Capítulo 22

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Tn:
Salgo casi corriendo de este maldito lugar, no debí venir. Alcanzo a salir del condominio cuando un auto para a mi lado y toca la bocina. Sé que no es Christopher por el color de auto asique aterrada comienzo a caminar más rápido. Vuelven a tocar la bocina y comienzo a correr, eh visto demasiadas noticias de chicas que desaparecen y nunca las vuelven a encontrar, no quiero ser una más. Avanzo un par de calles con el corazón a mil por hora, el maldito auto me sigue el paso hasta que doblo en una calle pequeña, miro hacia atrás y por suerte ya no veo el auto pero choco con alguien que me toma de los brazos y entro en pánico.
-¡Suéltame!- grito histérica- ¡ayuda!- mis ojos se llenan de lágrimas de pura desesperación.
-Ey, ey tranquila, soy yo- dice y reconozco su voz. De inmediato me aferro a el y lloro.
-Chris...- sollozo en su pecho mientras me abraza.
-Tranquila, te llevaré a casa- dice Christopher tratando de calmarme. En su auto todo el camino voy en silencio hasta que estaciona el auto fuera de mi casa- ¿estás bien?- pregunta sacándome de pensamientos, niego con mi cabeza y vuelvo a llorar como niña pequeña. Me da un abrazo de esos que me hacen sentir segura y que nada me pasará y me calmo- ¿quieres que me quede ?, puedo dormir en el sofá- solo asiento y entramos a mi casa.
-Mi madre termina su turno mañana en la tarde- le comento mientras le paso una frazada- ¿estarás bien aquí?.
-No te preocupes por mí- me responde y asiento. Camino lentamente a mi habitación, sigo algo asustada pero también muy decepcionada por lo que pasó en la fiesta. Mi padre nos abandonó cuando yo tenía 9 años, por irse con otra mujer con la que consumía de todo tipo de drogas, él muchas veces intentó rehabilitarse pero la droga terminó por consumirlo y nos abandonó. Cuando tenía 15 lo volví a ver por casualidad en la calle, me sonrió y se me acercó a saludarme, estúpidamente creí que me extrañaba y quería saber de mí pero luego de unos minutos hablando el muy maldito me pidió dinero. Según el era por una emergencia, según yo era para drogas. No le di el dinero y gracias a dios desde ese día no lo volví a ver. La droga no solo rompe al que lo consume, también afecta y rompe a quienes tienes a tu alrededor. Así perdí a mi padre.

Droga - Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora