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Pasó la tarde de esa forma, con Jungkook y Jimin perdonándose mutuamente por lo mucho que se dañaron y prometiéndose que no volverían a cometer los mismos errores que los perjudicaran de la misma manera. Es una magia la que sucede cuando quienes son jóvenes se retractan y aprenden de sus experiencias, nuevas formas se crean y puertas bloqueadas se abren para dar paso percepciones e ideales que nunca habían imaginado tener y sin embargo les sientan bien.

Jimin le había ofrecido una taza de café, y ambos comieron galletas sentados en el suelo, con un desorden a su alrededor pero sin importarles en absoluto, porque después de mucho tiempo se sentían bien estando juntos de esa manera tan sencilla y libre de acusaciones. Ya no estaba esa constante voz que les recordaba que la mentira de que los corazones rotos no pueden curarse nunca, la habían ahogado con café.

Y vaya que era algo que Jungkook había estado necesitando tanto, aún sin darse cuenta de ello; había extrañado poder tener la seguridad de sentarse a lado de Jimin sin ningún compromiso extra o un esfuerzo angustioso, sin tener que fingirle una sonrisa o decirle una mentira, simplemente eso, que su risa saliera natural sólo porque Jimin decía cualquier tontería y porque le causaba gracia el cómo su rostro se llenaba de esa expresión tan feliz y brillante en la que sus ojos se cerraban y sus manos pequeñas cubrían su boca por tanto reír. Se sentía agradecido de aún tener el privilegio de presenciarlo de esa forma.

Fue fácil calmarse y dejar la tristeza de lado mientras Jimin le platicaba sobre cualquier cosa, sobre todo lo que no habían hablado por estar perdidos en su montaje. Le contó acerca de sus amigos de la universidad, acerca de las tardes que practicaba distintas coreografías con Hoseok sólo porque no querían que las vacaciones atrofiaran su condición, le contó con burlas y chistes las veces en las que algo vergonzoso les había pasado, le habló sobre el nuevo gato que había adoptado su madre y lo indignante que fue para él el que lo llamara "Minnie", le platicó también sobre él mismo, sobre que se sentía feliz de una extraña manera, una que dolía a veces, pero era manejable en compañía de buenas amistades.

Liberaron las palabras que estaban presas entre sus labios siendo sus sonrisas las llaves de éstas. Hablar de cuánto tiempo había pasado les llenó el alma de una nostalgia reconfortante, era una tristeza que debían sentir, porque claro que significa algo el ver lo que eras antes y lo que eres hoy. Si lo platicaban con tanta simpleza, ninguno de los dos podía creer que estaban a punto de entrar a la universidad, que habían cambiado y crecido tanto que dolía un poco pensar en el ayer, pero aún así lograba hacerlos sonreír.

-Jimin, ¿y entonces a dónde vas?... - Jungkook preguntó, refiriendo su atención por primera vez desde que comenzaron a conversar a todo lo que Jimin estaba empacando. Las cajas ya estaban selladas, y eran más de las que Jungkook había notado al principio, aún estaba intrigado, y esperaba disimularlo bien, porque incluso estaba preocupado. ¿Había razón para estarlo si parecía que todo estaba bien?

—Ah, es que... ¿Recuerdas los resultados de la universidad? Bueno, pues ingresé... — explicó, levantaba una tenue pero sincera sonrisa de a poco en las comisuras de sus labios. Esa era una buena noticia, pero la expresión que tenía y la forma en la que la anunciaba parecía ser la de una mala. —Sólo que está en otro distrito, tengo que mudarme antes de que acaben las vacaciones.

En un estado común, Jungkook hubiese esperado una notica de tal magnitud con un poco de anticipación previa, no a un instante antes de que Jimin tuviera que partir sin más. Es decir, no estaba exigiendo algo ni nada por el estilo, pero, se iría a otro lugar a estudiar, sin habérselo comentado ni un poco antes. Estaba sorprendido, no lo esperaba definitivamente.

-Eso, es... Ah, felicitaciones, es a donde querías entrar y... — Jungkook detuvo sus palabras un momento, se percató de lo forzadas que estaban sonando. ¿Qué le ocurría? Jimin estudiaría en la universidad que eligió, en la carrera que quería, de la forma que deseaba, le salió bien lo que planeó, ¿por qué entonces de repente sentía esa inquietud en su pecho? ¿Si se lo preguntaba y le decía que se sentía extraño por no haber sido tomado en cuenta en algo tan importante, luciría pretensioso de su parte? -Jimin, ¿por qué no me lo dijiste antes?

Su intención no era reclamarle, él en realidad estaba feliz de que todo saliera como Jimin quería, después de todo eran sus sueños y estaba feliz de que se cumplieran poco a poco, los amigos siempre deben sentirse así. Pero de verdad significaba otra cosa; de cualquier forma le hubiese gustado ayudarlo a empacar, ayudarlo a elegir el lugar donde viviría y hacer todas esas cosas que puedes hacer sólo con alguien de confianza que sinceramente sabe de ti. Ese otro significado, era que entonces él se quedaría solo, tan solo como siempre lo había estado de no ser por Jimin.

-Por todo lo que estaba pasando entre nosotros, Jungkook. No era como si hubiese podido contarte mis cosas cuando estabas tan distraído y triste por Jin, no hubiese sido prudente de mi parte en ese momento. — le explicó, como si hubiese sido algo tan obvio y fácil de ver para cualquiera, y quizá sí lo era, pero aún así el castaño se sentía extrañado. La mención de Jin lo hizo agachar un poco la cabeza, era cierto lo que le decía, él había estado demasiado inmerso en su historia de amor tonta que ignoró por completo lo que respecto a Jimin concernía. De verdad no tenía nada con lo que defenderse.

-Tienes razón, perdón... — murmuró, encontrando un vacío en su disculpa, porque él en serio hubiese querido estar mejor preparado para lo que seguía.

Había estado tan acostumbrado a Jimin y su presencia, que perderlo parecía una broma irreal, algo bastante alejado de la realidad. Y ahora entonces tan de repente, llegaba el momento de separarse. No era ese cliché mal empleado acerca de que no sabía lo que tenía sino hasta que lo perdía, era sólo que hasta ese momento se estaba percatando del miedo que surgía ante la idea de quedarse solo.

En medio de ese gran castillo, no había razón para que el rey se sintiera desprotegido, sus caballeros eran sus ideales, su ejército estaba conformado por todos sus logros, y su fortaleza era tan inmensurable como el alcance de sus sueños, no estaba desprotegido, ¿pero porque de repente temblaba en su reino y le era dificultoso mantenerse de pie, por algo tan banal como la soledad? Le faltaba algo quizá, algo que le habían robado y ultrajado, quizá algo que jamás le fue dado, algo que anhelaba y sentía necesitar con fervor.

-No estas enojado porque no te lo dije, ¿verdad? — Jimin inquirió, haciendo una pequeña mueca, como la de una niño que esperaba no ser regañado por alguna travesura. Y Jungkook negó, no estaba enojado con Jimin, sólo estaba asustado. Entreabrió sus labios para decir algo, pero en realidad no estaba seguro de qué sería, ¿era capaz de confesar el irremediable temor que infundió rápidamente su mente por el hecho de que viviría solo ahora? ¿Por qué siquiera estaba tomándolo de esa manera? Era lo suficientemente independiente, era casi un adulto, ¿y aún con eso por qué temía? Taehyung se ofreció a llevarme, él tiene colegas en esa universidad, y dijo que me apoyará en lo que necesite, fue muy amable de su parte.

Jungkook asintió, decidiendo finalmente que lo mejor sería callar esa pequeña parte en la que se intrigaba por cómo cambiarían las cosas ahora, para bien o para mal, estando solo. Porque Jimin era lo único que tenía, lo que de verdad tenía. Y entonces pensó en Jin, ¿a él tampoco lo tenía ya, cierto?

Una sensación amarga se instaló en su pecho, porque parecía que todos los que alguna vez se habían detenido a juzgar su forma de actuar, su forma de ser, de sentir y de vivir, tenían la razón y ahora gozaban de algo que al parecer tenía merecido, se quedaría sin la amistad y sin el amor cerca de él.

Era revelador el cómo todas las consecuencias de sus acciones estaban llegándole de repente sin frenos, al principio no sentía que estaba equivocado, pero parecía que el destino sí opinaba eso. Estaba perdiendo, perdía un pedazo de su felicidad si Jimin se alejaba de él, perdió la mayor parte de su orgullo frente a Jin.

Nunca tuvo un amor familiar, y ahora los demás simplemente le eran negados de esa forma, siendo culpable o siendo inocente.

Se sentía invisible, como si de repente estuviese perdiendo su identidad y las huellas dactilares de sus manos estuvieran borrándose poco a poco; y es que esas se perdieron desde el primer toque que le dio a Jin, se enredaron entre sus mechones mientras lo sentía tan suyo, se quedaron encarnadas en la linda forma de su silueta amoldada correctamente a sus manos, como si fuese la forma más ideal en la que las cosas podían llegar a pasar, se quedaron en el cuerpo de Jin y con ello no sólo perdía su nombre, su historia y quién era, perdía hasta su alma, y era algo que no se podía reconocer más. Entonces, ¿quiénes somos sino lo que amamos?

Una vez dijo que podía darle todo de sí a SeokJin, ¿quién iba a pensar que de verdad todo se lo llevaría?.

Crecer || KookJin✔️Where stories live. Discover now