4. Cuando comes flores

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Alrededor de las florerías y cosas de esa índole, las personas suelen esperar flores grandes y amables, con olores extravagantes, del mismo modo piensan que serán atendidos por alguien con un espíritu brillante, quizá como el de un girasol.

Taeyong se queda un rato mirando la florería y nota la ausencia de personas del mismo modo que el de las flores.

La época no permite que haya mucha variedad, así es la vida, se propicia el crecimiento de raíces cuando es primavera y verano, no en invierno cuando mueren por completo.

Hay un letrero grande al frente: Nos abstenemos de atender come flores.

Ojalá fuera así de simple ver la vida, realmente no tiene sentido si tan sólo pudiesen informarse un poco, incluso aportando un poco de su lógica ¿no sería excelente atender come flores porque serían gran parte de su clientela? Las ventas podrían duplicarse.

¿Qué ocurrió para que decidieran tomar esa elección? No ve ninguna posibilidad.

Y es que, los come flores no van por ahí comiendo cada pétalo que encuentran, sin un afán de ofender, no van a comer la suciedad de la tierra y tampoco los bichos que esta aporta a las plantas; nada les asegura que esas flores no hayan sido regadas con aguas tratadas.

Finalmente, ni siquiera son nutritivas, lo más importante es eso, los come flores no se alimentan de ellas como un placer exquisito desde siempre, si desearan el sabor podrían con facilidad ir a una tienda de dulces, en cambio, las flores de la tierra no saben exactamente a nada. Son una mezcla de hojas, agua y polvo. A nadie le gustan los vegetales de forma apasionada, ¿por qué las flores son distintas?

Da un paso al frente y abre la puerta del lugar.

—¿En qué puedo ayudarle?

El joven admira los olores y nada. En efecto, insípidas.

—Me preguntaba si tienen flores sintéticas.

—Oh, no, lo lamento—la dependienta le da una mirada suave, de todos modos no pretendía adquirir nada, es decir, considerando los anuncios del lugar, seguramente pronto iba a requerir mostrar su identificación y una gotita junto a su número de ciudadano lo hubiese delatado.

Asiente tranquilo y camina con discreción al salir del lugar, sin mirar atrás.

Cuando nació no necesitaba pensar en esas cosas, pero esos días no deja de remover en su cabeza la idea de que Jeno ha estado saliendo demasiado con Jaemin, así que eso lo preocupa, ¿qué sabe ese muchacho?

Además, lo considera tan arriesgado, si la familia se entera podrían ser demandados. Está seguro de que algo dentro del plan de su hermano va a salir rotundamente mal. ¿Qué tan temprano es para que Jeno comience a necesitar ingerir flores?, el ha vivido más tiempo sin ellas.

Aunque siente un golpe en el vientre cada que ve a Dongyoung, como cosquillas, diferente a la primera vez, ya no son nervios y mucho menos ansiedad, es hambre y eso suena terrorífico.

En parte, porque también siente ese aire fresco golpeando su nariz y eso que es un humano simple o eso cree hasta ese instante.

Pues los floricultores tienden a ser más reservados, a no tener trabajos tan públicos porque en cualquier momento algo surgirá y como ha notado antes, no todas las personas son afines a ellos.

Ha escuchado muy frecuentemente el apodo que recién les han dado cuando hablan de ellos a escondidas.

Maleza.

Lo peor es la connotación que carga, bien parecido a malicia.

Desde su punto de vista, jamás va a entender porqué, no hacen nada malo en realidad, aunque se sabe bien de aquellos que mueren a causa de sus parejas, en especial los floristas.

EPILOGUE: SNOW FLOWER [DOTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora