XXIII

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*Castillo de Wivern*

Leo caminaba ansioso, pero muy ansioso por los pasillos del castillo de aquel vampiro que parece personaje de algún juego de fantasía oscura.

Se frotaba las manos y repasaba una y otra, y otra vez, las líneas que le había dado Cáncer hace un rato, en ese papel estaba lo que tenía decirle a Helios, luego recordó la conversación que tuvo con su amigo de toda la vida.

Flashback.

- Ten, esto es lo que tienes que decirle a Helios.- dijo y le entrego una nota.- Memoriza todo esto y procura hacerlo bien, si titubeas por un momento, se dará cuenta y todo lo que tenemos planeado se ira al caño, ¿entendiste?

- Si, si...- respondió asintiendo y agarro el papel, le dió un vistazo.- ¿Quieres que me aprenda el maldito testamento o qué? Esta muy largo...- se quejo cuando leyó todo lo que tenia que memorizar.

- Vamos, no será tan difícil para ti, actúas muy bien, solo haz lo que mejor sabes hacer y listo, lo engañaras fácilmente.

- ¿Gracias?- agradeció no muy seguro.

- De nada.- respondió con una sonrisa y le coloco su mano en el hombro, y se acerco un poco hasta estar a escasos centímetros de su cara.- Mas te vale hacerlo tan bien, que te podrías ganar un premio por la mejor actuación, porque si fracasas, yo mismo te matare.- le dijo con una mirada aterradora y voz profunda, haciendo que el otro se pusiera nervioso.

- Vale, está bien, no hay necesidad que vengas con amenazas, ahora aléjate, que parece que me vas a dar un beso o algo.- aparto su mano y se alejo del pelinegro.- Ya, anda vete, yo me encargo de todo.

- Eso espero.

- Ten fe, hermano, ten fe.

Fin de Flashback.

- Le dije que me tuviera fe, y ni yo me tengo fe a mi mismo...- soltó muy nervioso, suspiro pesadamente cuando estuvo en frente de la puerta de la habitación de Helios.- Bueno... Es ahora o nunca...- dijo antes de tocar la puerta.

- ¿Quién se atreve a molestarme?- se escucho del otro lado una voz molesta.

- Soy yo, Leo... Tengo información que te puede interesar.

- ... Pasa.

Leo abrió la puerta lentamente y asomo primero la cabeza, allí vió a Helios sentado en un sillón tomando algo de una taza.

- ¿Por qué te quedas allí parado? Pasa con confianza, que no te voy a morder.- hablo soltando una risa y le dió un sorbo a la taza.

- "Eres como una maldita hiena, es obvio que me vas a morder, imbécil."- soltó aquel pensamiento y entro en la habitación, se acerco hasta estar frente a frente.

- ¿Y bien? ¿Qué es lo que tienes?

- Cáncer me contó que planeaba junto con los Licántropos un ataque hacia el castillo.

- ¿Qué?- casi se atraganta con la bebida debido a la sorpresa.- ¿De verdad?

- Así es, un grupo de Licántropos, junto con el mismísimo Piscis al mando, se instalarán en un valle cercano dentro de una semana y atacaran cuando estemos con la guardia baja.

- Interesante... Muy interesante.- dejo la taza a un lado y se levanto del sillón.- ¿Me estas contando la verdad, no?- se acerco a Leo.- Porque si me mientes, no solo tú, sino también tu lindo cachorro morirán por mis propias manos, ¿lo entiendes, no?

- Si, lo entiendo perfectamente y por eso le digo la verdad.

El de ojos verdes miro fijamente a los ojos del contrario, como si confirmara que estuviera diciendo la verdad y nada mas que la verdad.

Enamorado del enemigo. (Zodiaco Gay).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora