Capítulo 19: Las cosas se comienzan a complicar.

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—Ya era justo de que lo admitieras —Bufa mi loba «orgullosa» de que he aceptado los sentimientos por mi Mate y que tal vez estoy enamorada de él

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—Ya era justo de que lo admitieras —Bufa mi loba «orgullosa» de que he aceptado los sentimientos por mi Mate y que tal vez estoy enamorada de él.

—Cállate Riana, él aun no lo sabe, puedo arrepentirme —Le digo un poco avergonzada.

Al volver mi concentración en Ángel, le noto diferente, antes sus ojos demostraban un poco de tristeza y ganas de confesarme un gran secreto, ahora me miran con furia, con enojo. Además un ligero aroma familiar y que no me agrada para nada, es un leve olor a las pastillas.

—¿Ángel? —Le llamo cautelosamente, últimamente sus estados de ánimo estaban siendo muy impredecibles.

—¿Qué diablos te pasa Layla? —Pregunta con algo de rudeza, mi loba y yo nos quedamos impactadas.

—¿Qué diablos le pasa a Ángel, Layla?

—Sí ¿Qué diablos le pasa a Ángel, Riana? —Concuerdo con mi loba, luego miro a Ángel— ¿Qué diablos te pasa a ti Riana, digo Ángel? —Mi loba aguanta unas risas por mi confusión y yo rodé los ojos.

—¿Ves? Hasta te confundes con mi nombre —dice exasperado, haciendo ademanes—. Estoy comenzando a dudar si en verdad eres mi Mate.

Su voz, fría como el hielo hizo eco en mi interior, donde mi loba solloza por sus palabras y yo no puedo evitar admitir que también me dolió un poco lo que dijo. Me quede unos segundos intentado procesar las palabras que brotaron de aquellos labios que tanto me gusta besar, aunque no nos besamos tanto. Ojos tan oscuros como la noche, casi podría decir que están vacíos, me miran expectantes por mi reacción, ya no queda rastro de aquel lobo con el jugué en el agua hace unos días.

—¿Y bien? —Aún sin salir por completo de mi ensimismamiento, le miro.

—¿Y bien qué? ¿A qué te refieres? —Me doy una bofetada mental por lo frágil que sonó mi voz.

—¿No tienes que decir nada al respecto de lo que hiciste allá bajo? —Sus brazos se cruzan en una clara evidencia de que quería una explicación.

—Repito: ¿A qué te refieres? —Mi voz afortunadamente ya vuelve a la naturalidad, no puedo permitirme verme débil, así que imito su anterior acción.

—Natalia me dijo que te comportaste como una insolente con mis invitados —Mi ceño se frunce y la tristeza fue efímera en mi loba ya que ahora era ella la que está encolerizada.

—¿Disculpa? —Preguntamos mi loba y yo al mismo tiempo, permití que un poco de molestia se filtre en mi voz—¿Esos idiotas eran tus invitados?

—No les llames así, ellos son dos importantes Alfas extranjeros, esperaba que me ayudaran con el plan de expandir la manada, pero tu insolencia provoco que no quisieran cerrarlo —La reprimenda en su voz es palpable y yo no sé si sentirme culpable o molestarme.

—Ángel, lamento que ellos no quisieran cerrar el trato contigo —Creo que me voy a inclinar un poco por la primera opción—. Pero esos invitados tuyos me coquetearon de manera descarada —Sin embargo también por la segunda—, o al menos así lo sentí yo —Aclaro descruzando los brazos y encogiéndome de hombros.

Mi Ladrona (COMPLETA) (Versión Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora