Butterflies [Michael Jackson]

Capítulo '11

CAPITULO 11

Al terminar el beso juntamos nuestras frentes luego de un par de segundos, volvió la luz no nos dijimos nada en ese momento solo sonreíamos tal como una pareja de enamorados que se volvieron a encontrar. De pronto sonó de nuevo su teléfono tenía ganas de lanzar a ese teléfono por un abismo pero tenía que aceptarlo, ese teléfono, forma parte de su vida diaria.

M: Lo siento –dijo y contestó- ¿Hola?

J: ¡Peter!

M: Campanita, ¿Cómo estás?

J: He venido a visitarte y no estabas ¿Dónde estás?

M: Iré en un instante Campanita, ¿te quedarás a dormir?

J: Claro que sí, Peter, te espero –colgó-

Luego volvió su mirada hacia a mí

M: Era Janet mi hermana, esa chiquilla es incontrolable.

E: ¿Y ya te tienes que ir? –Hice un puchero-

M: Si mi niña, pero mañana vendré a verte, ¿te parece? –Tomó mi quijada y me dio un leve beso-

E: Te extrañaré celoso –le devolví el beso-

M: Me quedaré solo cinco minutos más –me aferró más a él-

E: Podemos hablar mediante besos esos cinco minutos -me acerqué a él-

Besarle era como un paraíso, no exagero, era perfecto, quién pensaría que nos volveríamos a encontrar después de tantos años, había olvidado lo perfecto que era sentirle.

E: -Le di un último beso corto- Ya tienes que irte Mike, Janet te está esperando.

M: Es verdad, te veré mañana.

E: Queda en pendiente que tienes que presentarme a Janet -sonreí-

M: Mañana vendré a recogerte para ir a ver a Janet ¿te parece? –Me devolvió la sonrisa-

E: Me parece excelente.

Nos despedimos y él se fue, yo seguí acomodando un par de cosas.

Narra Michael.-

Salí del departamento de Emma y Tony me esperaba afuera, gracias a Dios nadie había descubierto quién soy, entré al auto con una sonrisa que podía decir todo lo que había pasado.

T: ¿Se encuentra bien señor?

M: Mejor que nunca Tony, ¿por qué lo pregunta me veo mal?

T: Al contrario señor, se ve mejor que nunca, le aseguro que es la mujer indicada.

M: ¿Y usted como está tan seguro?

T: Cuando entre a su habitación señor, asegúrese de verse en el espejo, esa sonrisa en su rostro no estaba ahí hace pocas horas, más bien nunca he visto su sonrisa de tal manera.

M: Tomaré su consejo Tony, le creeré usted nunca me miente. -sonreí-

No puedo definir ese momento, mi felicidad alcanzaba su límite, es imposible describir tanta felicidad, quizá Tony tenía razón, ella es la indicada. Cuando entré, Janet estaba ahí, sentada en el sillón.

J: Hasta que llegas -sonrió- ¿Dónde estabas? –Levantó una ceja-

M: Es una larga historia -sonreí-

J: Tendrás que contarme, tu sonrisa acaba de delatarte.

M: Es ella...

J: ¡¿Vanessa?! –Abrió sus ojos como platos-