Maraton (5/5)
Las palabras de Sam no salían de mi cabeza. Pero al final, todo lo que dijo es verdad. Yo me merecía esto, ¡me lo merecía!
Mentirle a mi hermano de esa manera, por tanto tiempo, fue lo peor que pude hacer.
No sé cuánto tiempo llevaba allí, pero mis ojos deben estar hinchados de tanto llorar.
¿Quién iba a pensar que esto iba a terminar así?
El timbre me sacó de mis pensamientos. Oh, por Dios, Nicolle. No quería que me viera así, pero era la única persona en la casa.
Me levanté y abrí la puerta con cuidado. Ella llevaba bolsas en la mano, pero las dejo caer apenas me vio.
- Rachel, ¿qué te pasó? -Dijo un tanto preocupada.
Empecé a llorar de nuevo y ella me abrazó.
-Sea lo que sea que haya pasado, te prometo que va a mejorar. -Dijo mientras lloraba en su hombro.
¿Quién iba a pensar que Nicolle sería la única persona con quien podría desahogarme?
-No, no, ¡no va a mejorar! Sam se fue, Nicolle, ¡se fue! -Grité.
-¿Cómo que se fue? ¿Qué fue lo que pasó?
-Es una larga historia, Nicolle. Sólo sé que me odia.
-Él no te odia, Rachel. Eres su hermana.
-Si lo hace. ¿Y sabes que es lo peor? Que también perdí a Finn. -Cómo dolía decirlo. Pero él me mintió.
-¿Un chico en especial? Sea quien sea, estoy segura que no merece tus lágrimas.
Nicolle y yo duramos horas sentadas en ese sofá, hablando. Me pude desahogar con ella, le conté todo, no sé por qué lo hice. Sólo sé que lo necesitaba y no me arrepiento. Nicolle me hizo sonreír una que otra vez.
Debería darle una oportunidad, es una mujer genial. Pero mi cabeza ahora mismo estaba en otras cosas.
-.-
La alarma no dejaba de sonar. ¿Alarma? ¿Alarma en vacaciones? ¿Qué mierda?
Me levanté y me encontraba en mi habitación. Probablemente me quedé dormida y Nicolle me trajo.
Cogí mi móvil para desactivarla.
"¡CASA EN LA PLAYA!" Ese era el nombre de la alarma que me levantó con ganas de asesinar a alguien.
Hoy era el día que Logan, Quinn, Finn y yo llevábamos esperando tanto tiempo.
¿Y ahora qué? No les había dicho nada a Logan y mucho menos a Quinn. Con la única persona que había hablado después de lo sucedido era Nicolle.
Mi cabeza daba vueltas y vueltas.
¿Dónde estará Sam? ¿Dónde estará Finn? No podía sacar a ninguno de los dos de mi cabeza.
Espero que Sam no haya intentado hacerle daño a de nuevo. Espero que estén bien.
Después de darme una "relajante" ducha, me cambié,me puse una playera de Nirvana,con unos shorts gastados,una sandalias blancas y arreglé un poco mi cabello,atandomelo en una coleta.
No podía quedarme aquí. Así sea sola, voy a ir a esa casa. Probablemente no me sienta siempre cómoda con Quinn y Logan, pero necesito alejarme de todo esto.
Bajé y algo llamó mi atención. Había una caja blanca, larga. Me acerqué a ella y la abrí con cuidado.
Oh, por Dios.
Ese era el vestido de Ela. El vestido era perfecto. Era el vestido más lujoso que alguna vez había visto. Tenía mi aprobación, ¡claro que la tenía!
Nicolle entró a la sala y me sonrió.
-¿Cómo te sientes? -Preguntó acercándose a mí.
-No me siento mejor, para ser sincera. Pero me iré con unos amigos unos días, es una casa cerca de la playa. Me vendría bien, ¿no crees?
-¡Claro que sí! Hoy viene tu padre, en la tarde. ¿Crees que estarás aquí?
-Oh, no. Ya vienen por mí.
Nicolle me hizo un delicioso desayuno mientras esperaba a Quinn y Logan.
Subí a mi habitación y me aseguré de que tenía todo listo para irme. Siempre se me olvidaba algo. Bajé mi valija y la puse en la sala.
Mi móvil empezó a sonar y lo cogí al instante. Era un mensaje de Quinn.
"Ya llegamos, ¡sal rápido! Lo que nos falta es que tu hermano vea a Finn y se nos arruine todo."
¿De qué hablaba? ¿Finn? ¿Finn acaso está con ellos? Mi corazón empezó a latir con bastante fuerza.
Me despedí de Nicolle, cojí mi valija y salí.
Logan estaba apoyado contra el auto y Quinn estaba adentro. Me calmé al ver que Quinn no estaba con ellos.
No quiero verlo.
-Ven, déjame ayudarte. -Dijo Logan y yo le ofrecí mi valija.
-Creo que necesitas hablar con alguien. -Dijo Quinn desde el auto, mirando a una sola dirección.
Volteé a ver y Finn estaba ahí. Oh, no, no, no.
Estaba apoyado sobre un poste, perdido en sus pensamientos.
Me acerqué a él.
-¿Qué haces tú aquí? -Dije enojada.
-Necesitamos hablar. -Dijo mirándome.
-No, tú y yo no tenemos nada de que hablar.
-Rachel, sé que me equivoqué. Pero no tienes ni idea, las cosas que he cambiado sólo por ti, antes era alguien que no le importaba nad... -Lo interrumpí.
-No quiero escucharte, Finn. Esto se acabó.
-¿Eso es lo que quieres? ¿Dejarlo todo así?
-Eso es lo que hice.
- Rachel, por favor..
-No, Finn. Me mentiste. Tú y yo somos muy diferentes, mucho.
-Maldita sea, sí, me equivoqué. Te mentí. Pero no lo puedes dejar todo así, hemos pasado por muchas cosas juntos sólo no..
-No. Por tu culpa mi hermano se fue. Por tu culpa mi hermano me odia.
-No, Rachel. No te equivoques. Los dos fuimos parte de esto, los dos le mentimos a tu hermano.
-Sí y ese fue mi error. Estar contigo, fue un gran error. -Sé que no lo fue. Pero sólo necesito alejarme de él, necesito recuperar a mi hermano.
Él se quedó callado y bajó la mirada.
-Si pudiera atrasar el tiempo, preferiría tener a mi hermano a mi lado. Nunca me hubiera metido contigo. -Dije entrecortada.
-Si yo pudiera atrasar el tiempo, habría hecho las cosas bien desde un principio. No le hubiera ocultado a nadie lo que siento por ti, ni siquiera a Sam.
-Pero no se puede atrasar el tiempo, Finn. Hay muchas chicas que mueren por ti, puedes tener la que quieras, ¿por qué yo?
-Porque te necesito cerca de mí. Cuando estás conmigo, siento que todo está bien. Eres la única por quien quiero darlo todo, déjame demostrártelo. -Dijo con lágrimas en sus ojos y agarrandome el brazo.
No puedo hacer esto, no puedo.
-No, Finn. Esto se terminó. -Dije soltandome de su agarre y caminando en el medio de la calle, sintiéndo las lágrimas caer, me alejé de él y me subí al auto.
Esto dolía, dolía demasiado.
Él seguía mirándome fijamente.
-Por favor, vámonos. -Le dije a Logan.
Porque esto es justo lo que necesito, alejarme. Alejarme de todo.
-.-
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Eres Mía Pequeña °ADAPTADA° |Finchel| #Wattys2015
RomanceRachel Berry y Finn Hudson. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Él era dueño de sí mismo, ella una niña ins...