La vida de Natasha Romanoff siempre se ha concentrado en cuidar de su hermana Yelena Belova, no hay nada que le importe más en la vida que eso, ella jamás ha pensando en tener hijos, no los quiere ni los desea pero... Tal vez algo pueda cambiar su p...
Me recosté en el sofá que había en la habitación, cruzándome de brazos y cerrando los ojos, escuchando el sonido de las máquinas que emitían un pitido, desde ayer en la mañana le quitaron la sedación y solo están esperando a que se despierte, gracias a todo lo sagrado su inflamación cerebral bajo considerablemente y después de hablar con la policía quienes nos enseñó las imagines de tránsito, si... Natasha había corrido con mucha suerte, el accidente había sido demasiado aparatoso.
Y yo... Yo pude perderla y la molestia que tenía sobre que ella se drogara disminuyó, Natasha necesita nuestra ayuda, demasiado y saber que no está sola, nunca lo a estado y lamento todo el sufrimiento en el que vivió pero ya no puede vivir en el pasado, ya no... Debe dejarlo atrás y sobre todo, hablar de la violación con un especialista, ella aún lo sigue llevando como un costal en su espalda que la está asfixiando y debe soltarlo aunque será duro para ella.
Abrí los ojos de golpe cuando escuché unos quejidos y unos movimientos en la cama, mi corazón se detuvo por un segundo dentro de mi pecho al ver la camilla donde estaba Natasha, mi hermosa pelirroja se levantó un poco de la camilla parpadeando varias veces haciendo sonidos de quejidos.
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-¡Nataska! ¡Nataska! Espera, no, no, con calma te vas a lastimar-. Grité levantándome con rapidez para correr a su lado y ayudarla a recostarla de nuevo con delicadeza.
-Wan... Wanda-. Fue lo primero que dijo con esa voz ronca y abriendo sus lindos ojos verdes para mirarme con dolor.
-Shu, shu, tranquila, no pasa nada, dame un segundo, necesito hablarle al doctor antes que nada, no te esfuerces por favor-. Le dije acariciando su cabeza mientras sus ojos comenzaron a lagrimiar.
-Lo siento, lo siento tanto-. Murmuró comenzando a toser y yo negué con la cabeza, yendo rápidamente por un vaso con agua, volví a ella y le di un poco con cuidado.
-Hablaremos de esto después, tengo que buscar al doctor y necesito decirle a Yelena que despertaste, se va a molestar por qué apenas la había mandado a su hogar para un baño, no sabes lo mucho que me alegro que estés despierta, dame un segundo-. Dije completamente emociónada, acercándome para besar su frente.
Rápidamente salí de la habitación buscando una enfermera para decirle que Natasha había despertado y rápidamente se movieron, dejandome a fuera ya que tenían que hacerle algunos estudios y preguntas, mientras tanto me dedique a llamarle a Yelena y a Jean, completamente emocionada de que Natasha había despertado y que al parecer no tenía amnesia, bueno... Eso tendría que ser corroborado por el doctor.
-¿Señorita Maximoff?-. Preguntó una voz masculina y rápidamente deje de caminar y morderme las uñas.
-¡Doctor! ¿Cómo está ella? No tiene ninguna amnesia, ¿Verdad?-. Pregunté con preocupación y nerviosismo, el doctor había durado mucho tiempo encerrado en aquella habitación con mi pelirroja.
