WILDEST DREAMS. || Descendants.

Capítulo 24.

❝Red lips and rosy cheeks,
   say you'll see me again,
even if it's in your
wildest dreams❞

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  El primer oficial comiendo a reír mientras Carlos y Jay se abrían paso entre los piratas, Mal bajó las manos de su cabeza.

Uma salió a la superficie, alzando las manos por encima de su cabeza, los tentáculos combinaban con su vestido.

  La hija de Drizella silbó, amaba el atuendo de la recién llegada, quien sacudió su cabeza y sonrió; enseñando el ámbar que uno de sus tentáculos había atrapado.

— ¿Perdiste algo? —Cuestionó la descendiente de Úrsula, extendiendo sus brazos para presumir sus guantes turquesas. Su collar de caracola brillaba, haciendo juego con el resto de sus accesorios, como los collares de calaveras, sus aros y su corona. Tenía una sonrisa traviesa en el rostro.

La ojiverde extendió un brazo rápidamente.

— ¡No se puede mojar! —Gritó la chica de cabello morado—. ¡Devuélvela antes de que se caiga!

— ¿Y tus modales, princesa? —Cuestionó la capitana, divertida. Su tentáculo se dobló, manteniendo la piedra mágica en su poder—. ¿O debería decir reina? —Se preguntó, llevando una mano a su mentón, simulando pensar. Al ver la expresión shockeada de su enemiga, la morena soltó una carcajada malvada.

— ¡Uma! —Dijeron Gil y Harry al unísono.

—Ese es mi nombre. —Alardeó la susodicha, luego los saludó con la mano. Los piratas intercambiaron miradas llenas de esperanza, mientras la capitana volvía a elevar los brazos por encima de su cabeza y se metía en el agua de nuevo.

— ¡No! —Alzó la voz la descendiente de Maléfica, flexionando sus rodillas y viendo cómo un remolino comenzaba a formarse en el mar, el cual no tardó en crecer.

  Los ocho VK's lo observaron hasta que el mismo explotó, empapándolos a todos, quienes intentaron cubrirse del agua usando sus brazos; en vano.

— ¡Nos duchamos en la mañana! —Se quejó Celia.

— ¡Este atuendo no es impermeable y no traje otro! —Protestó la pelirroja, quitándose los anteojos y comenzando a limpiarlos con la manga, para luego colocárselos cuando quedaron más o menos secos.

Mientras tanto, Mal y los muchachos se acercaron al borde del puente, tratando de ver hacia dónde se había ido la bruja del mar.

—Hola, chicos. —Habló Uma, detrás de ellos. Todos se giraron para encontrarse con la chica, que ahora vestía un atuendo de cuero y sostenía la piedra mágica en su mano. Elevó ambas cejas con una sonrisa, moviendo el objeto hurtado entre sus dedos hasta que bajó su mano.

  La ojiverde suspiró, mientras Harry la señalaba con su garfio, sonriendo antes de caminar hacia ella junto a Gil.

— ¡Bienvenida de vuelta! —Dijo el primer oficial, la chica de cabello turquesa tomó su garfio con una sonrisa, mientras él se colocaba tras la joven.

—Uma… —Habló el hijo de Gastón cuando estuvo frente a ella— …Te fuiste nadando y te olvidaste de nosotros.

—Sí. —Concordó la ojiverde, quien ahora estaba cruzada de brazos—. Estuvo planeando su venganza, sin duda. —Dijo, había pasado un año buscándola en vano, solo para que la contraria apareciera cuando quisiera.

—No todo es sobre ti, Mal. —Replicó la brujita del mar, quien se la había pasado pensando en ella más de lo que estaba dispuesta a admitir en ese momento, entonces sostuvo la piedra mágica con ambas manos para pasarla hacia su mano izquierda. La contraria elevó una ceja, incrédula, entonces la primera comenzó a acercarse a ella—. Yo estaba buscando un agujero en la barrera, para dejar salir a todos, ¿y saben qué fue lo que encontré; chicos?