Cuando Plahvatus regresó con sus amigos se notaba en su mirada la tristeza, y si se fijaban un poco más que este había llorado. Pero Shiori y Xyamel estaban bastante distraídos que no notaron más que la leve tristeza, supusieron que sería normal después de todo lo que estaba pasando, de lo cerca que se encontraban del castillo y de Xavier.
La impura y el vampiro se encontraban entrenando y jugando a la vez, se escuchaban sus risas por todo el campamento improvisado que habían hecho para pasar el día. Se encontraban cerca del castillo, más cerca que la vez que lo habían visto porque Shiori se los enseño. Si sus cálculos no habían fallado estaban a un par de horas de ahí, por lo tanto esperarían a que fuera de noche para poder atacar.
Por ese motivo tenían el día para practicar antes de que todo comenzará. La chica había mejorado bastante desde la vez que la habían encontrado y ni siquiera ella sabía lo que era. Estaba cerca de ser más fuerte que sus amigos juntos.
Ella era la esperanza de que al entrar ellos tres salieran con una cuarta persona, todos a salvo, y eso lo sabía, estaba muy nerviosa por eso, temía equivocarse, que por su culpa todo se arruinara. Aun así no demostraba nada de eso, sus amigos pensaban que estaba muy relajada y confiada de que todo saldría bien, o era inconsciente de todo lo que pasaría.
Plahvatus era el que más mostraba lo preocupado que estaba, les repitió el plan a sus amigos tres veces en solo una hora, revisó bastantes veces todo lo que llevarían, preparó varias pociones que serían muy útiles en su momento y leyó una y otra vez los hechizos que sabía para asegurarse que estaban correctos.
Xyamel le ayudó a su amigo en todo lo que este le pedía, cuando nadie lo estaba viendo afilaba sus armas, solo en caso de que las llegase a necesitar. También practicaba sus movimientos fijándose en su propio punto débil cada vez que hacía un ataque.
Por otro lado Shiori intentaba crear su propio encantamiento, Plahvatus le había mencionado una vez que con su poder podría intentar crear alguno que incluso podría llegar a ser el más poderoso de todo el mundo, pero requería mucha práctica y concentración. Ella había estado perfeccionando ese hechizo desde que su amigo le menciono que era posible, cada vez se volvía más poderoso aunque no estaba segura de que sería suficiente.
No le había mencionado nada a nadie pues temía decepcionarlos cuando fallara, además sería su as bajo la manga, con el cual sorprendería y salvaría a sus amigos o eso esperaba que sucediera, rogaba para que pasará así.
Pronto caería la noche, el momento en que ellos partirían, esperaban llegar en su punto más obscuro y así igualar un poco las condiciones de la batalla. Lo más seguro es que habría más de cincuenta personas, incluso podrían ser más de cien, ellos solo eran tres. La sorpresa sería lo que les ayudaría en este caso.
Mientras disfrutaban la que podría ser su última comida el mago les repetía el plan, quería asegurarse de que todo saliera perfecto. Él bien sabía que no podía controlar cómo reaccionarían sus enemigos, y que su reacción podría arruinar todo el plan, aun así lo que más lo relajaba era repetirlo.
-Bueno, me gustaría decirles algo antes de que vayamos al castillo- Comenzó a decir Xyamel- No estoy seguro de cómo saldrá esto, no puedo garantizar que todos saldremos vivos de ahí o que siquiera salgamos. Pero creo en nosotros, creo en que tendremos la fuerza suficiente para salvar a mi hermano de esas personas y regresar a casa. Nos hemos vuelto más fuertes, principalmente ustedes dos- Volteó a ver a Plahvatus- Te has vuelto mucho más fuerte desde que...bueno...se llevaron a Xavier, eres lo suficientemente bueno para salvarlo y quiero que confíes en ti mismo como yo confío en ti y tú- Ahora se encontraba mirando a Shiori, por un momento se le olvidó lo que quería decir pero luego siguió- Desde el día en que descubriste quién eres realmente, hija de una leyenda y parte de una nueva, has mejorado bastante. Espero que todo salga bien, daremos lo mejor de nosotros.
- Es el mejor discurso motivacional que he escuchado en mi vida, o más bien el único, pero gracias- Dijo Shiori acercándose un poco más a Xyamel.
-Gracias por eso- Comentó Plahvatus- Ha legado la hora de partir ¿Están listos?
-Sí- Respondieron ambos al unísono.
-Entonces, comencemos.
Shiori se encontraba unos cuantos pasos detrás de sus amigos, estaba ensayando. Y mientras eso sucedía Plahvatus le decía a Xyamel:
-Cuando todo esto acabe dime que comenzarán a salir tú y Shiori, se ve que te gusta, y que le gustas. Además ella es una buena persona.
-¿Consideras esté el mejor momento para hablar de esto?- Preguntó el vampiro y aunque intentó no sonrojarse las mejillas se lo colorearon un poco.
-Tal vez no lo sea, pero...quién asegura que habrá otro momento. Aunque espero que sí lo haya.
-En ese caso espero lo mismo por parte tuya con mi hermano.
-Yo también.
Caminaron por un rato, conforme avanzaba el camino inconscientemente se iban acercando uno al otro. Ninguno se atrevía a decir palabra alguna, tenían miedo de que eso de alguna forma pudiera alertar a las personas que se encontraban en el castillo.
Cuando por accidente al pisar crujía alguna rama todos se detenían, pensando que en cualquier momento varias personas llegarían a atacarlos, para su suerte eso no sucedió.
Mientras más pasos daban, más cerca se encontraban de rescatar a Xavier y eso era en lo que pensaban, lo que les daba un poco más de fuerza para poder continuar.
Cuando tuvieron el castillo frente a sus ojos no podían creerlo, era hermoso, hubieran disfrutado un poco más la vista si no supieran que pronto esas paredes podrían terminar destruidas o siendo una obstrucción para que pudieran escapar.
La puerta principal se encontraba abierta, como si les diera vengan por aquí, entren sin embargo ellos tenían otra idea. Había una ventana de la cual no salía ni un poco de luz, entrarían por ahí.
Xyamel cargó a Plahvatus en su espalda y Shiori la pequeña bolsa con pociones, ascendieron cerca de los árboles para que nadie los viera, pronto llegaron a la ventana y entraron por ella siendo lo más silenciosos que podían.
Xyamel y Shiori al tener sangré vampiro corriendo por sus venas podían ver en la obscuridad, no tanto como podían hacerlo cuando había luz aunque sí lo suficiente para no tropezarse. Sin embargo su amigo no podía por lo tanto decidieron prender una vela.
Al parecer habían entrado a una habitación donde solo se encontraba una puerta por la que pudieran salir, no sabían si eso era bueno o malo, pero si querían continuar tendrían que salir por esa puerta.
Fue el mago quien la abrió, con mucho cuidado esperando que no hubiera nadie detrás de ella. Para su desgracia sí lo había, y cuando vio a esa persona habló no pudo evitar que sus ojos se pusieran llorosos.
-Síganme por favor, mi amo los espera.
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Combinación de poderes
FantasyLa magia y los vampiros es algo de lo cual los humanos conocen pero no han visto. ¿Qué sucedería si una vampiresa y un mago tuvieran hijos? Shiori deberá aceptar lo que es y enfrentarse a un destino. ¿Lo hará? ¿A qué problemas deberá enfrentarse?