Capítulo VI -"Un día fuera de casa"

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El mismo sábado por la mañana me estaba alistando para salir, pues había quedado con mi mejor amigo a tomar una caminata por el campo o simplemente ir al pequeño parque que estaba cerca de nuestras casas.

Me metí a bañar, me cambié y me despedí de mis padres antes de que saliera.

- ¡No llegues tan tarde hijo!

- ¡No mamá, llego antes de las 6 a casa!

Salí y tomé el camino cerca del río que llevaba al pueblo donde vivía mi amigo, mientras iba caminando veía un montón de pajarillos volando por los al rededores, el día estaba soleado pero muy bonito, caminé por la sombrita de los árboles y seguí mi camino.

Llegué frente al centro del pueblo, donde habíamos quedado, 10 minutos tarde pero llegué, no era sorpresa que mi amigo aun no hubiese llegado, así que me senté en una banca cerca del lugar y estuve esperando.

(20 minutos después)

A lo lejos veía como alguien venia corriendo a mí, era mi amigo que apenas estaba llegando, llegó muy tarde y eso que vive a dos calles del centro.

- ¿Dónde estabas?, te estoy esperando desde hace 20 minutos, ya son la 1:30

- Perdón, perdón, es que ya me iba a salir y a mi madre se le ocurrió que tenía que ir a las tortillas y de remate había un montón de personas

- Esta bien pues, no te preocupes, a mí también me suele pasar

- Bueno Alberto, ¿quieres ir a comprar algo de comer y después nos vamos al parque un rato?

- Vamos, como sea tengo mucho tiempo para llegar, ¿hasta qué hora te dejaron? 

-Hasta las 6

-¡Ay Alberto!, ¿Por qué tan temprano? Vete hasta las 9

-No puedo

- ¿Por qué?, no me digas que ya 18 años y sigues siendo un niño de mami, y aparte te regañan, ¡por favor, Alberto!

- ¡No es eso...! mira olvídalo, vámonos

La verdad era que si me regañaban por llegar tarde, pero no quería darle la razón a ese tonto, preferí evitar el tema.

Caminamos unas dos cuadras hasta un parque donde había un montón de niños gritando, en cambio, sus padres solamente estaban ahí vigilándolos, no sé, cosas de familias.

A fuera del parque había un pequeño puesto de chicharrones y dulces, compramos unos cuantos y nos sentamos en una pequeña banca que había ahí colocada.

Siempre que nos juntábamos platicábamos sobre cómo nos había ido la vida, y cuestiones más personales.

- Me enteré de que habías entrado a la Universidad, Alberto

- Sep, entré a la Universidad que esta por la ruta 26, la nueva que acaban de poner

-Aaahh, ya, ya se dé cual hab... oye, pero ¿qué no esa Universidad está muy lejos?

- Si, pero no me queda de otra, es la única que hay cerca, en el futuro ten por seguro que van a poner más, apenas estamos en el 42 y eso de las Universidades es novedad.

- Que flojera me das Alberto, pero bueno, supongo que ya te estarás ligando a una chica, ¿no?

- ¿Qué? ,¿y a qué viene esa pregunta?

- Alberto, ¿no aprendiste nada de lo que te enseñé en la secundaria y en la prepa sobre ligar?

- Estas loco

- Alberto, en la escuela se va a ligar, mira, tú nada más te le acercas a esa chica, le dices, "hola mami, ¿quieres salir?"

- Ya veo porque siempre reprobabas las materias

- Es que no se trata de mí, se trata de que te estoy preparando para la vida, me lo vas a agradecer después

No sé cómo puedo ser amigo de este tonto pero bueno, me cae bien.

-Mira pues, te voy a contar, yo no voy a la escuela a ligar, pero...

-¡¿Pero!?

-Pero, es cierto que me gusta una chica

- ¿Ya ves? Yo sabía que tenías una parte de mí en ti, y dime, ¿Cómo se llama tu noviecita?

-A ver, no es mi novia, yo....

¡¿Qué!?, ¿Entonces para que tanto revoloteo?

-Mira, a pesar de que eres un tonto, debo de aceptar que eres bueno en estas cuestiones, o bueno, eso creo, así que te quería pedir un consejo, la chica se llama Rosa, es muy buena onda y quiero declarármele

- Esta bien, mira, primero, llévale un montón de flores, como cuando le llevaste flores a tu tía con la muerte de su esposo...

-AJA......

-¡Oh pues! ¿No querías un consejo?

-Ponte serio, ¡demonios!

- Bueno, bueno, a ver, una vez que le llevaste un montón de flores, contrata un montón de mariachis y llévale una gran serenata, y después de que salga de la casa, te pones de rodillas, sacas la sortija en mano y le dices que te quieres casar con ella, pero recálcale la palabra "mami", algo así, "mami, ¿te quieres casar conmigo? " Y caerá rendida a tus pies.

Creo que mi amigo es el ejemplo más claro de que los hombres no sabemos dar consejos de amor, en primera, no tengo tanto dinero como para comprarle muchas flores o llevarle una gran serenata, mucho menos voy a tener para una sortija, y, es muy apresurado decirle que nos casemos.

- Ahhhhh, si.... Gracias por tu consejo, supongo

- Vas a ver que con lo que te dije va a caer rendida a tus pies

- Claro... y si mejor sólo, ¿soy yo mismo?, quiero decir, le escribo una carta y si acaso le doy un peluche, ¿sabes?, yo creo que eso le haría muy feliz, no necesariamente tiene que ser un regalo carísimo, ¿no crees?

- ¿Qué?, ¿eso es lo que darías por ella?, a ver dime, si eso es lo que tienes en mente, hazlo, pero te quiero preguntar algo Alberto, ¿morirías por ella?

- ¿Morir por ella?, creo que haría más, preferiría vivir por ella, morir es fácil, instantáneo, pero vivir... eso, es más complicado. Mira, yo prometí nunca enamorarme pero simplemente ahí estaba ella, tantos momentos riéndome junto con ella, ese apoyo incondicional, supe que algo me hizo cambiar, pues antes era alguien que ni motivación por algo tenia, ahora, mi motivación es ella, nunca me había sentido tan vivo antes, ahí fue donde supe que me había enamorado de ella. Ella es mi lugar seguro, el lugar donde me arropo, tomo un café y puedo llorar sin tener miedo a que me hieran.

- Wow, eres muy empalagoso Alberto, creo que tú eres un caso perdido, en fin, haz lo que quieras, o simplemente como dices, "sólo sé tú"

- Hasta que dices algo razonable y eso porque te ayudé

- Ten suerte con ello amigo

- Lo haré

Después de esa platica nos quedamos un ratito más, le platique cómo era ella, de donde era y esas cosas, se me fue el tiempo platicando que ya hasta iban a dar las 6, así que me despedí y me fui "con prisa sin pisarme la cola", muy rápido, hacia mi casa.

Cuando llegué a la casa, me dirigí a mi cuarto, y estuve pensando en esa frase por un largo rato, "sólo se tú"

Supongo que eso haré, le daré una carta el día de su cumpleaños revelándole todos mis sentimientos y le daré un pequeño osito de peluche.

Dentro de 6 días es su cumpleaños, así que tengo tiempo de prepararle algo bien, algo que yo sé que le puede gustar, aparte yo sé que ella tampoco es que exija algo caro o cosas así para hacerla feliz, ya se me ocurrirá algo para escribirle, por el momento, la noche ya cayó y la verdad es que estoy muy cansado, pues mañana será un nuevo día.     

Ojos de Durazno, Corazón de Melón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora