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Después de aquellas palabras que te había dicho Ran, Rindou se acercó a ti para besarte sin importarle lo que le dijera el otro.
Por su lado Ran no hizo el más mínimo intento de alejarlo de ti, simplemente quería ver cual era tu reacción.
Y de ti, pues que podías hacer, ambos demonios estaban llenos de lujuria que terminaron embriagandote de esa misma lujuria haciendo que cada vez pida más.
Aquel ángel puro se había ido a la mierda.
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Estabas sentada en las piernas de Ran, mientras Rindou estaba casi que encima de ti con una mano en tu mentón haciendo que alces la vista para verlo y pueda besarte.
Ran lleva sus manos a tu cintura para hacer presión en ellas, sientes tu trasero hacer presión con el miembro del demonio haciendo que tu respiración empiece a ser irregular.
Lleva una de sus manos a tu zona íntima, y empieza a frotar sus dedos contra tus bragas, mientras que con su mano libre empieza a bajar los tirantes de tu vestido blanco.
— No hemos hecho nada y ya estas mojada — te susurra al oído Ran
Escuchas una risa por parte de Rindou, mientras que Ran sigue torturandote con los dedos y Rindou te besaba, mordía los labios, dejaba marcas en tu clavícula y cuello.
— Angelito, no te reprimas — dice Rindou al escuchar que reprimes tu gemidos
— Solo yo le puedo decir angelito maldito — le reclama Ran a su hermano
Rindou sonríe y no dice nada, sabía que este era celoso y se lo haría saber aunque estuvieran compartiendo a la misma chica.
— Ran, dejamelo a mi
Rindou aparta los dedos de Ran de tu vagina para luego jalarte de los muslos, baja tus bragas ya húmedas, puedes sentir su cálido aliente contra ti y eso hizo que tus piernas empezarán a temblar.
A ambos demonios se les escapa una sonrisa, mientras que Rindou pasa su lengua por tu vagina haciendo que un sonoro gemido se escapara de tus labios.
Ran por su parte saca su miembro y empieza a masturbarse en tu rostro, tus ojos miraban con deseo su duro y erecto pene.
Parecías una niña pequeña, con los ojos brillosos queriendo chupar una paleta.
— Abre la maldita boca y chupa — te ordena Ran
Haces lo que te ordena y empiezas a chupar la punta de su miembro como si se tratara de un dulce.
Rindou jugaba con tu clitoris mientras su lengua explotaba cada una de tus paredes vaginales haciendo que tu cuerpo tuviera pequeños espasmos y tus gemidos fueran ahogados por el pene de Ran.
Intentas cerrar las piernas a sentir que tu cuerpo se arqueaba cada vez más, los dedos de tus pies se empezaban a entumecerse.
— No cierres las malditas piernas, arruinas la vista nena — habla la voz ronca y grave de Rindou
Toma tus piernas con sus manos y las separa a la fuerza, y ahora si lengua era la que trabajaba en tu vagina haciendo que sintieras una ola de placer.
Tan pronto como Ran terminó en tu boca, tu terminaste en la boca de Rindou, un gran gemido salió de tus labios, arqueaste la espalda, pusiste los ojos en blancos.
Cuando toda aquella ola de placer acabó, abriste los ojos poco a poco, viendo a Ran guardando su miembro en sus pantalones y a Rindou chupando sus dedos llenos de tus fluidos.
Una vista hermosa sin duda alguna
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Rindou se acerca a ti y te da un beso en los labios, Ran se queda viendo la acción de aquel demonio sin decir nada.
Si bien, no le molesto compartir a su chica, pero aquella acción de Rindou sí logró molestarlo.
— Nena, tus fluidos son deliciosos — te dice Rindou
Un gran sonrojo apareció en tu rostro al mismo tiempo que empezaste a balbucear, que Rindou haya logrado ponerte nerviosa le molestaba.
— Angelito, ven — te ordena Ran
Tanto tú como Rindou quedan viendo al demonio, la forma en que lo dijo era muy diferente a como hablaba.
Trataste de levantarte pero estaba débil, así que tuviste que extender tus alas para volar pero estas también te fallaron.
No sabias si era producto del reciente squirt o ya era que aquel par de alas te empezaban a traicionar.
Ran roda los ojos y se acerca a ti para levantarte, abre un portal nuevamente para su lugar seguro y dejarte nuevamente en una jaula, como la última vez.
— Te quedaras ahí — ordena Ran
— Ran, no, espera nonono — le pedías que no te dejara sola — Quiero estar contigo, por favor no me dejes aquí
Pedías de mil y un maneras que no te dejara sola pero no te escuchaba.
— No te pasara nada — dice Ran
Te encierra, lágrimas empiezas a sacar pidiendo nuevamente que no te dejara sola en ese lugar. La cosa era que Ran no sabía por qué te daba tanto miedo aquella zona.
Cierra el portal para luego hablar con Rindou, necesitaba poner unas cosas en claro.
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