CAP 1: Caída libre.

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Siento el retraso pero no se que esperabais de un escritor de 18 años, en fin disfrutar el libro.

xo

-den

***

Miraba al espejo, un par de ojos marrones devolviendo la mirada a los míos, con un ligero tono de disgusto en ellos. La persona parada enfrente de mí era tan familiar como a la vez desconocida. "Ya no sé quién eres, te odio." Le dije al espejo esperando algún tipo de respuesta. Cada segundo que pasaba mirándome no podía dejar de recordar todo lo que me habían hecho, todo lo que yo había hecho. Cada vez que me miro todos esos pensamientos corren libres por mi cabeza y lo odiaba, odiaba que ellos tuvieran el control sobre mí, solo quería terminar con esto de una vez pero para eso necesitaba terminar conmigo también.

"Lo siento mucho." Susurre por última vez al espejo, cambiando por primera y última vez la dinámica que solíamos llevar. Esta vez no había ninguna señal de disgusto en esos ojos marrones solo una expresión arrepentida en un mar de desesperación, puede que hasta un poco triste y con una pequeña sonrisa en los labios. Cogí una cuchilla de afeitar del cajón del baño, mirándola con un poco de temor. ¿Temor? No, no le tenía miedo a la cuchilla pero si respeto. Sabiendo lo que iba a pasar tomé el último trago de la bebida que lo había empezado todo o casi todo.

Con cuatro movimientos no muy limpios ni rápidos y puede que hasta un poco dolorosos al final, hice cuatro cortes en vertical, dos por brazo. Aparte del dolor, lo primero de lo que me di cuenta fue de la cantidad de sangre, sabía que el cuerpo humano tiene 5 litros de sangre aproximadamente pero mirando cómo se escurría por mi brazo parecía más. No podía apartar la mirada de mi brazo era como si estuviese en un trance, y como si de este se tratara salí de él dándome cuenta de lo que acababa de hacer.

"¿Qué coño acabo de hacer?" Dije en un susurro con pánico en los ojos. "Yo no quiero morir." Pensé antes de salir del baño mientras el mundo a mí alrededor se volvía más oscuro y mi cabeza más pesada. Estaba seguro de que había gritado el nombre de mi padre para que me ayudase pero lo único que escuchaban mis oídos eran los latidos de mi corazón que amenazaba con pararse cada vez que latía una vez más. Estaba bajando las escaleras cuando mi cuerpo finalmente colapsó y me caí rodando por ellas.

Era como estar en caída libre, solo físicamente, porque ya estaba en caída libre desde hacía un tiempo, si hubiese sabido manejar mis emociones ese día que ahora parece tan lejano tal vez nunca habría pasado esto. Mientras caía pensé en mi familia y como reaccionaran cuando mi cuerpo caiga tieso en el suelo del salón donde seguramente estén ahora todos, lo único que espero es que algún día puedan llegar a perdonarme.

Lo último que recuerdo antes de que todo se volviese negro a mi alrededor es a mi familia alrededor mío.

***

El sonido de un pitido fue lo primero que escuché al despertar lo siguiente un dolor pulsante por los brazos, intenté abrir los ojos pero mis parpados eran muy pesados. Lo siguiente que sentí fue el murmullo de varias personas hablando sabía de quienes eran las voces más o menos, aunque había un par de ellas que no era capaz de reconocer.

Tras unos minutos de escuchar mis alrededores decidí intentar mover aunque sea un dedo para que alguien se dé cuenta de que estoy despierto. Después de muchos intentos de mover aunque sea alguna parte de mi cuerpo y no tener éxito decidí simplemente volver a dormir.

***

Me desperté otra vez con la voz de alguien hablando, otra vez no parecía que mi cuerpo respondiese a nada asique simplemente me quedé tumbado escuchando.

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"Dicen que no saben si vas a despertar pronto o no." Dijo David, digo yo que sentado al lado mío donde sea que yo este tumbado. El suspiró y cogió mi mano antes de volver a hablar.

"Aún no sabemos porque lo hiciste, ¿Sabes? Sabíamos que no estabas bien y que debimos haberte ayudado. Te echamos de menos." Dijo David apretando mi mano un poco más fuerte que antes.

No entiendo nada, nada de lo que está diciendo tiene sentido, ¿Qué no estaba bien? Si lo estoy, no entiendo porque dice que podrían haberme ayudado y no entiendo, ¿Qué hace el aquí? Sé que es el hijo de la mujer de mi padre, ¿Pero porque está el aquí y no mi madre? Antes de poder seguir haciéndome más preguntas sentía como el cansancio se apoderaba de mí y volvía a dormirme esta vez un poco más confuso que la anterior.

***

"No se sabrá la gravedad de las lesiones hasta que no se despierte." Dijo una voz totalmente desconocida para mí.

"¿Pero cuáles podrían ser?" Escuché a mi padre preguntar, seguramente a la persona a la que pertenece la voz de antes.

"Puede de estar totalmente perfecto a tener problemas motrices y en el habla o tener problemas de memoria. No se puede saber exactamente hasta que despierte." Dijo la misma voz de antes, seguramente de un hombre en sus cuarentas o cincuentas.

"¿Y cuando crees que será eso? Ya ha pasado una semana, ¿No debería estar despierto ya?" Preguntó mi padre con una voz preocupada. No podía creerme que ya llevase una semana así, cada vez que me despierto siento que solo he dormido por unas cuantas horas pero se ve que son días enteros.

"Eso no se puede saber aún, al caerse por las escaleras provocó varios traumatismos craneales graves y también con la pérdida de sangre, podrían quedar semanas incluso meses hasta que se despierte."

***

"Ya han pasado dos semanas, por favor Ben despierta." Dijo una voz masculina a la que no podía ponerle ni nombre ni cara, pero era como si él y yo fuésemos cercanos aunque no sé quién es.

"No solo han sido estas dos semanas, ha sido también el último mes, cambiaste y solo quiero que vuelvas por favor." Dijo la misma voz entre sollozos, seguía sin saber quién era pero me daba pena que estuviese tan triste por mí. El extraño agarro mi mano y la apretó fuerte, estuvo así un rato hasta que un fuerte pitido empezó a sonar. Sentía que algo iba mal, era una sensación de vacío en mi cuerpo, sentía como mis parpados aunque estuviesen cerrados todo el rato se sentían más pesados.

"¡Intubarle, no puede respirar!" Escuché a una voz gritar antes de volver a dormirme.

***

"Esta tarde sus pulmones han dejado de funcionar por sí mismos y ha habido que intubarle hasta que pueda respirar por sí mismo."

"¿Cuánto tiempo estará así?" Escuché a mi padre preguntar. Me duele que mi padre este así de preocupado por mí y no poder decirle nada aunque esté escuchando todo el rato. También me duele no poder darle ninguna señal de que si estoy despierto, espero que algún día cuando me despierte pueda perdonarme por hacer que se preocupe tanto.

"No se sabe, su cuerpo ha pasado por mucho estrés, como ya les dije hace unos días podrían ser semanas o meses pero ahora en el estado de empeoramiento en el que está podría no despertar." Escuché a lo que deduzco yo que es el doctor decirle a mi padre antes de que se pusiese a llorar, lo que más me sorprendió es que también escuché los sollozos de su mujer, Cristina, no era que me sorprendiese para mal, pero no conseguía entender porque ella estaba aquí y aun no había escuchado ninguna vez a mi madre.

***

"Ya han pasado 21 días desde que escuché tu voz ya sé que últimamente lo único que hacíamos era pelear, pero te echo de menos." Escuché decir al chico de la otra vez, seguía sin saber quién era y eso solo me confundía más, no sé ni que me ha pasado ni como he llegado aquí aunque parece que todos lo saben.

"Sé que en parte es mi culpa, no debíamos haber pelado ese día. Siempre pienso que hubiese pasado si no hubiera dicho nada, tal vez no te habrías ido esa noche de casa y no habría pasado nada y todo estaría bien." Escuché al chico decir antes de que cogiese mi mano con un poco de fuerza.

"Lo siento." Fue lo último que le escuché decir antes de ponerse a llorar con mi mano aun entrelazada con la suya. Seguía sin entender nada, no sé de qué pelea me estaba hablando o en qué momento me había ido de casa. Parecía que vivir confundido se había convertido en una rutina porque cada vez que escucho a alguien hablarme nada de lo que dicen tiene sentido para mí.

***

"Ya ha pasado un mes desde que está aquí y casi dos semanas desde que lo intubamos y no hay signos de que vaya a mejorar. Lo único que lo mantiene respirando ahora mismo es el respirador."

"¿Qué quiere decir con eso?" Escuché a mi padre preguntar con un tono de voz en el que parecía que podía ponerse a llorar en cualquier momento.

"Lo que quiero decir es que les estoy preguntando si quieren seguir en el estado en el que está ahora esperando a que se despierte o que le quitemos el respirador." Escuché al doctor decir antes de poder escuchar los llantos de mi familia. Lo único que quería era poder decirles que si estoy bien y que no se preocupasen por mi pero no podía y eso era lo que más me dolía de todo.

"Les voy a dejar un tiempo para que se lo piensen, lo siento mucho de verdad." Escuché al doctor decir antes de que se fuera de la habitación. La habitación se quedó vacía con el único sonido de los sollozos de mi familia y el ruido de lo que supongo es el respirador. Me dolía no poder hacer nada para aliviar su dolor, lo único que pedía era poder hacerles saber de alguna manera de que si estoy bien, que les escucho pero no podía. Sentí como alguien cogía mi mano en la suya, si simplemente pudiera apretar mi mano y ser capaz de atenuar su dolor.

"Me ha apretado la mano." Escuché a mi padre decir entre llantos con un tono sorprendido.

"¿Quién?" escuché a Cristina preguntarle.

"¿Quien va a ser? Ben." Escuché a mi padre decir apretándome más fuerte la mano. Lo único que hizo esto fue confundirme mucho más porque yo no podía mover mi mano, mucho menos apretar la suya. Intenté con todas mis fuerzas apretar de nuevo su mano pero nada parecía pasar. Lo único que quería hacer era llorar, no llorar de tristeza sino de impotencia por no ser capaz de hacerlo de nuevo aunque no sé como lo hice la primera vez.

"Ben está llorando." Escuché a mi padre decir mientras me pasaba la mano por la cara, supongo yo que para secarme las lagrimas. Y otra vez no sé cómo era capaz de hacer eso lo único que quería hacer es poder despertarme. Lo siguiente que sentí era una sensación rara como de ahogo, como cuando estás bajo el mar y no te queda más aire en los pulmones, esa sensación. Cada vez me faltaba más aire, era como si tuviese algo en la garganta que impedía que pasase aire.

"¡Se está ahogando! ¡Quitarle el tubo!" Escuché a alguien decir, segundos después la sensación de ahogo ya no estaba. Después de recuperar la respiración, solo vi blanco, los ojos me ardían y no sabía porque. Intenté parpadear y para mi sorpresa sí que lo conseguí. Empecé a parpadear cada vez conseguía ver un poco mas pero la luz blanca seguía cegándome, haciendo posible que solo pueda ver siluetas mirando hacia mí.

"Está despierto." Escuché a mi padre decir mientras aun sujetaba mi mano con fuerza. Después de unos segundos esperando a que se me ajustara la vista al exceso de luz que había en la habitación por fin pude ver, con los ojos entrecerrados, a mi padre delante de mí y no solo una silueta. Quería aunque sea en un susurro decirle algo, no muy seguro de si iba a poder ser capaz de hablar, intenté decir algo.

"Estoy bien."

Su amor olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora