X

912 103 99
                                    


heeseung veía a sunghoon preocupado, tal vez porque jungwon no le devolvía ninguna de las llamadas que le hacía. ni siquiera había ido a detención, se lo toparon a la salida yéndose cual alma que lleva el diablo a quién sabe dónde.

lee trataba de calmarlo y hacerle entender que a lo mejor necesita estar solo, pero es que el chico ya había adquirido nervios desde lo que pasó en el comedor.  jungwon era una persona muy impulsiva, a veces se dejaba llevar por sus sentimientos más negativos y reaccionaba de aquella manera. esto no había sucedido desde primaria, según sunghoon sabía, los padres del chico tuvieron que llevarlo a terapia durante muchos años para buscar una forma de canalizar esa ira que lo controlaba.

y eso fue el taekwondo.

—sohee era la única que lo mantenía a raya. —sunghoon exhaló, hee tenía una mueca en sus labios. —o al menos era otra persona cuando estaba con ella.

—de todas formas, jay merece una golpiza cada tanto. —el mayor pasó uno de sus brazos por los hombros de park mientras caminaban en dirección a sus casas. —ya sabes, a veces es muy imbécil. y hace mucho nadie lo ponía en su lugar. yo creo que nuestro pimpollo estuvo fantástico.

—¿nuestro? —alzó una ceja volteando un poco la mirada al adverso.

—¿tuyo? 

—nuestro me suena a pareja.

—¡y lo somos! —heeseung le regresa la mirada y sonríe. hoon parpadea al percatarse la cercanía de sus rostros. —tu eres la mamá preocupada y yo el padre genial.

—¿genial en...?

heeseung inesperadamente miró sus labios. park frunció el ceño por ello.

—¿conquistar a la mamá? 

sunghoon se zafó de su brazo cuando el mayor cerró sus ojos y estiró su boca en un pico bastante exagerado. heeseung comenzó a reír al ver la reacción de su amigo.

—¡era broma! —gritó cuando el menor había adoptado una caminata más rápida.

trotaba hasta alcanzarlo, pero hoon se negaba a voltear a verlo, heeseung podría ser tan idiota. por alguna razón, se detuvo en la esquina de la cuadra, el rubio no le dirigía la palabra y algo parecía tener su atención justo ahora. 

—¿sunghoon? —heeseung lo llamó. 

—¡es jungwon!

exclamó con una felicidad resplandeciendo en su rostro de repente. se le escapó el rubio de las manos cuando cruzó la calle como si fuera un inmortal o algo por el estilo, los autos le tocaron bocina por haber corrido de esa manera y heeseung fue detrás de él mientras se disculpaba. 

jungwon estaba sentadito en el interior de una cafetería, bebiendo quizás algo frío a la vez que tenía los auriculares puestos y su vista estaba centrada en su móvil. ambos amigos se adentraron a la tienda y se encaminaron a su pequeño mejor amigo, ocupando una mesa junto a la ventana. 

a sunghoon se lo estrujó el corazón al darse cuenta de que estuvo llorando, cualquiera lo notaría porque sus enormes ojos lo delataban con facilidad, los tenía algo hinchados y un poco colorados. park advirtió su presencia al pararse al lado de la  mesa. jungwon levantó la mirada para mandar seguramente al diablo a quien lo haya interrumpido, pero sus ojitos se ablandaron al darse cuenta de que eran sus dos mayores favoritos.

le dio pausa al video que lo mantuvo distraído y se sacó sus auriculares. un puchero se asomó casi al instante.

—lo siento. —fue lo primero que dijo. —estuvo mal lo que hice.

𝙈𝙄𝙉𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora