Diminutas criaturas se acercan a mi moribundo cuerpo que yace en el suelo, arrancando y devorando de manera grotesca trozos de mi carne. A este punto desearía poder sentir dolor, sentir algo. Pero lo que siento ahora mismo es la putrefacción dentro mí. Ese pútrido olor a carne muerta, que no me provoca nauseas ni nada similar, solo una sensación de bienestar... El piso esta frio y la puerta del ascensor aún está abierta. Sigo observando como cada vez vienen más y más de esas criaturas, las cuales he decido llamar "Diminios". Pero, parece que, algo más grande y mortal se acerca. Y lo intuyo por el terrible retumbar que hay en el suelo, el cual hace salpicar mi sangre y provoca que muchos Diminios pierdan el equilibrio. Mis esperanzas me han abandonado y acepto mi posible muerte, despidiéndome del saco de carne que soy actualmente.
Ahí está, ya lo vi, es gigante: Sus ojos son vacíos y oscuro como el espacio; esboza una tétrica sonrisa, dejando a relucir sus filosos y sucios colmillos; su piel es negra y tiene rayas similares a las de un tigre, pero de color rojo. Intento dar un último suspiro, pero lo único que logro es que mi cuerpo expulse un gas verde. El cual, aumenta y acelera el frenesís asesino de aquella bestia. Se abalanza contra mí e intenta devorarme, pero para mi sorpresa, esta había cometido un error. Al entrar, su inmenso cuerpo había chocado con una de las paredes del ascensor, tocando sin querer uno de los botones del mismo; el del último piso. Las puertas se cierran en un instante y la criatura se hace rápidamente para atrás; para no sufrir el terrible destino de ser decapitado por el elevador.
Nuevamente estoy yo, y los Diminios, los cuales se ponen a hacer una danza de alegría mientras aún me arrancan pedazos de mi mórbido cuerpo. Esto me da una sensación similar al alivio, pero por algún motivo esta me causa un incandescente dolor, lo cual me alegra. Se escucha un fuerte y desgarrador grito de furia, el cual, creo que es proveniente de aquella criatura. Después de todo, yo también estaría enojado si mi comida se escapara. Oyo como paredes parecieran ser escaladas rápidamente, como si algo clavara sus manos en el concreto y se impulsara con fuerza hacia arriba. Observo como los Diminios dejan de bailar y empezar a temblar, tal cual un niño cuando su madre los está por regañar. De manera impredecible, estos tienen una reacción ante este sonido bastante peculiar, siendo que empiezan a pelear y comerse entre ellos. Esto mismo me da satisfacción y quizás sea uno de los últimos entretenimientos que tenga en mi vida...Estoy en el piso 19 y aún faltan cinco pisos más. Esto lo sé porque el elevador me lo indica. Los Diminios que estaban conmigo, se devoraron, dejando a ninguno de ellos con vida. La criatura esa, la cual he decido llamar, "Domonio", parece aun estar escalando. Pero ahora lo hace con más velocidad. Yo todavía no entiendo como aun no me atrapo... Tampoco entiendo como llegue a este punto...
Era un día normal como cualquier otro. salía de la escuela con bastante alegría y me dirigía a mi edificio, teniendo en mente que esta noche iba a divertirme con la computadora. Entre a la torre y me dirigí a uno de los ascensores, el cual estaba en el piso número tres, pero al lado suyo había otro elevador, el cual recién había llegado. Aproveché la oportunidad y decidí subirme a este, pero cuando cerré la puerta, me vi sorprendido por un rugido, el cual me dejo paralizado del terror: Mi piel se puso pálida, mis ojos salieron de sus orbitas y mis fosas nasales inhalaron un terrible olor pútrido. Aun así, con un poco de valentía y con mucha curiosidad, di pequeños y silenciosos paso hacia afuera, abriendo la puerta con cuidado, pero el tener cuidado, no era suficiente. Nada más abrí la puerta, una criatura de por lo menos dos metros de alto; con múltiples manchas oscuras en su cuerpo; teniendo unos ojos iluminados, pero, aun así, tan desesperanzadores; y con un cuerpo sin forma, en su mayoría compuesto por ojos y bocas. Se lanzo hacia a mí, y con sus gruesos dientes empezó a desprender la carne de mi cuerpo, mientras parecía llorar y queriendo decir perdón. Luego de eso, caí desmayado por el dolor, pero cuando me desperté, estaba en la situación en la que me encuentro ahora.
De repente el ascensor se detiene en el piso 23, quedando tan solo un último piso. En eso, escucho como algo se choca con el suelo del ascensor, liberando un fuerte grito de dolor, para luego escuchar un fuerte impacto contra el suelo. La puerta es abierta por algo, ese algo, me mira con desprecio y murmurando en voz baja y para el mismo, cosas que no entiendo. Me detesta, solo eso puedo decir eso, el me detesta, detesta que soy. Me detesta. Detesta la bola de grasa sin forma y putrefacta que soy. Me detesta. Ya nada tiene sentido, absolutamente nada, y parece que no es un buen momento para decir que tiene sentido y que no. Porque, desde el inicio nada tuvo sentido y decir eso hasta ahora, no es algo muy inteligente. Aquel ser, desprende de sus dedos unas filosas y oscuras garras, las cuales empieza a acerca a mi cuerpo en descomposición. Empieza a hacer finos, pero en ocasiones desprolijos cortes con forma de ojos y bocas, y sigue así por un buen tiempo. Mi cuerpo ahora parecía un pedazo de carne el cual fue cortado con alguien que le tiembla la mano. Mis tripas (o lo que creo son mis tripas) están esparcidas por el suelo. Lo único que puedo escuchar con claridad ahora mismo es la risa de aquella bestia, la cual me maldice y repudia mi existencia, diciendo toda clase de vulgaridades. Por último, esta pareciera empezar a reírse a carcajadas descontroladas, sus carcajadas eran tan fuertes que empezaban a deformar su propio cuerpo, comprimiéndolo a niveles diminutos. Sin previo aviso, lo que antes era su cuerpo, ahora es una esfera de luz amarilla, la cual se dirige a mis ojos sin vida, impactando contra mí y alumbrándome la vista. Mis ojos se prendieron como dos faros de luz y donde yo mirara, era iluminado. Aun así, había un defecto en esto... DOLOR, MUCHO DOLOR... De mi cuerpo empezaron a emerger bocas y ojos de aquellos cortes que el sujeto me había provocado. Y lo único que podía hacer ahora, era gritar por cada una de mis bocas. Con bastante sufrimiento intento pararme, apoyándome en las paredes del ascensor e intentando tocar el botón del primer piso; era la primera vez que pude pararme desde que esto inicio, y duele mucho. Lo logre, logre tocar el botón, ¡LO HE LOGRADO! -Digo con bastante felicidad-. Por momentos, el dolor que sentí, se vio aliviado por el furor de tocar un estúpido botón de ascensor.
Voy por el piso número tres y logro escuchar lo pasos de alguien que parecía haber llegado recientemente. Piso número 0, ya llegué. Escucho como esa persona pareciera estar por subirse al elevador y para llamar su atención y evitar esto, le digo que me espere, y así fue. Finalmente, ya me van a rescatar, finalmente ya todo se va a solucionar. Salgo del ascensor y me dirijo con bastante calma hacia aquel sujeto, diciéndole que no lo asuste mi apariencia. Una vez lo veo, me parece rara su reacción: Estaba muy asustado, pálido y se lo notaba demasiado nervioso. Sin perder el tiempo decido abalanzarme contra el para que vuelva a la realidad, pero no funciona como yo quería... Mis bocas, mis estúpidas bocas, empiezan a devorarlo y yo no sé porque, yo no quería esto. Pido perdón y lloro, "En serio, perdóname". -le repito múltiples veces con un tono deprimente-.
- Me odio... Odio lo que soy... Odio la bolsa de carne que soy... -Me digo a mi mismo en mi cabeza-
Mi cuerpo pareciera haberse fusionado con el de aquel joven y esto me causa rabia, demasiada rabia. Odio lo que soy ahora, lo odio con cada parte de mi ser, me detesto, detesto la bola de carne que soy ahora mismo... En ese momento, mis bocas se cierran y desaparecen, al igual que los ojos, los cuales son abandonados por aquella luz. Ahora soy esa luz...
Me elevo por bastante tiempo y me detengo en el piso 23. Tengo un plan en mente... TENGO UN GRAN PLAN EN MENTE... DETENDRE TODO ESTO. LO DENTENDRE. DENTRE ESTE ENTORNO PUTREFACTO. -exclamo con bastante furor y compromiso-.
Fin...
Por: KavfriDibujo de la criatura de Carne.
Hecho por: Bruno
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ENTORNO PUTREFACTO
HorrorUn joven llega cansado a su escuela y cuando esta por subir al elevador es sorprendido por una extraña criatura. Luego de eso, nada tiene sentido. Y lo único que realmente lo tiene es el detestarse a si mismo.