**•̩̩͙✩•̩̩͙*˚ 𝑃𝑎𝑜𝑙𝑎 ˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚*
Aun seguía procesando lo sucedido cuando me entraron unas horribles ganas de vomitar debido al horrible sabor en mi boca.
— Bueno bebita, quédate un ratito más ahí jugando mientras preparó la comida. — No había notado cuando la señora Martha entró nuevamente a la casa, dejó el bote de colores dentro del corral junto con los libros y libreta que me había llevado al patio para jugar.
Junte mis piernas y me recoste haciéndome bolita en mi lugar sin hacer nada más que mirar al vacio, entre pensamientos pude observar al señor panda cerca de mi, lo tome de una pata y lo abrace contra mi pecho tratando de no llorar, en este momento lo único que quería era estar en los brazos de daddy mientras papi me cantaba aquella canción que tanto me había gustado.Me sentía ridícula siendo tan dependiente cuando antes me las arreglaba perfectamente estando sola, con pesar comencé a tararearme yo misma aquella canción que papi había nombrado nuestra, y tome una manta perfectamente doblada cerca de mi para taparme por completo, esto era lo más cercano a desaparecer por un rato, el que nadie me viera, y el sentirme segura con mi amigo peludo y el cubrirme por completo fingiendo desaparecer
Al cabo de unos minutos, escuche pasos provinientes seguramente de la señora Martha, cerré fuertemente mis ojos deseando que no me viera cuando era evidentemente obvio que estaba dentro del corral.
— ¿Que pasa cariño?, ¿tienes sueño?— los pasos cada vez se hacían más próximos haciendo que cerrará mis ojos cada vez más fuerte, tenía miedo por alguna razón. — Aun es demaciado temprano para tu siesta nena. — dijo en su clásico tono dulce que provocaba escalofríos. Sentí como apartaba la peluda manta color Rosa de mi cuerpo y me tomaba en brazos. — Vamos cariño, aun es muy temprano, ¿porque no vas a jugar a tu guardería ah? ¿Eso suena divertido a que si?. — levante mis hombros como respuesta, realmente no quería ser grosera pero no tenía ganas de hacer nada, solo quería estar en los brazos de daddy y que me dijera que todo estaba bien.
La señora Martha me llevó a mi guardería y me dejó en el suelo a si sin más, nada de advertencias ni rodilleras como lo hacía papi. — diviértete un rato Pao, iré a terminar de preparar la comida. — dijo sin más para después irse.Me quedé en medio de la habitación abrazando al señor panda, suspire agotadamente y gatee hasta la cocina de juguete a escasos centímetros de mi, tal vez si me distraía olvidaría todo, comencé a jugar sin sentir realmente el tiempo, cuando me percate ya había pasado casi una hora y media por el pequeño reloj fuera de la habitación, justo en ese momento la señora Martha llegó a recojerme.
— Un ratito más. — suplique sin querer irme aún.
— lo siento bebé pero tienes que comer. —dijo tomandome en brazos. Suspire resignada dejando al señor panda sentado en su silla disfrutando el platillo gourmet que le había preparado.
— Bay... — murmure despidiéndome de el con mi mano. — que aproveche. — dije tratando de sonar elegante.
Fuimos directo a la cocina me sento en mi sillita alta y abrocho las correas y la charola. — Todavía no tengo hambre. — murmure tratando de no sonar grosera.
— estuviste mucho tiempo jugando con tu cocinita, ¿acaso no te abrió el apetito?. — pregunto juguetonamente.
— No realmente. — conteste, su mirada cambio en un segundo de una juguetona a una más seria.
— me dieron la orden de que comieras a las 3 para que a las 4 tomaras tu siesta. — dijo fríamente. Trague en seco sintiéndome intimidada por su penetrante mirada, solo atine a asentir y murmurar un "esta bien" nerviosamente.
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una little inusual
RandomPaola es una chica de 16 años como cualquier otra, su familia no la trataba tan mal, pero era ignorada constantemente gracias a sus dos sobrinas. Daniel y Felipe eran dos empresarios muy ricos y poderosos, no les hacía falta nada, pero se sentían va...