Ahí estaba yo, tirada en el sofá con cuarenta mil papeles tirados sobre la mesita, no tenía ni idea de que carrera escoger. Siempre se me habían dado muy bien las artes y tocaba el piano desde pequeña, pero no se si podría ganarme la vida solo dando clases de piano, que era lo que mi corazón me decía, siempre me había visto dando clases de piano, ya que me parece súper bonito enseñar. Pero mi mente me decía que hiciera algo menos arriesgado y cogiera psicología ya que había hecho el bachillerato de humanidades.
Estaba completamente dividida entre dos ideas que debía pensar antes de que acabara el verano que iba a comenzar dentro de unos días. Tenía un mogollón de ganas de verano, de levantarme a las doce, hacer el vago hasta la hora de comer y luego estar todo el día escribiendo o viendo series, si hubieran sido otras épocas hubiera salido con mi mejor amiga a hacer algo. No me malinterpretéis, sigue siendo mi mejor amiga pero desde que mi madre murió hace un mes no tengo ganas de salir, la verdad. Desde que ella no está las cosas están siendo un poco complicadas para mi, recordarla me causa una sonrisa en la cara al pensar que fue una mujer muy fuerte y aguantó hasta el final la maldita enfermedad, pero a la vez viene la lágrima, la lágrima de la ausencia, la lágrima de no tener a alguien en la edad que más la necesitas, las lágrimas de rabia y sobretodo dolor.
Ordeno todo lo que hay en la mesita y me voy a poner la mesa, ya que mi padre llegaría pronto. Hoy no me tendría que preocupar de hacer a comida porque teníamos sobras de la cena de ayer, Lasaña, me encantaba. Una vez he puesto la mesa, me pongo a ver el móvil y a hablar con Lucía, mi mejor amiga.
Videollamada entrante...
-Holaaa Luciii
-Holaa Oliii
(le encantaba llamarme por mi diminutivo)
-¿Que tal todo?- Dijo entusiasmada-
-Bien, ¿y a ti?, te veo muy contenta.
*guiño guiño*
La verdad es que conocía a Lucía y sabía que me quería contar, se le notaba en la risita que tenía, supongo que sería algo de un chico con el que se enrolló anoche, siempre hace lo mismo. Se lía con un tío, se enamora, y luego acaba dejándolo a los tres días. Pero bueno que se le va a hacer, es Lucía. Yo al contrario, era una chica bastante reservada que nunca había besado a nadie ni he tenido nunca novio. Yo soy más de dar buenos consejos porque sí, el entrenador nunca juega y Lucía siempre me buscaba para este tipo de temas.
-Sí, estoy muy contenta,¿sabes porque?
-¿Porque?
-Porque ayer en la fiesta de Ryan, se me acercó Josh y digamos que estuvimos tonteando bastante hasta que...pues...ya sabes.
-ESPERA, ESPERA.¿De que tipo de ya sabes estamos hablando?
-Ya sabes... El de... osea...
-¿Luci? No habrás perdido la...
-Sí Oli, sí
-Wtf Lucía, estoy flipando,¿que te pasa?
-No lo sé pero fue un horror
-Vale, pero no entres en detalles por favor.
-Vale, vale jajajajaja
Seguimos charlando de todo un poco, de las carreras, de el instituto, de las cosas que pasaron en el pueblo, cotilleos, nuevas parejas...
Hasta que le tuve que colgar porque ya venía mi padre. Cuando entró mi padre fuí enseguida a darle un beso y un abrazo. Dejó las cosas del trabajo y nos pusimos a comer. Le conté cosas sobre las clases, el me contó anécdotas que le habían pasado con clientes y chistes malísimos que nunca me hacían gracia.
Prácticamente son así mis días.
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-mi corazón latte-
RomanceEsta es la historia de una chica,Olivia y un chico, Dylan, muy distintos pero muy parecidos a la vez que se fundirán entre tardes y tardes en la cafetería donde sus corazones latirán como el café latte.