La selección

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  Sofía

¿Sabes? Dicen que cuando te desvelas es porque alguien está pensando en ti, pero yo estaba segura de que en mi nadie se había pasado la noche pensando a pesar de que no pude pegar un ojo.
Estaba hecha un lío, todo había sido  muy impactante, tenía la cabeza como si la ubiecen metido en una lavadora y todavía estubiera dando vueltas, me sentía los ojos pegados a la parte trasera de ella y al mirarme en el espejo me pude fijar que unas hermosas sombras negras rodeaban la parte inferior de estos, y como si eso no bastara para acabar con mi autoestima mi cara estaba hinchada y mi cabello parecía un nido de pájaros, genial una encantadora y positiva forma de comenzar el día.

Primero que nada era viernes, a cualquier alumno eso le habría alegrado, pero nosotros los amargados siempre nos hacemos la misma pregunta ¿Qué voy a hacer yo sola en mi casa?

Pues si, mi vida se había vuelto una rutina, habían pasado tres días desde lo de Cristopher pero aún así nada parecía haber cambiado desde el primer día, sobre todo porque sentía un gran vacío, ya no andábamos juntos, nos ignorabamos en la escuela y como no quería hablar del tema con nadie me había negado ante la posibilidad de juntarme mucho tiempo con Erika y Katerin. La verdad era que me sentía un poco mal respecto a eso, pero aún así creo que era mejor que por un tiempo me mantuviera alejada, necesitaba mi propio espacio y no voy a negar que en muchas ocasiones me siento mejor cuando estoy sola, demasiada gente se vuelve axficiante...

Asi que solo me había dedicado a ir de la casa a la escuela y de la escuela a la casa. Lo único diferente en mi vida eran los momentos que pasaba con Thomas, habiamos estado juntos estos últimos dos días porque la pre selección sería llevada a cabo este domingo y pues bueno, ayer me pidió que fuera para ayudarlo a elegir que cuadro.

***
Habían terminado las clases y el día había transcurrido normal. No había hablado con nadie y tampoco había visto a Cristopher, cosa que me pareció extraña, pero de igual modo no importaba mucho.

Hiba saliendo cuando me tope a Thomas esperando en la entrada.

—Buenas tardes ¿Nos vamos ya?— pregunto con total naturalidad, lo cierto era que como habíamos pasado tanto tiempo juntos nos habíamos agarrado cierta confianza y no me importaba, era la única persona con la que aún socializaba así que ya no importaba mucho.

—Claro— respondí— vámonos

Minutos después estábamos en su casa, más expecificamente en el ático en dónde se encontraban sus cuadros.

—¿Cuál vas a escoger?—pregunté observando sus cuadros, la verdad era que me atraían de forma increíble.

—Aún no lo sé— respondió él con la vista inmersa en una pared— Esperaba que me ayudaras a decidir— se giró hacia mi y aunque no veía sus ojos porque no me había girado, estaba seguro de que estos parecían querer prenetarme  el alma.

—Me gusta este—señalé uno que se encontraba al final del salón

El cuadro era hermoso, además la escena era impactante, no sé distinguía a la perfección pero se podía apreciar una musa jugando en un bosque mientras que un hombre apuntaba un arco con intenciones de ¿Cazarla? Pero ella seguía jugando como si nada pasase. La verdad era que daba tranquilidad porque el bosque era hermoso, además habían muchos animales, pero al mismo tiempo la parte donde se encontraba el cazador era oscura, sombría, casi se podía sentir la maldad en ella. Creo que representaba un equilibrio, la balanza entre el bien el mal allí ante mis ojos para contarme una historia.

Parecía que el cazador le iba a disparar pero la musa ni siquiera se molestó en escapar, su expresión transmitía seguridad y tranquilidad, era una capacidad atrevida pero única de demostrar la paz de algunas personas y la maldad de otros. Sin duda era atrayente.

El Amor puede ser Realidad o FantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora