Confía ciegamente.
Sebastián estaba sentando en el suelo de ese pasillo de hospital con las manos en la cabeza, junto a él, estaba Edith de pie, recargada en la pared a la espera de que Han les diera noticias. Luego de que la doctora se adentrará con la castaña dejándolos a ambos en el pasillo a la espera de alguna novedad, queriendo ignorar las llamadas que Adrien le daba a la chica queriendo saber sobre su hermana.
—Edith, amablemente te digo que, si no le contestas a Adrien, yo lo haré, y no va a ser de buena manera —respondió girando a verla
—¿Qué quieres que le diga?, ¿se la llevaron con Han y llevamos como hora y media esperando a que alguna de las dos aparezca? —se cruzó de brazos cansada de esperar
Ambos giraron a ver a la rubia aparecía apurada por el pasillo con las manos ocupadas por unas carpetas que tenía, se detuvo en el escritorio de recepción hablando con la chica que estaba allí sentada, Edith y Sebastián intercambiaron de miradas para ver cuál se acercaba a la rubia.
—Solo no te muevas, Sebastián —soltó la azabache acercándose a la rubia que seguía hablando con la chica—. Han, dinos algo, por favor.
—Está bien, okay, en un rato le asignarán una habitación y podremos hablar con ella con más tranquilidad —se giró a firmar un documento que la otra chica le entregaba—. Le están haciendo unos exámenes para comprobar que todo esté bien, no pase a otra cosa, y con suerte en la mañana estaremos de vuelta en casa.
—¿Y la dejaste sola?, sabes cómo es ella en el tema de hospital —preguntó Sebastián uniéndose a la conversación—. ¿Ya sabes que le pasó?, necesito respuestas, Haneul.
—¿Se pueden tranquilizar? —giró a verlos tan pronto dejó de firmar—. Dominique está bien, hablarán con ella cuando le den habitación, sí sé que le pasó, pero es decisión de ella hablarlo si desea, y antes de que digan algo, ella misma me lo pidió —comenzó a caminar por el pasillo siendo perseguida por los dos pelinegros—. No está sola, necesitaba hablar a solas con el doctor, y no, Sebastián, no importa que sea doctora aquí, por ahora, yo solo soy una acompañante, ¿algo más?, ¿o puedo volver con ella?
—¿Qué le digo a Adrien? —preguntó Edith deteniéndose frente a una máquina expendedora
—Dile que la atendieron, que ya enviaron las pruebas al laboratorio, y que tan pronto las tengamos muy seguramente le den de alta —se detuvo a comprar un paquete de frituras—. Aunque, estoy segura de que Dom agradecería que le traigan un cambio de ropa, completo. Los veo en un rato, ¿les parece?
—No es como que podamos hacer más —soltó la pelinegra mirando el interior de la máquina mientras la rubia abandonaba—. ¿Quieres algo, Sebastián?, ¿unas papas?, ¿un chocolate?
—Un Snickers estaría bien —respondió sin quitarle la mirada a Han—. ¿Qué hora es? —preguntó mientras se sentaba en una banca frente a ella
—Las tres de la mañana, llamaré a Adrien para asegurarle que Dominique está bien, y que me diga si tienen alguna novedad sobre Kaleb —el chico asintió recibiendo el chocolate
Al final del pasillo, Han volvía a entrar a la pequeña habitación en la que estaba Dominique, le sonrió a la castaña que se estaba sentando en la camilla con completa seriedad, el doctor le dio una mirada rápida a su compañera levantándose de su silla para abandonar el lugar.
—Iré a ver si ya tenemos una habitación disponible para ti —le habló a la chica que seguía sin expresión alguna—. Y también para que te cambies en privacidad.
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Zodiac Killers
Teen FictionUna nueva mafia atormentaba en la ciudad, cada aparición que hacían venía con una nueva marca, cada una de estas, relacionadas con los famosos signos del zodiaco, doce signos, doce miembros, doce nuevas amenazas. Sin embargo, la amenaza que esta ma...