Capítulo 14 - ALEX

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Lunes 6 de mayo

And you know we're on each other's team

TEAM

¿Cuánto tiempo se tarda en perdonar a alguien?

Hay personas que en unas horas ya lo han solucionado; a otros, les cuesta meses; y algunos, dependiendo de la razón que les ha molestado, no llegan a hacerlo nunca.

Pero, ¿y si vieseis con vuestros propios ojos que ha cambiado? Que, tal vez, no era como imaginabais. Que se disculpó por sus errores. Que había otra persona debajo de todo ese egocentrismo. En ese caso… ¿cuánto tiempo tardaríais en perdonarlo?

Es una situación complicada.

Porque Izan no es la persona que durante tantos años había pensado que era, hay muchas más capas superpuestas, algo de lo que ya se debió dar cuenta Kenny cuando ayudó a esa chica de la ESO y estuvo con ella en el recreo. Wind nos ha enseñado la carta, claro; nos ha contado parte de lo que estuvieron hablando, claro; nos lo ha vuelto a presentar. Y aun así… No lo sé.

Es una situación complicada. E Izan, de entre todos los estudiantes, le ha hecho daño a mucha gente.

ㅡ¡¡No puede ser que tanta gente haya escogido hacer un baile para fin de curso!! Esto es una pesadilla ㅡexclamo, apesadumbrado y agitando el papel que colgué en el corcho para que todos escribieran sus ideas.

ㅡOh, yo voté por eso. ㅡIzan levanta la manoㅡ. Ojalá pudiésemos hacer un baile de máscaras al final, siempre he querido ir a uno. Tú no te preocupes, estoy seguro de que estará bien.

ㅡEso es porque no has visto bailar a Alex ㅡse burla Kenny descaradamente.

ㅡ¿Tan terrible es?

ㅡOh, y tanto.

Carraspea antes de ponerse a bailar imitándome, haciendo los típicos movimientos que posiblemente haría un pulpo… o una gelatina. «Para esto están los amigos», pienso.

ㅡBueno, ¡ya vale!, ¡ya vale! ㅡinterrumpo, riéndome a pesar de todo y termino hablando entre dientesㅡ: Supongo que aún estoy a tiempo de quemar este papel.

ㅡAlex, no. Ese baile ha salido elegido por mayoría.

«Gracias, Kenny, por tus lecciones de moralidad».

ㅡQue sí, ya lo sé. ㅡCada vez estamos más cerca del consejo y, después de mirar la hora, acelero. «Joder, Laura me mata»ㅡ. ¿Hoy vas a venir al consejo? ㅡle pregunto a mi mejor amigo.

ㅡEsto… pues… es que Izan y yo íbamos a ir al patio…

ㅡTranquilo, les diré que no has podido ㅡme despido. Kenny siempre ha sido partidario de las segundas oportunidades y, aunque le costó un tiempo, después de ver que Izan realmente quería cambiar y dejar de guardar secretos, lo perdonó. Ahora parecen inseparables.

Wind me dijo un día que harían una pareja adorable, aunque tampoco lo veo tan claro. Quizá no estaría mal, pero todavía recuerdo todas las cosas que me contaba Kenny que hacían Izan y su séquito. Cómo se metían con él por su color de piel y con el resto de la gente por cualquier razón. Cómo se creían superiores. No puedo recordar ya cuántas veces se ha disculpado Izan esta semana (aunque no espera que lo olvidemos) y realmente parece haber dejado esa etapa atrás. Pero, como Izan le haga algo a Kenny… Bueno, siempre está ese dicho, ¿cómo era? Ah, sí, la venganza es un plato que se sirve frío.

ㅡ¡¡Alejandro García!! ㅡOigo el grito en cuanto abro la puerta «Oh, no, diez minutos tarde», me doy cuenta al mirar de reojo mi móvil, con varias llamadas perdidas. Laura continúaㅡ: ¡¡Se supone que eres el maldito presidente de este consejo!! Tienes que ser extremadamente puntual. ¡Siempre te tenemos que esperar!

ㅡLo siento ㅡrespondo mirando al suelo, como un niño pequeño al que le están echando una buena reprimendaㅡ. He tenido que recoger de paso las ideas para fin de curso y Kenny hoy no podía venir.

ㅡEs igual, no pasa nada. ㅡTrata de calmarse, abriendo las palmas y respirando pausadamente. Abriendo las palmas y… respirando… pausadamenteㅡ. Bien, bien, está bien. Entonces, a ver, ¿qué es lo más votado?

Me siento en una silla. «Nota mental de mí mismo para mí mismo: ¿en serio Alex? Venga ya. Tienes que llegar más pronto a los sitios». Veo que Wind sí que está sentada alrededor de la mesa y me sonríe. Por un momento no sé lo que iba a decir.

ㅡLo más votado… lo más votado. ¡Ah! Vale, sí. Un baile.

Soy el único que no se muestra entusiasmado con la idea. El resto intercambian miradas y aplausos de emoción.

ㅡSí, estaba bastante claro que saldría eso. ㅡLaura parece satisfechaㅡ. ¿Y la temática?

ㅡPues… ㅡLeo rápidamente la lista de nuevo y empiezo a enumerarㅡ: Bajo el mar, hawaiana, máscaras, los años 80, Hollywood…

Tras decir unas cuantas opciones más, todo el mundo tiene clara su elección. Lo sometemos a votación y, casi por unanimidad, obtenemos el resultado.
«Izan se pondrá contento».

ㅡWind, no puedo, en serio, recuerda que tengo que volver pronto a casa.
Ella pega más la mochila a su espalda antes de ponerse delante de mí y obligarme a parar. Yo bajo la mirada de sus ojos enormes al chupa-chups de fresa y por último, al avión de papel que me ha lanzado al salir de clase y que sigo sosteniendo.

ㅡYa lo sé… Pero lo dicho, que si quieres podemos buscar otro día.

ㅡNo, si en realidad quiero ir. Y lo sabes ㅡdigo intentando que desaparezca la decepción de sus hombrosㅡ. El problema es que como queda tan poco tiempo para la Selectividad, creo que… ㅡintento encontrar las palabrasㅡ no debería.

Todos mis profesores coinciden en que tengo muchas posibilidades para poder entrar en medicina, pero me lo tengo que tomar en serio. Mónica ya me advirtió, por lo menos el examen de matemáticas me salió perfecto.

ㅡNo te preocupes.

ㅡ¿Segura?

Reanudamos el paso.

ㅡClaro, si yo solo te lo proponía. Puedo ir con Izan.

El cielo está encapotado y un soplo de viento nos revuelve el pelo mientras salimos a la calle.

ㅡDe hecho, voy a esperarlo mejor aquí, que me ha dicho que no tardaría mucho.

ㅡPasároslo bien ㅡme despido.

Le lanzo el avión y lo alcanza pese a que se haya desviado de la trayectoria. No parece animarse.

ㅡAxel, tú tómate algún descanso. Todavía estamos a lunes, no te pases mucho tiempo despierto, ¿prometido?

ㅡPrometido.

Ahora soy yo el que pega más su mochila a la espalda. Sigo caminando.

Quería acompañarla.

Me coloco los auriculares por no tener que quedarme solo y escucharme a mí mismo.

«Intentaré hacerle caso», me digo.

Pero en realidad me espera un infierno de tarde.

Aviones de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora