29. Ella

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Capítulo 29

Nos bajamos del auto frente a una casa más grande que la de Lia y Marcus, en el jardín delantero hay focos que giran haciendo que el cielo se ilumine y creo que en la parte de atrás de la casa también.

La música se puede oír desde aquí, es como si quien viviera aquí y de quien es la fiesta fuera alguien muy importante, algo así como el presidente del país. Nunca he estado en una fiesta de esta dimensión, es muy...

—Campanita —llama Keylan sacándome de mis pensamientos.

Haciendo que deje de admirar a la mansión frente a nosotros.

Lo miro y el señala con su cabeza a su brazo el cual me está ofreciendo para entrar.

Lo acepto con gusto.

La incomodidad que nos acompañaba en el trayecto hasta aquí en su auto se ha esfumado. Debido a la grandeza de la fiesta la cual se llevó toda mi atención.

Antes de entrar por la gran puerta de la mansión Keylan se detiene de golpe.

—¿Paso algo? —pregunto confusa.

Él hace caso omiso a mi pregunta, lo veo respirar con pesadez y entonces entramos. Apenas ponemos un pie dentro de la gran mansión me quedo más sorprendida de lo que ya estaba, con la belleza de la sala de estar, la cual esta llena de gente, luces de colores dando vueltas haciendo que posiblemente se mareen los que ya hayan consumido algo de alcohol.

Me dejo guiar por Keylan adentrándonos más a la casa, pasamos por un pasillo que está en completa obscuridad y alguna que otra lampara con luz tenue lo que hace que no se vea nada más que un punto claro en donde están estas lámparas.

Hay gente que de verdad puede darse el gusto de gastar luz sin preocuparse por lo que tendrán que pagar al final del mes.

Keylan sigue caminando a los alrededores de la gente bailando en la pista de baile, hasta que llegamos a un bar, donde hay varios chicos y chicas con un delantal negro y una camisa blanca. Que atienden a todas las personas.

—¿Qué tal? Wiski y un jugo de naranja —oigo a lo lejos pedir a Keylan, demostrando que esta en su ambiente.

El chico al otro lado de la mesa del bar asiente y se da la vuelta para preparar el pedido de Keylan.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunto finalmente.

No he visto a nadie conocido aquí, solo he visto un montón de vestidos, algunos hermosos, otros muy reveladores y a todos los chicos con trajes y camisas. Es un hermoso lugar, pero si Keylan tampoco conoce a nadie, porque se arriesga a venir a una fiesta a la que no fuimos invitados.

—Es la fiesta de graduación de una amiga —me informa encogiéndose de hombros como si no fuera importante.

El mesero pone la orden de Keylan frente a nosotros, el chico fitness me ofrece el jugo de naranja, una vez lo acepto, él se termina el wiski del vaso de un solo sorbo.

Mis ojos duelen, de abrirlos tanto por la sorpresa, no me esperaba que hiciera eso, es como si necesitara ese trago para pasar esta noche.

Si tuvo que hacer eso para poder pasar esta noche en mi compañía en esta fiesta ¿Por qué razón me invito?, porque simplemente no vino él solo y ya, creo que habría disfrutado de esta fiesta viniendo solo.

Aparto la mirada de él y me enfoco en ver si reconozco a alguien aquí, busco entre las personas bailando y en las que están alrededor, claro las que puedo ver, ya que me es imposible ver a todos por mi estatura que, aunque use tacones no sirva de mucho ya que sigo siendo una enana junto a Keylan.

¿Cómo conquistarte?Onde as histórias ganham vida. Descobre agora