridas amigas Elisa y Susana lograban animarme con sus bromas tontas y su divertida plática interminable.

Cuando regresé, mi cuerpo clamaba por mi novia. Una vez que las clases terminaron y dieron comienzo las vacaciones de diciembre, ella y yo pasamos la mayor parte del tiempo descansando y haciendo el amor, excepto por la primera de las muchas fiestas memorables y famosas en mi departamento: la muy esperada fiesta de Noche Buena.

Todo iba muy bien: chicos comiendo y bebiendo sin límites al ritmo de la música de la consola y la gran colección de discos que ya teníamos en nuestro haber. Pero a la mitad de la noche surgió un problema que pudo haber sido grave: Archie y yo casi acabamos presos por culpa de los vecinos que se quejaron con la policía por ser alborotadores del orden.

Nosotros no nos dimos cuenta, pero algunos amigos comunes de Archie y Stear fumaban unos porros afuera de mi departamento, y de forma sorpresiva llegaron varios miembros de la policía amenazando con llevárselos arrestados.

Stear había salido para conseguir cerveza, por lo que Archie y yo por ser quienes vivíamos aquí, también éramos responsables de alguna forma de ese delito según la necia autoridad.
Afortunadamente para ambos, Archie con el poco conocimiento de leyes de su primer año en curso de Ciencias Políticas, logró que la policía nos dejara en paz alegando que nosotros no teníamos conocimiento de que nuestros amigos fumaban una sustancia ilegal afuera del lugar donde vivíamos.

En poco tiempo llegaron los padres de ellos, impidiendo que los arrestaran, la policía se fue haciendo una advertencia de que no debíamos romper el orden público y nosotros simplemente continuamos con aquella alocada celebración a puerta cerrada hasta casi las 3 de la mañana. Cuando se fue el último de los invitados, nosotros seis, aunque habíamos bebido demasiado, empezamos a limpiar un poco debido a que la señora que nos ayudaba en el aseo le habíamos dado vacaciones y ella regresaría hasta enero.

Annie y Candy recorrían la sala buscando vasos y platos sucios, Archie y Stear levantaban basura y limpiaban ceniceros, yo lavaba platos y Patty me ayudaba a secarlos y acomodarlos, todo esto lo hacíamos en medio de risas y al ritmo de “Like a Rolling Stone” una canción proveniente de la consola que tocaba mi disco nuevo de Bob Dylan que acababa de llegar desde Nueva York: mamá me lo había mandado como regalo de Navidad, al menos se acordó de mí en medio de su tórrido romance con Albert, el padre de Candy.
Candy y Annie llevaron todos los trastos a la cocina y nos ayudaron a lavarlos y acomodarlos mientras los Cornwell ponían toda la basura en el bote y limpiaban los muebles que se habían ensuciado.

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