Decisión de muerte

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Estaba acostado y tú me veías a la lejanía, mis ojos se cerraban y con ellos las lágrimas brotaban sin siquiera ser consciente de ellas, no podría describir lo que estaba sintiendo aun cuándo quisiera, solo existías en ese momento en tu habitación rodeado por tus cosas y tu aroma que impregnaba todo el ambiente; Dulce amargo despido.

—Recuerdas esa canción, la que te encantaba tararear mientras caminábamos en el atardecer, parecía una melodía tocada por el sol, dando la bienvenida a la luna, siempre recuerdo tus ojos viendo el cielo, esperando la noche bañada de plata, dibujando tu sonrisa igual que la luna —Krist hablaba con detenimiento en cada frase

—No, no quiero recordar, decidí dejar de hacerlo —suspiré para calmarme —Krist... Asesinaste a un niño, no puedo olvidar eso.

—¿Te asusta? —Krist hablaba con mucha cautela.

—¿Qué? —la ira en mi era difícil de contener.

—No poder olvidarme —parecía haber cambiado de opinión.

El picor de mi garganta subía hasta mi lengua, mis palabras comenzaban a tomar su propio filo, preparadas para cortar las suyas.

—Déjalo así, no es algo que importe ya —no podía continuar hablando con él, necesitaba alejarme.

—No quiero dejarlo, es que no entiendo ¿Cuándo termino esto? No es justo, jamás pensé que tú y yo ... —Krist parecía estar a punto de llorar.

—¿Tú y yo? Estas seguro que sean dos palabras que debas usar conmigo, deberías ahorrarte tu curiosidad. Me tengo que ir Krist, yo no cargare la culpa contigo.

No podia aceptarlo, no podia amar a un asesino, aunque mi cuerpo reclamara lo contrario; mi pecho gritaba el anhelo de tenerlo junto a mi. Levantarme había sido más complicado de lo que pude imaginar, no me retiré antes por miedo a no tener fuerza en las piernas, pero no estaban débiles, eran piedras, me sostenían, pero en cada paso tenía que pedir permiso a cada una, mi esfuerzo por caminar nunca había sido igual, cruzar la bahía de la desesperanza es; Arduo.

Tomé la perilla de la puerta decidido a girarla, una pequeña descarga eléctrica atravesó mis dedos, la sensación me siguió hasta el rostro, era lo que necesitaba, un pequeño acto que me devolviera a la realidad y me recuerde que en realidad todo esto había sucedido, no era un sueño, un mal pensamiento, una fantasía creada por mis inseguridades, salí de la casa de Krist y me dirigí a la oscura noche.

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Esa tarde como de costumbre fui corriendo a casa de Krist despues de haber cobrado las raciones correspondientes de las minas, él habia terminado antes y me dejó un mensaje con Maximus. Al llegar a su casa lo encontre con un niño en brazos, la sangre salia del abdomen del pequeño y Krist no dejaba de disculparse con el niño, pude ver como la piel del niño se marchitaba.

—Rey... No respira Rey —Krist estaba alterado.

Corrí y le quité al niño de los brazos, Krist tenía las manos llenas de sangre.

—¿Qué paso Krist? ¡Krist! ¿Qué hiciste? —estaba gritando más de lo que realmente deseaba hacerlo —¿Qué pasó?

—No lo sé... Rey ... Él —Krist se calló y se puso a llorar.

Terminamos enterrando al niño en una colina, no volvimos hablar.

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Llore, llore consciente, llore ávidamente, llore mientras giraba la manija y salía de la habitación, no deje de llorar cuando el viento de la noche acariciaba mis mejillas húmedas, no deje de llorar cuando los topos me observaban, curiosos. No sabía que otra cosa podía hacer, así que solo; Llore.

Nunca regresé a buscarlo, si me lo encontraba lo evitaba. Me asustaba como afrontar la situacion, me asustaba escucharlo, me asustaba dejar de amarlo, entonces; me aleje.

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—¡Li!... ¡Linar! —era la voz de Krist — ¡Linar escúchame! —sonaba desesperado —No sientas culpa, está bien, escógeme, Reinar te necesita, por favor escógeme.

La voz de Krist me había regresado al presente, estaban obligando a Linar a escoger entre los dos cuál debía sobrevivir. Regresar al pasado me hizo entender lo estúpido que fui, nunca le permití a Krist hablar, no lo apoyé, lo abandoné.

—¡Krist! —respiré para no soltarme a llorar —¡Perdóname! Esa vez ...

—No, Rey, no te disculpes, todo esto ha sido planeado —Krist señalaba al cielo —Ellas lo sabían —señalo a mi cuello, volteé a ver el diamante negro que me colgaba —Ellas lo querían, mandaron a Zusure a recuperarlo, ellas querían matarme, pero el muy cobarde envió a un niño. L hizo suicidarse, él hizo que el niño se suicidara antes de hablar —Krist gritó —¡Él es un traído Reinar! Si lo vez corre. —Krist se veía desesperado —Él niño, antes de clavarse el cuchillo no dejaba de repetir, qué Zusure se lo comería.

No había pensado en Zusure hasta que Krist lo menciono, posiblemente había muerto ya a estas alturas. El sonido de la entrada de Artemides se hizo presente.

—No les queda tanto tiempo —Artemides dejo espacio para otra voz — ¡Hola topos! —la voz provocó que perdiera fuerza en las piernas — ¿Me extrañaron? —era Zusure —Lamento su situación, ojalá fuera yo quien escogiera quien debe morir —escuchar su riza me dio nauseas —¡Ambos! —la voz se cortó.

No podía ser verdad, seguramente era un invento de Artemides, posiblemente lo tenía secuestrado, lo habían obligado hablar.

Me puse a reír descontroladamente, en verdad quería pensar eso, en lugar de aceptar las cosas, durante toda la purga Zusure había actuado demasiado tranquilo, confiado, como si supiera de que se trataba todo.

—¡¿Por qué?! —grité la pregunta al aire —nadie respondió.

Golpeé el suelo con fuerza, una, otra, una y otra vez.

—¡Rey! ¡Detente! —Linar estaba encima de mi sosteniendo mi brazo.

—¡Li! —Krist imploraba —¡Por favor!

Me levanté no era él momento correcto, no podía dejar pasar más tiempo.

—Está bien Li —suspiré —No tienes que tomar una decisión.

—¿De que estas hablando? —Linar se veía asustado.

Busque la mirada de Avalon, se notaba su esfuerzo de no correr hacia mí.

—¡No Reinar! —Avalon comenzó a gritar —No me importa morir, pero no me dejes sola en este mundo —Avalon estaba llorando.

—Estarás bien Avalon, no estarás sola—callé un momento, mi voz se me cortaba —Krist —necesitaba tomar valor —Linar —no tenía opción —Lial —en cualquier momento rompería en llanto —cuídenla.

—¡Rey! —La voz de Krist y Linar se unieron al mismo tiempo cuando desfunde la espada dentada.

La decisión la tomaría yo.





Siguiente capitulo. "Sin voltear atrás"

Gracias por seguir hasta este punto.  Buena ventura y espero verlos pronto.


  Buena ventura y espero verlos pronto

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La purga de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora