Una chica se cruzó ante mis ojos, me olvidé de todo lo que pasaba a mí alrededor cuando empecé a observarla. Captó toda mi atención. No podía dejar de mirarla. Vestía de tonos oscuros, parecía fría, o quizás lo era, pero yo no creía eso.
Tenía la piel blanca y sólo utilizaba como maquillaje una línea negra por debajo de los ojos, creo que se decía "la raya".
Su pelo era voluminoso, negro, largo y un poco ondulado. Los ojos rasgados, unas pupilas dilatadas, cada parpadeo hacía volar a sus dulces pestañas.
Llevaba un vestido negro con un cuello blanco, le llegaba por encima de las rodillas. Unos broger negros en los pies. Encima de todo aquello llevaba un abrigo formal negro hasta la misma altura que el vestido.
Sus manos delicadas, sus dedos largos y finos. Las uñas pintadas de negro.
Llevaba una fina pulsera de plata, no llamaba la atención, eso parecía que quería dar a entender, era un detalle que le daba un toque de delicadeza. ¿Tendría algún significado aquella pulsera?
Consigo llevaba una mochila de cuero a su espalda. ¿Que llevaría ahí?
Del bolsillo de su abrigo sacó su teléfono. Parecía que la llamaban. Estaba en lo cierto.
Contestó y empezó a poner unas expresiones de rareza y enfado.
Que adorable - pensé.
Andaba a un paso lento y tímido.
No miraba a nadie fijamente a los ojos pero se notaba que buscaba algo o a alguien.
Se escuchó un grito cercano a mi, femenino, dirigiéndose a ella.
¿Habrá quedado con alguien?
¡Sam! - le grita está voz femenina.
Mi mente empieza a encajar su cuerpo con su nombre. Sam, Sam, Sam.
¿Será un diminutivo de su nombre o sólo será Sam?
Sam, la chica oscura.
Sam, la chica de paso tímido y mirada escondida.
Veo como se acercan y se saludan Sam y ... ¿su amiga?
Sigo mirando como bromean. Como hablan entre ellas. Se ve que deciden algo y empiezan a andar, hacia un lugar en concreto, hacia un destino acordado.
No quiero que se alejen, quiero seguir sabiendo más sobre ella.
Saco de mi bolsillo un cigarrillo, lo enciendo, doy una calada y pienso...
¿Volveré a verla?