MATHEW
El fin de semana llega, y he decidido ir a ver a Jen.
Llego y veo que mis dos hijos están cambiados.
- Hola, no te esperaba -dice Jen con una ropa de infarto.
- ¿a donde van? -pregunto
- Vamos, a divertirnos! -grita Matt y la bebé se remueve
Me acerco y la cargo, se tranquiliza y se duerme, poniendo su manita en mi camisa, ella me ve como su Dios y yo la veo como una Diosa, mini Diosa, miro a Jen, en busca de explicaciones pero esta en una llamada, no puedo dejar a Abby así que con ella me voy a escuchar.
- Hola, si ok, ya salgo para allá.
La miro y cuando se voltea se sobresalta.
- Que rayos haces aquí -dice viéndome
- Con quien te verás -digo serio
- Con... un... Amigo -dice rápido
- ¿segura?
- No te debo explicaciones-dice cogiendo a Abby de mis brazos- Cuando salgas cierras las puertas.
Matt se despide, y todos salen.
- Amigo... -analizo- Amigos mis pelotas.
La persigo, y llegan a un restaurante, un chico los saluda y saluda a Matt quien solo le da la mano, se sientan en una mesa con vista a la ventana.
Error. Matt odia sentarse en mesas con vista a la ventana.
Rato después veo como Matt se incomoda y se va al baño, lo sigo con la mirada y entro también, veo que se lava sus manitos en el lavado de niños y se mira al espejo.
- Guapo soy -dice sonriendo y sale corriendo
Ordeno y los miro comer, Matt le pide a Jen irse y el chico lo mira con furia.
- Estás muerto, cabrón -digo pero Jen se adelanta y lo cachetea.
Salen del restaurante y cojo la mano de Jen.
- Puedes dejar de aparecer así -dice asustada
- Miro mal a mi hijo -digo y Matt se coloca a mi lado.
- Quería a mi mami, papi -dice y me alza sus bracitos.
Abby se despierta y comienza a quejarse, la guío a mi auto y entra, lo bueno del auto es que es polarizado y no se ve cuando Jen saca su pezon para darle de mamar a Abby, me indica que la lleve a casa de sus padres.
- Ellos te invitaron también -dice
- Iré por mis hijos, no me gusta que estén cerca de tus padres -digo llegando- y sabes cual es el motivo.
Cargo a Abby y entramos a la pequeña mansión de los Wilson, mi casa es más grande.
- Hola! -saluda la tía- amor te presento a un amigo.
Un chico de treinta años, pelinegro, ojos marrones. No soy yo. Obviamente.
- Hola -saluda y se la lleva
- Nunca fuiste una opción -dice la tía
La miro furiosa por ver como conversa con ella, ella sonríe.
- No será mujer de otro, no lo serás -digo firme
***
Aquí estuvo Ale
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CAOS
RomanceEl es oscuridad Ella es luz Ambos saben que se pertenecen, pero ninguno lo dice. No necesita etiqueta para saber que ella es de él. Aquí estuvo Ale