6: Bajo una noche de lluvia

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―Adri ―susurraba Felix después de dos toques a la puerta.

―¿Marinette? ―volvió a tocar la puerta.

El hermano rubio había decidido entrar, pero se encontró con que la puerta tenia seguro, casi soltó una risita al pensar en por qué su hermano pondría candado a la puerta.

―Adrien, Marinette ―insistió.

Marinette se removió al escuchar su nombre, tardó algunos segundos en enfocar su atención y despabilarse para oír a Felix llamarlos desde afuera.

Casi sonrió al mirarse tumbada en el pecho de Adrien aún en el sofá, la verdad había sido que tenía demasiado sueño, aquella amenaza de que no dormiría mucho la noche anterior había sido cumplida, lo cual le hizo sonreír y sonrojarse tenuemente, se levantó y se puso una sudadera azul de Adrien que encontró en el suelo y su ropa interior mientras abría levemente la puerta.

―Buenos días, Felix ―asomaba la cabeza.

Felix sonrió al verla y más aún al notar que traía la sudadera favorita de su hermano, ni siquiera a su mamá se la prestaría.

―Tardes diría yo ―miraba el reloj de su muñeca ―pasan del medio día, sé que son vacaciones, siento molestar, supongo que el flojo de Adrien aún está dormido, pero mamá pidió que los despertara, tendremos una comida especial.

―Oh sí, claro ―contestó la chica aun con la voz adormilada.

―Despierta al haragán ―le pidió Felix mientras se alejaba por el pasillo.

Marinette cerró la puerta, no podía creer que hubiera estado tan tarde aun recostada, su cabeza le dolía, corrió hasta la mesita de noche para ver bien la hora.

―¡Mierda! ―susurró mientras buscaba entre su maleta, un pequeño frasco de píldoras, tomó una y se la llevó a la boca―. Sr. Perfección ¡Levántese ya! ―le gritó desde el otro lado de la habitación.

―Son vacaciones ―murmuró con los ojos entre cerrados.

El rubio abría los ojos lentamente para visualizar a su compañera, observó que tenía puesta su sudadera, sintió un extraño sentimiento de felicidad al verla, como si quisiera verla así todos los días.

―Adrien ―lo llamó mientras tomaba un cambio de ropa para ducharse.

―Tengo sueño ―gruñó y se giró de espaldas.

―Ah, ¿y crees que yo no? ―reprendió al rubio―. Tú fuiste quien quiso que la noche fuera demasiado agitada ―se rio.

―¡Oye! ―se giró de nuevo a verla―. Es solo mi buena disposición a cumplir el acuerdo ―sonrió de lado

―¿Ves como ya estas despierto? ―le dijo acercándose a él.

―Vale pues ―se levantó del sofá ―. Ya me he levantado.

Después de ducharse, Adrien se dirigió al baño con su ropa en la mano, aun cuando el sexo entre ellos había sido un paso más a la confianza entre ambos, aún se sentían como si fueran dos desconocidos actuando furtivamente, era excitante sí, pero penoso también, aun esquivaban miradas mientras se dirigían a bañarse o se terminaban de cambiar.

La chica estaba volviendo a atarse una trenza en su cabello mientras bostezaba desganadamente a lo que él sonrió mientras ella bufaba.

―Te ríes de tu propio delito ―acusó ella y él sonrió.

La observó con detenimiento, llevaba otros vaqueros oscuros con una blusa azul marino que decía "R U mine?" definitivamente seguiría sus órdenes a cualquier hora.

Acuerdo Perfecto (A MLB A.U. Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora