Capítulo 07

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Creo que jamás había estado tan pendiente al celular hasta el día de hoy, cuando revisaba si había llegado una nueva notificación cada dos minutos, pero nada.

Alex había robado una de las tarjetas con mi número telefónica hacía cuatro días, en la tienda, lugar donde me encontraba en ese mismo momento. Estaba detrás del mostrador con un lienzo a mi lado, en él había una pintura a medio terminar que había comenzado hace casi una semana. Dejé el celular a un lado cuando un cliente entró. Diez minutos después, salió con las manos vacías. Y yo con la esperanza perdida de haber ganado dinero con una nueva venta.

Se me cayó el celular al suelo del susto al ver que me había llegado una nueva notificación. Y de un número desconocido. Chillé antes de intentar abrirlo, pero bloqueé la pantalla al notar que iba a quedar como una loca desesperada.

Si él se había tardado cuatro días en hablarme, entonces yo me tardaría -al menos- cinco minutos en responderle.

Cuando transcurrió un tiempo prudente, tomé el celular nuevamente. Pero antes de que pudiera ver algo, otro cliente entró.

Entre pinturas, divagues y clientes, acabé olvidándolo por completo. Y, a la hora del almuerzo,  sentada en la mesa de una cafetería cercana con un sandwich en la mano, desbloqueé el celular.

Número desconocido. 10:21 A.M.
¿Cómo está mi admiradora favorita? Yo bien, aunque algo aburrido. Y extrañando cruzarte por las calles. O las tiendas. O los vagones del metro.

Número desconocido. 10:49 A.M.
En realidad, no estaba seguro de hablarte. Pero no sé que tienes, que eres como droga, Val. No puedo sacarte de mi mente. Y eso que sólo hemos hablado un par de veces. Literalmente, un par.

Número desconocido. 11:33 A.M.
Escribo demasiado y te voy a espantar. No quiero que veas tan rápido cómo me desenvuelvo de mi faceta de chico misterioso.

Número desconocido. 12:00 P.M.
De hecho, ni siquiera sé si vas a leer esto. Tu número estaba en la tarjeta. Pero tal vez no sea tu número y sea uno especial para la tienda qué, por cierto, es realmente bonita. Pero volviendo al punto, si algún empleado está leyendo esto, por favor, borra esto para que no quede como un loco.

Número desconocido. 12:04 P.M.
Por cierto, quiero una copia de esa pintura del metro. Ah, y soy Alex.

Sonreí. ¡Él había estado pensando en mi!

«Y yo que lo había evitado para no quedar como una loca, pobre»

Valeria. 12:30 P.M.
Hola. La verdad es que no estaba esperando un mensaje tuyo, así que es una total sorpresa para mi. Pero me gusta que me extrañes. Yo también lo hago. Y no, no soy ninguna empleada: tendrás que lidiar con la idea de parecer un loco por siempre.

Valeria. 12:32 P.M.
Y podrías pasarte por la tienda algún día que tengas el día libre, Alex. Siempre es bienvenida la compañía. Y más si viene de un chico con unas increíbles habilidades para tocar la guitarra.

Alex. 12:59 P.M.
¿Estás en el trabajo?

Valeria. 12:40 P.M
Aún no. Entro a las dos.

Alex. 12:41 P.M.
Allí estaré.

De repente, volvía a ser una adolescente que sonreía con el celular entre las manos y sentía la necesitad de chillar de la emoción.

Volví a la tienda antes del tiempo requerido y me metí en el baño para observarme al espejo. Llevaba el cabello algo desordenado y unas orejas levemente pronunciadas. Lo demás estaba, dentro de todo, bien. Cepillé mi cabello con los dedos de las manos y enjuagué mi cara con agua. Al menos eso ayudaría un poco.

Nada más que un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora