Mi vida... Es así - Mathew

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Empaqué todo, una vez que anoté todo para el viaje. Trinity todavía empacaba parte de sus cosas cuando terminé mi mochila. Me sorprendí al ver lo mucho que tenía ella por empacar, así que me tomé el tiempo de revisar el destino de nuestro siguiente viaje. Revisé que fuese California. Para mi alivio, salía California. La hora de salida del avión era a las 15:30, y, en ese momento, eran las 7 de la mañana. Trinity insistió en levantarse temprano, ya que "tenía cosas que hacer", pero, por suerte, no iba a ser parte de ello. Al menos, eso creía.

Abrí mi computador una vez más, y abrí el archivo donde anoté todo lo que logré saber sobre Sayaka. Lamentablemente, no logré conseguir mucho. Ella es bastante reservada, y, en algunas maneras, es mejor así. Hay cosas que es mejor tenerlas ocultas.

Trinity llamó mi nombre, pero no fui hasta haber escuchado un grito. Cerré de golpe mi computador, y corrí hacia ella. Los cabrones del día anterior habían entrado en la habitación. En ese momento, ni me pregunté cómo lo hicieron. Dos tenían a Trinity cogida de los brazos, y los otros tres estaban demasiado cerca de ella. Sin embargo, los que sostenían a Trinity se dieron cuenta de mi presencia en ese momento, y, en menos de unos segundos, me estaban mirando, con cierto recelo.

-Dejadla ir, cabrones -dije, enfadado-. Marchaos de aquí.

-Eh, pero si no es el tío bruto -dijo uno, el mismo que peleó contra mí-. ¿Qué? ¿No quieres que tomemos prestada a tu chica?

-Dejadla ir -repetí-, y nadie saldrá herido.

-Mathew... -oí susurrar a Trinity.

-Ah, ¿en serio? -respondió otro- ¿Qué vas a hacernos, eh? ¿Chupar un huevo?

-... -no respondí.

-Qué más da, si este cabrón es sólo un cobarde. Que te den por culo, tío -me dijo un tercero-. ¿Qué tal si te vas y nos dejas solos, eh?

-Ella viene conmigo.

-¡Más quisieras! -rió el primero- ¡Que te den, tío!

Me enfadé demasiado. Sentí como mi marca quemaba de rabia, y no me contuve. Golpeé a cuantos pude, tomé a Trinity de la mano, y la puse detrás mío para protegerla. Un tío intentó golpearme, pero Trinity y yo le esquivamos, y le golpeé por debajo de la barbilla.

-¡Cabrón! -gritó el primero- ¡No le pegues a la chica, idiota!

Mi marca quemaba todavía más, pero intenté contener mi límite. No podía usarla en ese momento, al menos que me obligasen. El primer chico se puso enfrente de mí decidido a pelear. Pero yo no quería dejarle ganar. No en ese momento.

-Que ella viene conmigo, cabrón. Déjanos ir, y no volveré a molestaros.

-Ni de coña, tío -me respondió-. Puede de que tú te vayas, pero ella no. Tú no tienes derecho.

-¿Y qué si no, gilipollas? -dije, bruto- Déjanos ir, joder.

-¡Tú déjate de joder!

Lo que pasó después, fue imposible de detener. Mi marca estalló en llamas, rodeando a Trinity y a mí. El chico retrocedió, sorprendido, y salió corriendo luego de haber visto las llamas, no sin antes gritarme insultos.

-¡Joder, tío! ¡¿Es que eres un demonio?! ¡Ándate si quieres, que te denuncio por pirómano!

-Pff... -escupí- Psicópata... Joder.

Tomé la mochila de Trinity a medio empacar, y se la di, algo molesto. Trinity me miró, confusa, pero mi expresión lo decía todo. Ella apuró el paso, y terminó rápidamente de empacar, y tomó su mochila nerviosa. Yo cerré mi computador, lo metí dentro de la mochila, y me la puse al hombro.

-Salimos ahora hacia el aeropuerto -dije, sin mirarle a la cara. Miré la hora; 13:58-. Al menos no vamos a ver a esos cabrones de nuevo. Para la próxima, tú también quédate en cubierto, de otra manera esto vuelve a pasar.

-...Perdón... No era mi intención...

-Sé que no lo era, pero, aún así, ten cuidado tú también. No soy solo yo el que necesita tener cuidado, ¿sabes?

Salimos del hotel, pagamos lo debido, y tomamos un taxi hacia el aeropuerto. Luego de nuevamente pagar, sacamos nuestros pasajes, y me procuré de tenerlos a mano. No podía dejar que se me perdiesen. Trinity apagó su móvil, y me di cuenta de que yo todavía no había sido capaz de conseguirme uno. Con razón no pude preguntarle antes de llegar. Joder, que soy estúpido.

Siendo las 14:16, decidimos comer algo antes de subir al avión, así que, juntamos el dinero, alrededor de 90 dólares, y decidimos comprarnos algo para compartir. Trinity procuró tomar unas dos botellas de jugo por si llegaba sed, y cogí un paquete de galletas. Sí, no era muy original, pero la verdad, era lo más barato. Noté que alguien me miraba, y me di la vuelta. Por alguna razón, presentía que conocía a la persona. Se acercó a mí, y me empezó a hablar.

-Esto... -me preguntó- ¿sabés donde queda alguna tienda de regalos? -su acento sonaba muy extranjero.

-La verdad, no. ¿Te perdiste?

-No, no, nene, es que se suponía que debía encontrarme con unos amigos, ¿sabés? Y, decime vos, ¿creés que pueda encontrar un guía?

-Si te soy honesto -suspiré-, es la primera vez que tengo que preocuparme por eso. Solo he estado en este aeropuerto una vez.

-Ah, ¿en serio? Decime, ¿Cómo te fue en tu viaje? Yo estoy algo nerviosa.

-Pues... -noté que el nervio me subía- no mucho, la verdad. Es solo una sensación distinta. ¿Acaso no has volado nunca?

-No. He vivido aquí por casi toda mi vida. Hoy me voy hacia California.

-¿En serio? Yo igual. Quizá estamos en el mismo avión.

-¡Mirá vos! -exclamó la chica, sonriente-. Me llamo Cristina. Cristina Miralles, pero me dicen Cris. ¿Qué tal vos?

-Soy Mathew. Mathew Sparks. Un gusto, Cris.

-¡Un gustazo, Mathew! Sería genial si nos pudiésemos ver más, ¿no creés? ¿Tenés número?

-Emm... No. No tengo móvil.

-Oh, vale... Bueno, pues... Espero que nos veamos algún día después de este, entonces. Un gustazo en conocerte.

-Igualmente, Cris. Ojalá nos veamos luego.

-¡Chao!

Me volví hacia Trinity, quien ya estaba a medio pagar las cosas. Le di el dinero suficiente, pagamos, y nos retiramos a las salas de espera. Mi viaje todavía no había empezado, pero, sin embargo, no podía esperar a ver qué me quedaba por delante. Y, por el extraño pero animoso encuentro con Cris, no podía imaginar que encontraría una vez estando en California. Estaba seguro de que sería una experiencia genial, y, la verdad, no estaba tan lejos de tener razón.

Mundos de Burbuja [DISCONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora