MI RARITO | Eddie Munson y tú

Tengo miedo _________

POV _________:

Dustin me sacó de aquel lugar de la muñeca. Cerró la puerta y me llevó hasta el coche.

Me metí dentro y me puse en el lugar donde estaba Eddie antes.
Max se puso en medio y Robin al otro lado.

Steve empezó a conducir hacia casa. Me salían las lágrimas pero me las quitaba con las manos rápidamente para que nadie lo viera.

Max se dió cuenta y sujetó mi cabeza y la colocó en su hombro. Acomodó su cabeza encima de la mía y me acariciaba la cara lentamente.
Me sentía segura. Cerré mis ojos y traté con todas mis fuerzas olvidarme de Eddie en ese momento.

Llegamos a casa. Empezamos a bajar del coche.

- Bueno _________, te dejamos aquí. - Comentó Steve.

Asentí. Steve me abrazó con fuerza.
Se separó y me sonrió. Los chicos se despidieron y subieron al coche.

Dustin se acercó a mí.

- _________, si necesitas ayuda o lo que sea, toma esto. - Me dió un walkie, la verdad que no sabía de dónde sacaba tantos walkies.

- Gracias Dustin. - Sonreí y agarré el walkie. El chico subió al coche y se fueron.

Me metí a casa. Subí directamente al cuarto y me tiré en la cama.
Quería hablarle a Eddie pero no sabía si él se había dormido ya. Me aguanté las ganas de hablarle y dejé el walkie en la mesilla de noche.
Me metí en la cama y me intenté dormir.
Tardé un rato en poder hacerlo pero lo conseguí, lo único que quería era que ya fuera el día siguiente para que el puto policía me interrogara y poder irme con Eddie.

Al día siguiente me levanté con el sonido del timbre. Bajé las escaleras frotándome los ojos del sueño. Abrí la puerta y ví a dos policías enfrente mía.

- Hola. - Anuncié sin darle mayor importancia.

- Hola señorita, venimos a hacerle unas preguntas sobre lo ocurrido con la estudiante Chrissy, si no mal conocemos, usted es parte del un club, ¿verdad?. - Comentó el policía.

- Mjm. - Me giré y me fui a sentar en el sofá. Los policías me siguieron y se sentaron a mi lado. - Hellfire, ¿y?.

- Hemos hayado el cuerpo de una estudiante de vuestro colegio en la casa de Eddie, le conocerás, supongo. - Informó.

En ese momento se me vinieron todos los recuerdos que tenía con él, sonreí. - Sí, le conozco.

- Bien, ¿sabe algo?, no le encontramos por ningún lado. - Informó.

- Yo no sé nada, ni de dónde está ni de que él hubiera hecho eso. - Se me empezó a calentar la sangre.

- Tenemos entendido que en ese club hacen cosas satánicas, ¿no es así?.

- ¿Perdón?. - Pregunté.

- La gente os define como frikis, ¿verdad?. Además, a nadie se le haría extraño que ese tal Eddie sea un asesino. - Comentaron los policías.

- Si voy a ser una friki por jugar a un juego, vale, pero que llamem a Eddie asesino no lo voy a tolerar. - Me levanté del sofá y ellos también lo hicieron.

En vez de explotar mis emociones contra ellos, decidí hecharles. - Fuera de mi casa. - Comenté señalando la puerta.

- Todavía no hemos acabado con las preguntas. - Anunciaron.

- ¡Me la suda!, ¡fuera de mi casa!. - Les empujé fuera de mi casa.

- Está bien, pero si necesitamos otra cosa volveremos.