Educando al Alfa

52. Limbo

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Arin se giró sobre su cama, topandose con la amplia espalda de su alfa que se acostó para dormir. Mordiendose el labio, Arin aceptó que necesitaba mas los abrazos de Sten que su enfado infantil.

Desde su discusion sobre tener hijos, no volvieron a tocar el asunto y Sten se portaba mas distante que Arin con él. Pero para el omega ya era demasiado, sobretodo porque habian pasado tres meses sin tener contacto fisico y aunque compartían cama, el alfa llegaba solo para caer rendido de sueño y no habia mas caricias melosas ni sexo.

Arin tomó valor y se pegó a la espalda del alfa y sus brazos lo rodearon.

—Sten, te necesito...— Usó un tono de voz mas suave. —¿No crees que ha pasado mucho sin que hagamos el amor?

Arin paseó su mano por el pectoral del alfa, masajeando y la otra bajaba hacia la zona abultada. Sten reaccionó y detuvo las manos de Arin, despues se acostó sobre sus espaldas viendo al techo.

—Cielo, fue un día muy agotador, realmente necesito descansar... ademas, no quiero arriesgarme a embarazarte por accidente— Responde adormilado.

Arin se habia sentado en la cama despues de oirle y es que no imaginó que Sten le respondiera de ese modo, mas cuando siempre le cumplia cualquier capricho.

Y si, le molestó que Sten le estuviera lanzando indirectas, pero el alfa ya estaba dormido como para notar su enfado.

Con los dias transcurriendo, ambos mantenían la rutina, aunque distantes en la intimidad.

—¿Qué les está pasando a ustedes?— Cuestiona Elis una mañana.

Arin solo hace una mueca y el bebé que sostiene levanta la manita hacia su rostro, consiguiendo hacerlo sonreir.

—Estamos normal, no sé a qué te refieres— Arin prefiere hacerle caras al bebé y besar su mejillita.

Elis solo enarca la ceja ante esa respuesta evasiva, pero palmea la espalda de Arin a pesar de tener a su otro bebé alimentandose.

—¿No sabes? A ver, antes siempre estabas de meloso con Sten, no importaba si los estuvieramos viendo. Ahora, apenas se dirigen la palabra mas que lo necesario... en serio, hasta tu padre me ha preguntado si sabia algo de ustedes.

—¿Tan notorio es?

—Si, no sabes dismular.

Arin acomoda al bebé que sostiene, hacia la cuna mecedora de su lado.

—Él quiere un hijo y yo no estoy seguro de quererlo.

—¿Eso es todo?— Elis no quita su mirada de Arin.

—No... realmente, él ya no tiene tiempo para mi, no sé, si le pido algo, él a veces se niega. Y despues me regañó porque no le dije desde el principio sobre no tener hijos ¿puedes creerlo?

—Solo háblenlo, seriamente y lleguen a un término— Aconseja el omega de ojos azules.

—Qué facil es decirlo, pero hacerlo no es sencillo.

—Hablo en serio Arin, sé que no es sencillo pero podrán solucionarlo. Es algo que hemos aprendido con Van y eso nos ha ayudado a siempre decir lo que nos molesta o lo que necesitamos.