heeseung veía a sunghoon preocupado, tal vez porque jungwon no le devolvía ninguna de las llamadas que le hacía. ni siquiera había ido a detención, se lo toparon a la salida yéndose cual alma que lleva el diablo a quién sabe dónde.
lee trataba de calmarlo y hacerle entender que a lo mejor necesita estar solo, pero es que el chico ya había adquirido nervios desde lo que pasó en el comedor. jungwon era una persona muy impulsiva, a veces se dejaba llevar por sus sentimientos más negativos y reaccionaba de aquella manera. esto no había sucedido desde primaria, según sunghoon sabía, los padres del chico tuvieron que llevarlo a terapia durante muchos años para buscar una forma de canalizar esa ira que lo controlaba.
y eso fue el taekwondo.
—sohee era la única que lo mantenía a raya. —sunghoon exhaló, hee tenía una mueca en sus labios. —o al menos era otra persona cuando estaba con ella.
—de todas formas, jay merece una golpiza cada tanto. —el mayor pasó uno de sus brazos por los hombros de park mientras caminaban en dirección a sus casas. —ya sabes, a veces es muy imbécil. y hace mucho nadie lo ponía en su lugar. yo creo que nuestro pimpollo estuvo fantástico.
—¿nuestro? —alzó una ceja volteando un poco la mirada al adverso.
—¿tuyo?
—nuestro me suena a pareja.
—¡y lo somos! —heeseung le regresa la mirada y sonríe. hoon parpadea al percatarse la cercanía de sus rostros. —tu eres la mamá preocupada y yo el padre genial.
—¿genial en...?
heeseung inesperadamente miró sus labios. park frunció el ceño por ello.
—¿conquistar a la mamá?
sunghoon se zafó de su brazo cuando el mayor cerró sus ojos y estiró su boca en un pico bastante exagerado. heeseung comenzó a reír al ver la reacción de su amigo.
—¡era broma! —gritó cuando el menor había adoptado una caminata más rápida.
trotaba hasta alcanzarlo, pero hoon se negaba a voltear a verlo, heeseung podría ser tan idiota. por alguna razón, se detuvo en la esquina de la cuadra, el rubio no le dirigía la palabra y algo parecía tener su atención justo ahora.
—¿sunghoon? —heeseung lo llamó.
—¡es jungwon!
exclamó con una felicidad resplandeciendo en su rostro de repente. se le escapó el rubio de las manos cuando cruzó la calle como si fuera un inmortal o algo por el estilo, los autos le tocaron bocina por haber corrido de esa manera y heeseung fue detrás de él mientras se disculpaba.
jungwon estaba sentadito en el interior de una cafetería, bebiendo quizás algo frío a la vez que tenía los auriculares puestos y su vista estaba centrada en su móvil. ambos amigos se adentraron a la tienda y se encaminaron a su pequeño mejor amigo, ocupando una mesa junto a la ventana.
a sunghoon se lo estrujó el corazón al darse cuenta de que estuvo llorando, cualquiera lo notaría porque sus enormes ojos lo delataban con facilidad, los tenía algo hinchados y un poco colorados. park advirtió su presencia al pararse al lado de la mesa. jungwon levantó la mirada para mandar seguramente al diablo a quien lo haya interrumpido, pero sus ojitos se ablandaron al darse cuenta de que eran sus dos mayores favoritos.
le dio pausa al video que lo mantuvo distraído y se sacó sus auriculares. un puchero se asomó casi al instante.
—lo siento. —fue lo primero que dijo. —estuvo mal lo que hice.
sunghoon tomó asiento frente a él, heeseung lo copió pero ocupando el lugar junto al menor.
—no tenías que desaparecer así como así. —el rubio le dice, no pudiendo verlo a los ojos como quisiera. —estaba preocupado.
—casi se pone a llorar y lo atropella un auto.
—heeseung. —llamó el rubio en un tono reprochante, porque lo que decía no lo ayudaba en nada. el mencionado apretó sus labios ocultando la sonrisa que casi se le forma por el solo hecho de ver a sunghoon enojado. —¿estás bien? —se dirigió a jungwon.
el menor asintió.
—¿tendré que disculparme con jay, verdad?
—sabes que sí. —lee lo abrazó por los hombros. —pero honraré ese magnífico puñetazo izquierdo que le diste, fue legendario.
yang casi se rió al respecto, pero hoon lo observaba tan... no sé. tenía muchas cosas para decir, pero ninguna salía de su boca.
—¿no se supone que tendrías que estar en detención?
la pregunta del rubio lo devolvió a la tierra casi por completo. y es que hace un rato había sido tan extraño las cosas con el profesor. en plan, luego de que haya golpeado a jay fue directamente a la sala de profesores que es seguro donde kim lo enviaría primero. la razón para llevarlo a detención era demasiado válida, ¿y quién mejor que ese hombre para decidirlo? era probablemente el profesor más experto en darle infernales castigos. pero, al hablar a solas con él, fue sospechosamente amable.
le preguntó cómo estaba, si se había hecho daño (cuando el dañado fue jay) y más preguntas como esa llegaron después. supo que le levantaría el castigo al aparecer con su mochila de la nada, kim se había tomado el tiempo de ir a buscarla al aula, cosa que nunca había visto hacer por ningún otro alumno.
—me dejó ir. —jungwon respondió. hoon parecía asombrado por la forma en la que sus ojos se agrandaron.
—¿él? —heeseung estaba igual de sorprendido.
—sip.
—¿kim? ¿kim soohyun? —volvió hee a decir.
—espero que no exista otro. —jungwon giró su mirada hacia el mayor de los tres. —¿por qué?
—oh vamos. —chasqueó su lengua contra su paladar creando un sonido. —estamos hablando del mismo hombre que no le tiene un poco de piedad a sus alumnos.
—quizás fue... solo por esta vez. —jungwon trató de no pensarlo tanto y se removió un poco en razón de que quería dispersar la incomodidad que le hacía sentir esta conversación. —jay... ¿jay sí quedó en detención?
—tu lo golpeaste, no creo que- ¡auch!
heeseung había sido pateado por sunghoon en cuanto le daba una respuesta a yang. con ese gesto en park supo que la estaba cagando.
—él se fue a casa. —el rubio dijo, más calmado y haciendo notar que todo estaba bien. —termina tu bebida, te llevaré a casa también.
jungwon asintió obediente como si de un niño siendo regañado se tratase. hee lo ayudó a acabar sus bocadillos y se hizo el juguetón hablándole infantilmente a sunghoon cuando él fruncía sus cejas en claro gesto de molestia. park se ponía rojo como un tomate debido a la vergüenza y won no podía evitar reír ante los rechazos del rubio.
eran los mejores amigos más maravillosos del mundo, y a veces siente que no los merece como tal.
(...)
pasaron días, demasiados, una semana completa, y jungwon todavía no encontraba la forma de disculparse con jay. se había prometido hacerlo, pero cada vez que intentaba acercarse siempre se alejaba, es como si tuviera un radar donde supiera las veces que está a su alrededor y escapa.