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Aquel día, Jinsol había llegado temprano a casa Jungeun, específicamente cuando la pelirosa apenas se estaba despertando.

—Ho- —Jinsol pareció quedarse sin palabras al ver a una Jungeun recién despierta.

—Jin, que bueno que llegaste —se hizo a un lado para dejarla pasar.

—¿Todo bien?

—No, nada esta bien.

—¿Le pasó algo a Jihan? Jungeun, por favor dime que esta bien —Jinsol parecía bastante preocupada por la bebé.

—Tranquila, no le paso nada, es sólo que no me dejo dormir en casi toda la noche —dijo mientras soltaba un bostezo.

—¿Por qué?

—Estuvo llorando toda la madrugada, por tí —soltó de repente, sorprendiendo a Jinsol.

—¿Por mí? —Jungeun asintió a su respuesta.

—Al parecer se encariñó demasiado contigo.

Ambas se mantuvieron en un silencio algo incómodo, Jinsol carraspeó antes de volver a hablar.

—¿Podemos subir a verla?

—Claro, de todos modos ya tengo que despertar —mencionó con un deje de cansancio en su voz.

Ambas subieron las escaleras hacia la habitación de Jihan, antes de girar la manilla pudieron percibir unos pequeños sollozos, Jungeun suspiró con fastidio.

—Otra vez no.

Con rapidez, entraron al cuarto, Jungeun sacó a Jihan de la cuna y se acercó a Jinsol.

—Cárgala —le dijo casi suplicando.

—Yo- —sin darse cuenta ya tenía a la bebé en brazos.

En segundos Jihan había parado de llorar, tratando de esconderse en el cuello de la rubia.

—Es increíble —Jungeun soltó una exhalación.

La pelirosa miró la hora en su reloj, dándose cuenta que ya era tiempo de alistarse, o seguramente Jackson se enojaría con ella, ese chico odiaba la inpuntualidad.

—Quédate aquí con ella, tengo que ir a cambiarme de ropa —explicó Jungeun.

Jinsol le dió un asentimiento, y con eso la menor se pudo retirar de la habitación.

[. . .]

Jungeun no tardó mucho en regresar al cuarto de Jihan, pero esta vez con su vestimenta del trabajo.

Sonrió un poco cuando visualizo a Jinsol sentada en el pequeño sofá que se encontraba allí, con Jihan en sus piernas, quien jugaba con los cabellos de la mayor.

Estaban tan metidas en su jueguito, que no se dieron cuenta cuando Jungeun entró a la habitación y les tomó una foto.

[. . .]

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Algo que terminó de hacerla morir de ternura fue cuando ambas voltearon a verla al mismo tiempo, con el ceño fruncido.

—¿Nos tomaste una foto? —Preguntó Jinsol con una ceja alzada y una sonrisa ladina en sus labios.

—¿Yo?, pff, claro que no les tome alguna foto —tanto la mirada de Jinsol como la de su hija la estaban poniendo nerviosa —Bueno, tal vez si les tome una foto, pero solo fue una.

—Espero haber salido bien, por lo menos, no como en esa foto que me tomaste cuando dormía. Pudiste al menos quitarme la almohada de la cara.

Jungeun sonrió ante los reclamos de Jinsol, pero lo dejó de hacer cuando cayó en cuenta de algo.

—¿Cómo sabes que-

—Una amiga compartió tu publicación —le respondió, sin dejarla terminar.

Las mejillas de Jungeun se tornaron de un tierno color rosado y era obvio que Jinsol se dió cuenta de eso.

—Te vez muy tierna así —Se levantó del sofá para acercarse a Jungeun.

—¿De q-qué hablas? —la pelirosa se maldijo interiormente por haber tartamudeado.

—Pareces un pequeño conejito indefenso —Dijo con la intención de poner más nerviosa a Jungeun.

—J-Jin... basta d-de bromear —Jungeun quisó pensar que sólo estaba jugando.

—No bromeo, verdaderamente pareces un conejito —con su mano desocupada cogió la mejilla de la menor para darle leves caricias con su pulgar.

Jungeun tosió un poco, agarrando la mano de Jinsol y alejándola de su rostro.

—Y-Yo, me tengo que ir a trabajar —con bastante prisa salió de la habitación, dejando a una Jinsol bastante divertida.

—Bueno, princesa, creo que es momento de ir a despedir a tu mami.

Jinsol le empezaba a encantar el trabajar de niñera.

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Últimamente no me he sentido bien, pero aún así trate de darles una actualización :)

𝙲𝚞𝚒𝚍𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝙽𝚒ñ𝚎𝚛𝚊 ⤿ 𝙇𝙞𝙥𝙨𝙤𝙪𝙡 𝘼𝙐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora