Oh Eli, dame la oportunidad

Quiero mi romance adolescente, neta.

Sus ojos eran pesados, no quería abrirlos pero al menos debe saber la hora, 7 a. m. A su lado no estaba Jim así que optó por ir a su búsqueda dentro de la casa. Al salir olió un buen aroma, parecía ser un postre o algo relacionado con pan. Se dirigió a la cocina al ver a Jim cocinando con destreza y tarareando una melodía tranquila mientras preparaba dos platos.

– Buenos días, Eli.

– Buenos días, Jim.

Le invitó a sentarse para desayunar. Eli estaba frente a Jim agradeciéndole la comida y empezando a consumir de esa delicia desconocida, era un manjar y estaba totalmente complacido.

A través de la ventana notó que la lluvia dejó un amanecer hermoso. Para reflexionar señores.

Eli solo vivía con su madre, quien trabaja duro para darle lo mejor, claramente él no era un mal agradecido estudiando mucho y enseñando sus buenas calificaciones; pero el acoso que recibía desde temprana edad le hacía sentir menos.

Pero cuando él apareció por primera vez, como un caballero con armadura protegiéndolo; en la audición de Romeo y Julieta escuchó su discurso. – Nunca olviden que el miedo es solo el precursor del valor... – Ese discurso que lo impulsó a ser más valiente. A tratar de negociar con Steve aunque no funcionara.

Cuando vio al troll, en el momento en que supo que Jim debía estar metido en el asunto sintió que era una pesadilla, Jim fue el único en inspirarlo a ser mejor y superarse.

– ... y que luchar y pelear frente al miedo es lo que significa ser un héroe. – Tuvo que tomar valor, para proteger a su madre y así mismo. Para proteger este mundo aunque nadie más que Steve lo supiera. Con valentía tomó el mazo del museo y se dirigió con miedo a Jim murmurando un débil "Lo siento Jim". – No piense... séalo.

– ¿Y bien? ¿Cómo me quedó? – Jim esperaba una respuesta, con esa mirada tan buena.

Jim es bueno, inspirador y valiente.

– Espléndido.

Sea correspondido o no, Eli la está pasando muy bien con Lake.

Debía marcharse a casa. Solo se despidió de Lake memorizando cada momento a su lado. Tomó la chaqueta junto con su mochila.

De camino a casa mantenía una sonrisa tímida mientras que dentro de sus pensamientos repasaba cada recuerdo de esa tarde y noche, donde sus sentimientos brotaron con intensidad con cada tacto de parte de Lake, suspiró tan solo de recordarlo de nuevo.

Su fortuna no le duró demasiado al toparse con Steve, lo que faltaba, iba distraído y no lo vio así no tuvo tiempo de evitar toparse con él.

– ¡Hey! ¡Si es mi nerd favorito! – Steve le tomó sin cuidado tallándole con fuerza la cabeza.

– Espera, por favor, solo déjame. – Rogó con poca dignidad.

Steve parecía observarlo un poco al alejarlo con brusquedad, cambiaba su expresión a una seria. 

***

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