_________ pov.
El amor de su vida...
Qué gracioso era que así me decía y ahora se encontraba colgada del brazo de alguien más.
Mi relación con Kendall no tenía ni una semana que había terminado y ya estaba besando a alguien más.
La mujer que dijo que sin mí no vivía, ahora está del brazo de alguien más, ¿A dónde se fue tanto amor?
Siempre me hizo creer que era buena, pero ahora viéndola a los ojos, me engañó.
Todo era una maldita mentira que no sé ni cómo caí por ella, no comprendía nada.
—Se ve muy feliz, ¿No lo crees? — la irreconocible voz de Taylor llegó a mis oídos. —Para haber terminado contigo hace 96 horas está muy feliz — solo tomo de mi vaso de whisky.
—Lo gracioso es que decía que yo era lo más importante para ella — doy una pequeña sonrisa. —Fuí una tonta, sabes — ella asiente.
—Demasiado — ambas sonreímos.
—No comprendo cómo caí si ella no era de mi agrado — Tay toma pone su mano encima de la mía.
—Ella te supo engatusar con su actuación de quererte mostrarte que ella era buena — da un leve apretón en nuestras manos unidas.
—Al final fue mentira — tomo todo el contenido de mi vaso. —¿Por qué no me golpeaste cuando empecé a enamorarme de ella? — nos volvemos a reír.
—Porque te hubiera matado a golpe y no hubieras recapacitado, ya que estabas ciega por ella — el mesero vuelve y pido otro vaso de whisky.
Me encontraba en un restaurante con Taylor, pero para nuestra mala suerte estaba toda la familia kardashian Jenner, esa familia no era de mi interés, antes de salir con Kendall no me importaba quienes eran, para mí solo eran una familia que vendía su vida problematica que no aportaba nada bueno a la sociedad.
Era más de estar en mi mundo, si no fuera por Taylor y Selena que eran famosas, no sabría ni quiénes serían ellas.
Como decía, no tuvimos la suerte de no encontrarnos con esa familia, pero no importa porque no iba a estar escapando de ella. Además sirvió para terminar de aceptar la verdadera cara de Kendall.
—Te agradecería desde el cielo, si es que no me iba al infierno — la rubia niega. Sabía que se alegraba de que no cambiará mucho desde la ruptura.
¿Qué si me dolió? Claro que me dolió porque si me clave demasiado por la modelo, pero luego de esta noche ya no dolería tanto.
Agradecía por tener a sel y a tay como amigas, ellas eran únicas, no las cambiaría por nada ni por alguien que diga amarme.
—Tonta, pero seguramente sería desde el infierno porque no eres una blanca paloma y menos desde que te fijaste en la encarnación del mal — no puedo evitar reírme de las ocurrencias de mi amiga.
—Te amo, lo sabes — ella asiente.
—¿Quién no me amaría? — ruedo los ojos falsamente ante su imitación de alguien diva. —Yo también te amo, a sel y a ti, las amo mucho — sonrió con cariño ante la mención de nuestra amiga.
—Yo también amo mucho a esa pelinegra que me roba mis dulces — se me escapa una sonrisa ante el recuerdo.
—Oh, no — dice de repente. —Mentirosa a la vista — es divertido como refiere a Kendall.
—________, qué casualidad encontrarte aquí esta noche — tiene una sonrisa falsa.
—Lo mismo digo — me mantengo seria. —¿A qué se debe tu visita a nuestra mesa? — pregunto.