XXIV

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Sin mediar más que un par de necesarias palabras entre ambos, Minho y yo nos mantenemos concentrados en preparar la cena. El silencio en el departamento es llenado con la melodiosa voz de Bruno Mars y, de forma ocasional, por nuestras voces cuando nos atrevemos a corear al estadounidense. Sonrío con ternura y diversión, sin dejar de lado mi tarea de cortar el pollo que comeremos, cuando lo escucho tararear al son de la música al no ser capaz de pronunciar el inglés.

Me gusta su voz y, estoy segura, de que sería un muy buen cantante si le pusiera algo más de empeño para cambiar esos murmullos flojos por algo más estable. Pero me ahorro mi opinión que nadie pidió y continúo disfrutando el silencio, porque por primera vez en horas y días, la tensión entre nosotros parece haber disminuido un poco y quiero disfrutarlo lo más que se me sea posible.

La canción cambia, y pronto Just the way you are comienza a reproducirse. Dejo escapar un chillido ahogado de emoción debido a que es una de mis canciones favoritas y escucho como Lee maldice entre dientes.

—¿Qué pasa? — pregunto asustada, viendo cómo el chico deja de forma brusca el cuchillo que ocupaba para cortar las verduras sobre la mesada y vuelve a maldecir mientras se dirige al lavabo rápidamente.

—Me has asustado y me he cortado— responde con voz ahogada, metiendo la mano en el fregadero y desviando la vista, luciendo más alterado de lo que me podría haber imaginado jamás.

—Hey, ¿te duele mucho?— cuestiono, dejando a un lado lo que estaba haciendo y viendo cómo de la punta de su dedo índice izquierdo gotea sangre, la cual, debo admitir, es abundante. Doy el agua fría y acerco con cuidado su mano al chorro, notando como el chico se tensa cuando lo toco y cómo se congela en su lugar mientras se dedica a respirar profundo, intentado revertir su errática respiración de antes que afectó su ritmo cardiaco—¿Te da miedo la sangre?

—No nos llevamos del todo bien— admite con pena, pálido, rehusándose a mirar su propia mano y volteando a verme— ¿Es- está muy mal?

—¿Eh? No, claro que no. Solo ha sido un pequeño corte— Me apresuro a contestar y le sonrío, manteniendo la presión durante unos segundos en su extremidad entretanto el agua fría moja nuestras manos. Me tomo el permiso para brindarle con mi mano izquierda una dulce caricia a su mejilla a la espera de que sirva de algo, y antes de que pueda alejar mi extremidad, veo cómo, cerrando los ojos, vuelve a aproximar su rostro a mi palma para restregarse con suavidad contra ella.

Su estado me preocupa, pero trato de no mostrarlo para no terminar asustándolo más de lo que ya está. En tan solo unos segundos se ha descompensado y parece que en cualquier momento se desmayará, por lo que decido envolver su dedo con toalla de papel y hacer que se siente en el sillón para tratar su cortada con el botiquín de emergencias que tengo en el baño.

Porque si se llega a desmayar, prefiero mil veces que lo haga en el sofá a que lo haga en medio de la cocina y termine hiriéndose aún más.

Al volver del baño lo veo en sillón, dando todo de sí mismo para aplacarse y mantenerse bien. Me ve y noto cómo pierde la consciencia, haciéndome entrar en un estado de pánico al no saber qué diablos hacer. Dejo el botiquín y saco mi móvil para pedir ayuda a Google, porque es eso o llamar a una ambulancia.

—Dime qué hacer cuando alguien se desmaya.

Según cuidateplus lo primero que se debe hacer es tumbar a la...

Asistente Google me lee lo que ha encontrado y yo sigo los pasos que me dicta, debido a que no sé qué más hacer. Recuesto como puedo a Minho en el sillón y compruebo que sigue respirando y tiene pulso cardiaco, detalle que me tranquiliza mucho. Como parece ser solo un desmayo debido a la alteración que le causó ver su propia sangre, me dispongo a curar su dedo para que cuando despierte, no termine asustándose otra vez con lo mismo y la situación se repita.

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐁𝐨𝐲 || 𝐋𝐄𝐄 𝐊𝐍𝐎𝐖 (𝐀 𝐃 𝐀 𝐏 𝐓 𝐀 𝐂 𝐈 𝐎 𝐍)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora