Mi cuerpo empieza a temblar, por la reacción que puede tener al ver y darse cuenta de quien es el número, claro que tapo el nombre del contacto, porque, aunque no lo tengo con su nombre, él ya es consciente que le digo chico fitness.

—Si lo pones tan cerca no veo nada —lo aleja un poco y su expresión cambia por una seria.

Keylan analiza con su ceño fruncido cada número, el oxígeno no llega a mis pulmones y ya no es solamente porque estemos demasiado cerca, sino por miedo a lo que se va a pasar.

Trago grueso cuando su mirada se encuentra con la mía y entonces alejo mi mano con el móvil de su rostro y lo guardo sin siquiera verlo.

—Enserio tienes su número —afirma más para si mismo que para mí.

Espero por que termine de decir lo que pienso que dirá durante varios segundos, mientras él me estudia de pies a cabeza, quizás este pensando en una forma de rechazarme sin que me duela. Aunque prefiero que me diga la verdad.

—Tendré que pensar en algo más entonces —comenta poniendo su mano en su quijada perfecta.

—¿De qué? —logro preguntar en un tono de voz que no reconozco.

—Para ver en que te puedo ayudar para que te acerques a tu chico —puntualiza como si fuera lo más obvio.

—¿A mi chico? —repito.

—Si —se interrumpe. —A tu chico, aunque creo que no nos vendría mal enseñarte a socializar con los demás —relata.

—Entonces quieres que me haga amiga de alguien aquí —pregunto observando a las personas a nuestro alrededor.

—Exacto —enfatiza.

Keylan empieza a ver a todas las personas buscando a quien supongo será parte de este plan, las manos empiezan a sudarme, porque tengo que seguir con la farsa de que me ayude a conquistar a alguien cuando es él a quien quiero conquistar.

Quizás si encuentro a alguien, se me haga más fácil a que sea una persona que elija él así que empiezo a ver a cada uno de los chicos a mi alrededor, mi mirada se cruza con la de un chico trigueño con rizos. Me quedo observándolo y él aparta la mirada.

Lo encontré.

—Entonces iré hacer amigos —informo, pero Keylan me observa dudoso, luego asiente y yo empiezo a caminar de la manera más sexy que puedo.

El chico de cabello rizado al darse cuenta que voy hacia él, se incorpora y empieza a pasarse la mano por sus rizos tratando de darles más forma y acomodar el cuello de su camisa.

—¡Hola! —saludo con voz tímida.

—Hola —. Es lo único que dice, entonces entiendo que yo tendré que llevar las riendas de la charla.

—¿Qué crema de peinar usas? —pregunto de la nada.

El chico me observa con cara de no poder creerse que enserio acabo de preguntarle eso, ni yo me lo puedo creer, pero no se me ha ocurrido nada más para preguntar.

Mis mejillas empiezan a calentarse de la vergüenza.

—No la uso —responde con calma y tratando de reprimir lo mas que puede una sonrisa. —¿Quieres bailar? —pregunta extendiendo su mano, para que yo la sostenga.

Me giro un poco para ver a Keylan quien esta bebiendo el wiski que había pedido cuando llegamos a esta discoteca, bien podría no aceptar e irme, pero he sido yo la que se acercó así que aceptó.

Caminamos hasta el centro de la pista de baile y empezamos a bailar, al principio no sé cómo debería bailar, si debería dejarme llevar o si debería bailar siendo más discreta, pero recuerdo la frase de un reel de Instagram que vi esta mañana.

¿Cómo conquistarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora