CAPITULO II. LETREROS OMEGA

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Las entrevistas de BBS habían concluido hace una semana, o mejor dicho, el viernes, hoy nuevamente era lunes.
Kenta estaba contento de obtener aquello que había estado buscando, pues ayer por la noche, después de seguir su rutina diaria, se dio a la tarea, junto con Tarō, de dar de alta un sitio web relacionado a su empresa y así enviar resultados a los candidatos que habían logrado obtener un puesto. Ese mismo sitio tenía la función de tener la publicidad suficiente para atraer a más profesionistas, (aún a pesar de que ya se habían ocupado casi todas las vacantes). Hubo que mencionar que solía ser la empresa Tanaka, pero de ahí en adelante no hubo más inconvenientes.
─No puedo creer que te sentaras ahí sin presentarte ─mencionó el secretario omega con molestia. Recordando que Kenta había estado presente en las entrevistas de sus posibles empleados, pero lo había hecho sin siquiera hacerse notar, tan solo había tomado lugar a lo lejos, manteniendo la calma y guardando silencio, era Hatoyama quien estaba haciendo las entrevistas, junto con un nuevo director de recursos humanos. Seguía a su empleador por los pasillos cuando se le ocurrió otra buena queja─. El reloj indica las cuatro de la madrugada.
─Se te está pagando por esto ─incluso si la antigua compañia ya estaba en quiebra, BBS no lo estaba, de hecho era una empresa que acababa de salir a la luz y que tenía los recursos necesarios para salir al mundo comercial. Inversionistas ya estaban poniendo sus ojos sobre ella.
─Si ─respondió Tarō─, aumentas cien yenes a mi salario.
─Dame la mitad de esos letreros ─Kenta no le prestó mucha atención a esos comentarios sarcásticos. Estaba aún más ansioso porque hoy era la apertura oficial de BBS. En un principio, Tanaka Kenta estaba más interesado en el mundo de moda, pero por alguna razón u otra terminó estudiando administración de empresas, cuando concluyó simplemente entró dentro del mundo del diseño gráfico, de la animación y de las tecnologías, se encuentra cursando un curso en línea que de vez en cuando desatiende ya que ahora la empresa ocupa gran parte de su tiempo, pero a pesar de eso siempre logra mantenerse entre los mejores puestos de la clase. Quizás, en el fondo, sabía que tarde o temprano tendría que hacerse cargo del negocio familiar─. Coloca cada uno en áreas visibles, todo el mundo debe de mirar, leer y analizar los letreros.
─Por supuesto pero... ─el joven omega vaciló y paró de caminar, Kenta no tardó en imitarlo─. ¿No es demasiado?
─¿Los letreros?
─No. El que me hayas citado a las tres de la madrugada. Está bien incluso si es a las cinco, ayer dormí hasta tarde porque demoré en regresar a casa.
─Te invité a pasar la noche.
─No quería quedarme en tu casa.
─Conozco de tí como tú conoces de mí, ¿Por qué de pronto te comportas tan extraño? ─estuvieron comprometidos después de todo─. Hoy dejaré que te vayas a casa temprano ─el alfa pidió tomar la mano del omega y mientras sonreía dijo─: Gracias, Ta-chan ─consiguió el permiso y Tarō extendió su mano y dejó que aquel apuesto caballero la besara. Kenta estaba seguro de que ese omega dominante lo quería como a un hermano y eso estaba bien para él, ya que lastimosamente nunca pudo sentir un deseo amoroso por Tarō, es por eso que muchas veces intentó forzar su corazón a enamorarse, pero como era de esperarse, jamás logró algo como eso. Kenta amaba a Hatoyama, pero de una forma distinta al amor o a lo sexual. Incluso si los diagnósticos médicos afirmaban que eran una pareja destinada, el presidente no podía tocarle ni un pelo, y no era porque el omega no fuera hermoso o atractivo, se trataba de una sensación incomoda, sería igual a tocar a un hermano. Trataba de cuidar de él como hubiese hecho con sus hermanas─. Pero ahora mismo necesito que recibas el pedido que solicité en línea después de que te marchaste. Son como señales de alto pero más pequeños, son más duraderos y fuertes. Se colocaran en la puerta principal, después de eso regresa con el servicio de limpieza que llega a las cinco, ellos ayudarán con el resto de los letreros. Iré a revisar la agenda de hoy, llamaré al inversor interesado y también pegaré algunos de estos ─agitó los letreros en el aire con una sonrisa─ en mi camino. Cuando termines te estaré esperando en mi oficina. Pediré comida italiana para el desayuno.
El secretario pensó que era la millonésima vez que veía como su jefe reportaba todo lo que haría a su secretario. Le resultaba gracioso y atractivo, Kenta no se sentía superior por ser un alfa extremadamente dominante, incluso un beta podía llegar a ser más superficial que aquellos en la cima de la pirámide del poder.

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