Scarlett Jones piensa que sabe lo que quiere de la vida. No necesita mas que sus sueños y su música alrededor. No esta para dramas ni ataduras. Pero los fantasmas del pasado nunca han dejado de atormentarla haciéndola vivir un infierno personal diar...
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Hola hermosuras, gracias por llegar aquí!! Si esta leyendo esto no olviden porfis dejarme uno que otro comentario y votar por el capitulo... Amo leerles!!
Scarlett.
No podía creer lo que estaba viendo, David black estaba frente a mi.
Creo que gran parte de Nashville (por no decir todo Tennessee) había crecido con algún álbum o canción de él bajo el brazo. Era una leyenda para todos nosotros, estaba impactada.
— Hola — dije haciendo acopio de todo mi autocontrol — mucho gusto.
Le tendí la mano, él la observó pero se acercó para darme un abrazo. Automáticamente me puse rígida pero no por desagrado si no por sorpresa, no todos los artistas eran así. Igual si tenía que admitir que yo no solía ser físicamente cariñosa y prefería que respetaran mi espacio personal.
Pero era David Black, y Lillian tenía una enorme sonrisa en sus labios, asi que preferi no arruinarlo.
— Siempre es bueno conocer a mis fans, y más si aún son tan jóvenes — se separó de mí arqueando una ceja. Tenía una sonrisa amable tal y como lo recordaba. Lo había visto de lejos un par de veces en el Auditorio Raymond del cual mi padre era gerente.
Así que no me sorprendía que haya accedido a tocar en el festival. Imagine que era la única razón por la cual estaba ahí tan apartado del resto de las bandas. Él debía ser el artista incógnito de Lillian. ¡Este año se había sobrepasado a sí misma!
A pesar de su edad no perdía el atractivo, era lógico porque aún muchísima gente suspirara por él. Tenía una energía única a su alrededor, no parecía de su edad, cualquiera que fuera.
— Ella debe estar aun en shock — dijo mamá rompiendo el silencio —. David, igual aprovecho para darte las gracias por hacer un hueco en tu agenda y venir a tocar al festival. Los asistentes no se lo podrán creer cuando te vean — añadió dándome un codazo suave para que salga de mi estupor.
Sacudí mi cabeza serenandome pero antes de poder decir algo él contestó:
— Por su puesto que iba a acceder, reina. Lo que sea por mi Nashville querido — sonrió de lado guiñando un ojo. Tenía los dientes perfectos y extremadamente blancos —. Además, estoy extasiado de compartir escenario con mi hijo. No le dijiste que yo estaría ¿verdad? Es una sorpresa — su sonrisa se ensanchó.
Oh por Dios, lo había olvidado por completo. El era el padre de Black, Alexander Black. Tragué, había recobrado la compostura solo para volverla a perder.
Es decir, no todos los días conoces a uno de tus cantantes favoritos que resulta ser el padre de la persona con la que te acabas de comer la boca hace menos de 1 hora en tu cama.
— Claro que no, no le he dicho nada. Es más, hace un rato regreso no sé de dónde, pensé por un momento que no funcionaria nuestro plan y él se iría sin tocar ni verte. No me imagino su rostro cuando sepa que eres el artista invitado — los ojos de mi madre brillaron.
